Angelina Jolie: "Es necesario un compromiso genuino para ayudar a los rohinyá"

AA - Después de visitar a los refugiados rohinyá en Bangladés, la actriz Angelina Jolie instó este martes a los funcionarios de Birmania, también conocida como Myanmar, a mostrar un "compromiso genuino" para poner fin al ciclo de violencia y desplazamiento y mejorar las condiciones para todas las comunidades en el estado birmano de Rakáin.

"Se les ha negado su derecho humano más básico: la ciudadanía en su país de nacimiento, y algunos ni siquiera llaman a los rohinyá por su legítimo nombre”, afirmó a los periodistas la actriz ganadora del Óscar y enviada especial del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados durante su visita de dos días a Bangladés.

Jolie visitó el campamento rohinyá de Kutupalong, en el sur de Bangladés, hogar de miles de refugiados que huyeron de su país por la persecución de las fuerzas militares birmanas. Allí, la actriz aprovechó para instar a las partes para que cumplan las recomendaciones de la Comisión Asesora de Rakáin, según una declaración del ACNUR.

La actriz dijo que fue muy molesto saber que hay familias que solo han conocido la persecución, que han sido apátridas toda su vida y que hablan de ser "tratados como ganado".

"Tienen el derecho absoluto de regresar a casa (a Birmania), pero solo cuando se sientan lo suficientemente seguros para hacerlo voluntariamente y con la plena seguridad de que se les respetarán sus derechos”, aseguró.

Ella agregó: "Conocí a una mujer ayer, una sobreviviente de violación en Birmania y me dijo: Tendrían que dispararme donde estoy antes de que regrese sin mis derechos".

"La responsabilidad de garantizar esos derechos y hacer posible que el pueblo rohinyá regrese al estado de Rakáin recae directamente en el Gobierno y las autoridades de Birmania (...) Hasta que puedan regresar, tenemos la responsabilidad colectiva de asegurarnos de que puedan vivir vidas dignas aquí en Bangladés", señaló, subrayando lo trágica que es la situación.

Comunidad perseguida

Los rohinyá, descritos por la ONU como el pueblo más perseguido del mundo, han enfrentado un gran temor de sufrir ataques desde que decenas de personas murieron en la violencia comunal en 2012.

Desde el 25 de agosto de 2017, unos 750.000 rohinyá, en su mayoría niños y mujeres, huyeron a la frontera con Bangladés después de que las fuerzas de Birmania comenzaran una ofensiva contra la comunidad musulmana minoritaria, según Amnistía Internacional.

Desde esa misma fecha, unos 24.000 musulmanes rohinyá fueron asesinados por las fuerzas de seguridad birmanas, de acuerdo con reportes de la organización Agencia de Desarrollo Internacional de Ontario (OIDA)

Más de 34.000 integrantes de esta minoría musulmana fueron incinerados vivos, mientras unos 114.000 fueron golpeados, señala el informe de OIDA, titulado "Migración forzada de rohinyá: La experiencia no contada".

Unas 18.000 mujeres rohinyá y niñas fueron violadas por las fuerzas de seguridad birmana y más de 115.000 casas fueron incendiadas y otras 113.000 fueron objeto de vandalismo, agregó.

La ONU también ha documentado violaciones masivas de pandillas, asesinatos, incluso de bebés y niños pequeños, golpizas brutales y desapariciones cometidas por las fuerzas del Estado de Birmania.

En un informe, los investigadores de la ONU dijeron que tales violaciones podrían haber constituido crímenes contra la humanidad.