Es posible demostrar un amor más verde

El amor se puede demostrar también de forma ecológica

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Es posible demostrar un amor más verde

Madrid, 13 feb (EFE).- El amor se puede demostrar también de forma ecológica, porque, aunque este sentimiento es inagotable y "para toda la vida", las materias primas con las que se fabrican muchos de los artículos que se regalan en el "Día del amor y la amistad", cada vez escasean más en la naturaleza.

En el caso de las flores, uno de los regalos más recurrentes de esta fecha, se importan nueva de cada diez desde Latinoamérica o Sudáfrica, según la Asociación Española de Floristas (Aefi), lo que significa que su huella ecológica es alta en relación con los productos de proximidad.

Dentro de la escalada consumista actual, el día de San Valentín contribuye sin duda a los preocupantes datos de Eurostat, que indican que en España se recicló en 2015 solo el 30 % de los 110,5 millones de toneladas de residuos que generó, seis puntos por debajo de otros países europeos.

Por ello, una opción es dejar de llenar el planeta de artículos de usar y tirar, que producen degradación medioambiental, y pensar en las tres erres de los principios ecológicos: reducir (el consumo), reutilizar y reciclar, como ya lo hace el 30 % de los consumidores que optan por artículos de segunda mano, según datos de la web Vibbo.

La alternativa a las campañas de venta de las grandes marcas y cadenas estaría en productos más naturales y ecológicos como el avistamiento de animales (pájaros, lobos, linces), visitas a parques naturales y aventuras en la naturaleza.

También en hospedajes en camas al aire libre o en un árbol (mejor en primavera o verano), libros, plantas, apadrinar árboles o el cuidado de un área natural o una compostera para el reciclado de los residuos biológicos.

Existen muchas guías sobre el avistamiento de animales, una de las últimas es la del proyecto Life+Iberlince que está pensada para realizar una observación responsable del lince ibérico en la naturaleza.

Sobre flora, hay libros como "Plantas medicinales de la Península Ibérica" o "Manual de fitoterapia" del etnobotánico, psicólogo y pedagogo Juan González Simonoeau, más conocido como "Juan Plantas" en los programas de RTVE, o los del naturalista Joaquín Araújo, quien ha publicado recientemente "111 Aleteos".

A estas sugerencias hay que añadir el amplísimo catálogo que ofrecen las organizaciones ecologistas en sus páginas web o las librerías especializadas, sobre animales, vegetación, filosofía, defensa de la naturaleza, entre otros temas.

Si lo suyo y lo de su pareja es más el cine, se puede optar por el documental "Cantábrico, el sonido del oso pardo", de Joaquín Gutiérrez Acha, también director de "Guadalquivir", en los que se puede disfrutar del la fauna y la flora ibérica como se ha hecho en contadas excepciones en la pantalla grande.

Entre los viajes de naturaleza están las camas al aire libre en "1.500 estrellas" en Mélida, a tres kilómetros de Peñafiel (Castilla y León), o dormir en árboles en el País Vasco, Cataluña, Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía, entre otras regiones.

Pero si piensa en algo más altruista, está la opción de apadrinar árboles, como la que ofrece la Asociación para la recuperación de Olivos yermos de Olite (Teruel) o programas relacionados con la planta acuática posidonia en Formentera.

O apadrinar animales, como perros, gatos, tortugas, ovejas, aves y hasta jirafas, muchos de los cuales han sido rescatados y se encuentran en centros de refugio. EFE



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