Holanda acepta las alegaciones en la crisis de huevos contaminados

El gobierno holandés aceptó que en su tiempo no tomó en consideración las informaciones sobre el fipronil en los corrales

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Holanda acepta las alegaciones en la crisis de huevos contaminados

El gobierno de Holanda aceptó las alegaciones en el segundo informe presentado por la Cámara de representantes para la investigación arrancada ante las noticias de que en noviembre se detectó fipronil en los huevos.

El ministro en funciones de Salud, Ayuda Social y Deporte, Edit Schippers, y el subsecretario del Ministerio de Economía, Martijn van Dam, presentaron por segunda vez un informe a la Cámara de Representantes. En este informe se indica que se descartó a propósito en el primer informe la información dada por una persona anónima a la Autoridad de Seguridad Alimentaria según la cual se utilizó insecticida en los corrales.

Se transmitió que dicha denuncia es una parte de la investigación penal y que no fue incluida en el primer informe por precaución, porque la investigación estaba continuando.

Además se declaró que la denuncia de que los corrales fueron desinfectados con la insecticida fipronil no es algo que afecte a los huevos, por lo cual, en aquellos tiempos este punto no se tomó en cuenta.

“Las instituciones de investigación están arrepentidas por ello. Si aquel entonces hubiéramos tenido estas informaciones que tenemos ahora, las relacionadas instituciones las habrían tomado en consideración sin duda”, se precisó.

Ante la alegación del ministro de Agricultura belga, Denis Ducarme, de que había fipronil en los huevos de noviembre 2016, la Cámara de Representantes inició una investigación.

Ducarme acusó a Holanda alegando que la Agencia Alimentaria de Bélgica obtuvo documentos oficiales según las cuales Holanda detectó fipronil en los huevos de noviembre de 2016.

La crisis de huevos que desató en Holanda, Alemania y Bélgica también se extendió a Francia, Reino Unido, Suecia y Suiza por exportaciones.

Se supone que la crisis se debe a que la compañía de Anvers en Bélgica, Ravel, mezcló el fipronil en el producto de limpieza denominado Dega-16.



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