Turquía, Europa y la lucha contra el terrorismo

Los autorizados europeos deben prestar más atención a los retos de seguridad a los que se enfrenta Turquía y deben aceptar que estos interesan a Europa tanto como a Turquía

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Turquía, Europa y la lucha contra el terrorismo

El presidente Recep Tayyip Erdoğan y el primer ministro Binali Yıldırım asistieron a un funeral en el pequeño pueblo de Arifiye, en la provincia septentrional de Sakarya, el 12 de noviembre. Estuvieron acompañados por ministros, gobernadores locales y miles de ciudadanos. Mientras pagaban sus últimos respetos al difunto, las multitudes de luto coreaban consignas antiterroristas.

Este acontecimiento "menor" no se reflejó a los titulares ni a las noticias en los medios de comunicación occidentales. Ningún autorizado europeo hizo declaraciones firmes sobre el dolor y la tristeza de la esposa de Muhammed Fatih Safirtürk, el gobernador de distrito de Derik, en la provincia sudoriental de Mardin, asesinado por el PKK en su oficina.

Ningún comité de la UE se reunió para investigar y condenar los sistemáticos ataques terroristas del PKK y a aquellos que los apoyan en la política y los medios de comunicación. Ningún embajador de la UE estuvo presente en el funeral ni tampoco escuchamos a nadie que se comunicara con la familia de Safitürk para expresar sus condolencias.

Esta es la repetición de un patrón que ha estado en hecho durante varios años. Las autoridades europeas hacen declaraciones a medias para condenar los ataques del PKK pero no dicen nada sobre quienes los apoyan directa o indirectamente. Ellos pasan más tiempo criticando al Gobierno que se moviliza contra aquellos que buscan justificar y glorificar el terrorismo del PKK en lugar de proporcionar ayuda concreta. Consideran incómodo hablar del hecho de que los miembros del Parlamento del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y sus medios de comunicación nunca condenan los ataques terroristas del PKK, los coches bomba, los atentados suicidas y los asesinatos selectivos. Dicen que la UE considera al PKK como una organización terrorista, pero permite a los agentes del PKK  y propagandistas a trabajar para el grupo terrorista, recaudar dinero, reclutar terroristas, propagar su ideología en Europa y defender sus intereses en las asambleas nacionales y en Bruselas. Cada vez que los ciudadanos turcos ven las banderas del PKK en el Parlamento Europeo y en las calles de las capitales europeas, sacan conclusiones que molestan a los europeos. ¿Quién tiene la culpa aquí?

La administración del presidente estadounidense, Barack Obama, no es diferente cuando se trata de apoyar al Partido de la Unión Democrática (PYD), la ramificación en Siria del PKK, y su ala armada, la Unión de la Protección de los Pueblos (YPG), en nombre de la lucha contra el DAESH. Pese a la realidad de que no podemos derrotar el terrorismo con otra organización terrorista, el Gobierno estadounidense continúa suministrando armas, municiones, entrenamiento e inteligencia a la ramificación en Siria del PKK.

Pero hay fuerzas de oposición sirias legítimas para luchar contra los monstruos gemelos de la guerra siria, es decir, el régimen de Asad y el DAESH. La Operación Escudo del Éufrates, iniciada por Turquía el 24 de agosto, ha demostrado lo siguiente: existe una manera más efectiva y legítima de enfrentar el terrorismo de DAESH que dar armas a fuerzas cuya lealtad no está en el pueblo sirio, sino en el PKK y su centro de mando en la Montaña de Qandil.

Cuando los europeos critican la detención de diputados del HDP y hacen declaraciones furiosas sin investigar completamente los hechos, simplemente revitalizan la percepción de que “Europa tiene doble rasero sobre el terrorismo.”

El hecho es que otros diputados cuyas inmunidades fueron levantadas entraron a dar sus declaraciones sin cuestionar órdenes judiciales. Pero los diputados del HDP desafiaron abiertamente a los tribunales y se negaron a condenar los ataques del PKK. 

Los políticos europeos, al estar al lado de los que blanquean el terrorismo en nombre de la libertad de expresión, tratan de imponer un principio a Turquía que nunca permitirían en Europa. ¿Podrían imaginarse que las instituciones políticas y las asambleas nacionales de la UE permitan a los diputados para defender a Al Qaeda y al DAESH, glorificar sus actos terroristas y desafiar a las decisiones de la corte?

