En el aniversario de la intentona golpista, Turquía muestra resistencia

Dos años después del atroz ataque de la noche del 15 de julio, Turquía sigue siendo más fuerte, más resistente y más efectiva con el nuevo sistema de gobierno

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En el aniversario de la intentona golpista, Turquía muestra resistencia

El artículo del portavoz presidencial, Señor Ibrahim Kalın, publicado el 14 de julio 2018 en el periódico Daily Sabah

Este fin de semana se conmemora el segundo aniversario de la intentona golpista del 15 de julio de 2015 en Turquía. Este asalto, lanzado por Fethullah Gülen y su grupo terrorista, oficialmente conocido como Organización Terrorista Fethullahista (FETÖ), se cobró 250 vidas y dejó heridas a más de 2000 personas.

Dentro de varias horas, varias instituciones de importancia estratégica de Turquía, incluido el Complejo Presidencial, el Parlamento, la Dirección General de Seguridad y el Cuartel General de la Inteligencia, fueron atacadas por los que parecían ser una fuerza ocupante. Después de nuestra victoria contra los enemigos de la democracia, fue una misión desafiante, pero crucial, el hecho de asegurar que la misma tragedia nunca volvería a suceder. En este sentido, los últimos dos años han sido un examen de fuego para nuestro país.

En esa fatídica noche, millones de turcos hicieron historia poniendo en peligro a sus propias vidas por el bienestar de la nación. Como ciudadanos libres de diversos orígenes étnicos, políticos y culturales, derrotamos juntos a los golpistas. Fue un día orgulloso que las futuras generaciones recordarán como un momento histórico. Turquía pudo superar el impacto de la traidora intentona golpista del 15 de julio de 2016 gracias al firme liderazgo del presidente Recep Tayyip Erdogan, y la firme fidelidad del pueblo turco a la democracia y el poder de las instituciones de nuestro país. Poco después del golpe fallido, se decretó el estado de emergencia en Turquía para llegar al fondo de lo que sucedió y evitar futuros posibles ataques contra la democracia turca. Después de dos años, el estado de emergencia se levantará la próxima semana, tal como lo prometió el presidente Erdogan antes de las elecciones presidenciales del 24 de junio en las que aseguró la reelección con el 52,6% de los votos. Si la intentona golpista del 15 de julio tuvo lugar en un país con instituciones más débiles y menor cultura democrática, su economía habría colapsado de inmediato. El político se descarrilaría y la paz social estaría en peligro. En este sentido, todo lo que sucedió entre ese asalto a la democracia turca y hoy debe analizarse cuidadosamente, ya que atestigua la capacidad de resistencia de Turquía como país.

 

Nuestro país, pese a la intentona golpista, es el único aliado de la OTAN que lucha simultáneamente contra tres organizaciones terroristas, asesta duros golpes a la banda terrorista PKK y lanzó exitosas ofensivas terrestres contra las posiciones del DAESH en Siria. En consecuencia, no ha ocurrido un gran ataque terrorista en Turquía desde diciembre de 2016. Pese a todos, la economía turca se convirtió en la economía de más rápido crecimiento del mundo en 2017 y creó cientos de miles de nuevos empleos. Durante el mismo período, se celebraron un referéndum constitucional y las elecciones presidenciales y parlamentarias sin ningún problema. Al mismo tiempo, nuestras instituciones políticas y la paz social permanecieron intactas.

En los últimos dos años, los esfuerzos razonables de Turquía para eliminar la amenaza de otra intentona golpista han sido sacados de su contexto por los miembros de prensa occidentales, y lo que creó una gran brecha entre la cobertura de la prensa y los hechos sobre el terreno. En verdad, el estado de emergencia, que es un mecanismo constitucional para proteger nuestra democracia contra las amenazas más graves, no ha afectado la vida cotidiana de los ciudadanos ordinarios. Además, no se han utilizado muchos poderes que la Constitución le otorga al Gobierno en el marco del estado de emergencia. Turquía no ha introdujo controles de capital ni ha impuesto restricciones a los viajes nacionales e internacionales.

Antes de las elecciones generales y el referéndum constitucional de 2017, muchos varios partidos pudieron hacer campañas sin enfrentar ningún tipo de restricción. En conclusión, nosotros, como la nación turca, nos unimos y volvimos a ponernos de pie. Nada va a cambiar esa verdad. Hoy, la invasión de la Organización Terrorista Fethullahista para capturar los corazones y mentes de los honestos y laboriosos turcos ha terminado por completo. Hemos roto el asedio de la FETÖ a las instituciones públicas y la sociedad civil de nuestro país.

Al mismo tiempo, hemos tomado pasos para evitar los esfuerzos de este grupo terrorista para envenenar a las personas de todo el mundo con el pretexto de la educación. Específicamente, la Fundación Turca Maarif ha recibido la tarea de recuperar las escuelas extranjeras de nuestro país y crear nuevas instituciones educativas en el exterior para garantizar que nuestro país siga siendo un faro de esperanza. Además, los gobiernos extranjeros han desarrollado una mejor comprensión de la seriedad con la que Turquía toma este tema, así como las formas en que la FETÖ y sus sirvientes podrían poner en peligro la seguridad de los países donde operan. Por último, por supuesto que continuarán nuestros esfuerzos para entregar los responsables de la intentona golpista del 15 de julio a la justicia.



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