No sirve para nada condenar al terrorismo sin hacer un acto real. Y es una hipocresía criticar a Turquía por hacer las cosas que se podrían hacer por parte de muchos europeos cuando se confrontan con la misma situación en su propio país. El ejemplo más claro por ello es el Amanecer Dorado, el partido neo-nazi y fascista que fue el tercer mayor partido y entró en el Parlamento griego obteniendo un 6.9% de los votos en 2012. Fueron acusados en 2013, el secretario general y algunos diputados del partido por unas cosas entre ellas un homicidio y fueron arrestados antes del pleito. Si hubieran encontrado como culpable estarían en la prisión. Nosotros en aquel período no vimos que cualquier autorizado de la UE lanzó críticas al gobierno griego por esta actitud hecha en contra de un partido político. En el ejemplo de Turquía, las acusaciones son más graves por mantener apoyo al terrorismo. Es su derecho de Turquía esperar la solidaridad de sus aliados estadounidenses y europeos en contra del terrorismo.   

Hubo otras situaciones que aumentaron este doble estándar. Después de la intentona golpista sangrienta del 15 de julio que causó la muerte de  más de 240 personas, el gobierno comenzó a buscar a los planificadores de este golpe. Mientras los autorizados europeos dijeron algo para condenar la intentona golpista fracasada, dijeron nueve cosas para criticar al gobierno que entregó los golpistas a la justicia. ¿Si Europa ofreció una cualquier ayuda? Los nueve soldados en fuga después del golpe se huyeron a Grecia y todavía están allí. A lo mejor no centenares pero decenas de Gülenistas se huyeron a los países europeos. ¿Si Europa los devolvió o no a pesar de que hay las decisiones de captura en contra de ellos? ¿Si entre estos países compartió o no una inteligencia en contra de las estructuraciones de PKK o Gülenistas en las ciudades europeas? Aún en los tiempos cuando estaba muy de moda acusar a Turquía por permitir a los guerreros terroristas extranjeros que pasaran a Siria, muy poco número de países europeos compartió la inteligencia cumpliendo sus deberes de casa y controló al principio a sus propios ciudadanos sin lanzar acusaciones en contra de Turquía. 

Al contrario, están ocupados en honorificar a los que se dieron al tribunal  por las actividades que forman delito en Turquía. El presidente alemán no podía desafiar para hospedar en su propio palacio presidencial a un ciudadano condenado de otro país – como los EEUU y Francia.

El Gobierno alemán nunca consideraría dar un pasaporte temporal a Eric Snowden, quien es acusado de filtrar documentos gubernamentales a Wikileaks y que aún se encuentra escondido en Rusia. Pero lo pueden hacer cuando se trata de Turquía. Los europeos piensan que son libres de invitar a los partidarios del PKK a sus propias reuniones para “explicar” lo que está sucediendo en Turquía, y luego escriben “informes de progreso” basados en ellos. A continuación amenaza a Turquía con suspender las negociaciones de adhesión a la Unión Europea o practicar sanciones. Cuando Turquía reacciona contra este doble estándar estancado, es etiquetada como autoritaria, intolerante, agresiva, etcétera, etcétera.

Lo que la gente ve y lo que sabe es: Muhammed Fatih Safirtürk, el gobernador de distrito de Derik, fue asesinado por el PKK, dejando atrás a una viuda de luto y un niño. Al día siguiente, los medios de comunicación del PKK elogiaron este ataque. Y los funcionarios europeos no han condenado estas declaraciones.

Esta es una tendencia preocupante y debe ser revertida. De lo contrario, Europa perderá toda una nación. Turquía considera la adhesión a la UE como un propósito estratégico. En un mundo de creciente interdependencia, las relaciones turco-europeas son clave para la seguridad regional y la estabilidad global. Turquía tiene amigos en Europa y dentro de la UE, y estos amigos deben alzar la voz y corregir la imagen de Europa en ese sentido. El proceso de liberalización de visados, tal como se acordó en 2013, debería finalizarse sin más. La UE tiene que cumplir con sus responsabilidades financieras como parte del acuerdo de inmigración Turquía-UE. Las conversaciones de adhesión deben ser aceleradas y se deben abrir y cerrar nuevos capítulos. Los autorizados europeos deben prestar más atención a los retos de seguridad a los que se enfrenta Turquía y deben aceptar que estos interesan a Europa tanto como a Turquía.

 

 



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