Turquía llama a la paz y hermandad al mundo islámico

El presidente de la Dirección General de Asuntos Religiosos, Mehmet Görmez, ha llamado a la serenidad ante los conflictos sectarios que llegaron a una dimensión hasta amenazar el mundo islámico

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Turquía llama a la paz y hermandad al mundo islámico


El presidente de la Dirección General de Asuntos Religiosos (Diyanet), Mehmet Görmez, ha convocado a la serenidad ante la situación de que los conflictos sectarios llegaron a una dimensión hasta amenazar el mundo islámico.

El texto redactado en turco por Görmez se ha traducido a los idiomas de árabe, persa, inglés, francés, alemán, ruso, y dos dialectos del kurdo; kurmandji y sorani.

Al comparecer ante los medios, el titular turco expresó lo siguiente:

Las crisis, las tensiones políticas y militares, los conflictos que se pretenden basar en razas y actitudes en el mundo islámico, han llegado a las dimensiones hasta amenazar la seguridad del mundo islámico. Por último, el ambiente de caos que se producen en Irak y Siria, principalmente en Mosul, ha acrecentado más la actual tensión. Las respectivas afirmaciones con contenido violento, las declaraciones de yihad, las amenazas por el derribo de los sitios sagrados, los secuestros de humanos y las matanzas en este proceso demuestran las señales de las sacudidas preliminares de las tragedias masivas inminentes.

En el caso de que estos sucesos lleguen a un punto irreversible, sería inevitable que se registren en el mundo islámico las permanentes rupturas humanas, sociales, religiosas y sectarias.

En este sentido, invitamos a todos a actuar conjunto para la solución de la esta cuestión y seguir los siguientes puntos:

1. La identidad musulmana es más superior que todo tipo de pertenencias sectarias, espirituales, geográficas, étnicas y políticas. Ninguna estructura debe permitir los intentos por romper la hermandad y la unidad islámicas. De acuerdo con el Corán y la Sunna, son intocables las vidas, la sangre, el bienestar y el honor de la gente. El derramamiento de sangre de alguien injustamente se contempla como el crimen más grande para la religión.

2. No es posible dirigir una sociedad basada en una estructura religiosa, sectaria y étnica puesto que existe desde hace 1400 años con todas sus diferencias. Nadie o ningún grupo puede guerrear contra las creencias, los valores y las ideas de otras personas. Todos deben tener el derecho a vivir libremente de acuerdo con sus conocimientos históricos en los territorios donde viven. Cada postura y actitud en su contrario se debe considerar como elementos que intentan provocar sediciones en estos territorios que son la casa de saludos y creencias.

3. Considerar contararias las tradiciones de Ahl al-Bayt (la gente de la casa del Profeta Mahoma, los más allegados a él en su tiempo y sus descendientes actuales) y Ahl al Sunnah (la gente de la Sunna), que surgieron durante el proceso histórico, y la lucha de fuerzas basada en ellas se debe considerar como una gran sedición. Tanto Ahl al-Bayt como Ahl al Sunnah pertenecen al Profeta Mahoma. Adelantar que estos elementos están inmersos en conflictos y soportar esta idea nunca puede ser aceptable.

4. Es inaceptable que ningún grupo, facción o comunidad musulmanes puede aceptar su entendimiento religioso como la verdad absoluta ni siquiera alinear otros acercamientos religiosos y declararlos como incrédulos y condenarlos a la muerte.

5. Cada persona que se considera como musulmán está en el círculo islámico. Nadie tiene la autoridad de llamar a otra persona como no musulmán. Tal como en la historia aquellos que declararon a otros como incrédulos se condenaron por las conciencias musulmanas, también hoy es claro que estas ideas emergentes serán rechazadas por la conciencia de los musulmanes. La visión anticipada y la percepción de los musulmanes que tienen sentido común y conciencia nunca permitirá que surjan este tipo de estructuras.

6. Es admisible que una estructura a constituir tras la destrucción de los inocentes, niños, mujeres y ancianos, víctimas de los conflictos de intereses, y su deportación de sus casas, se identifique con el Islam.

7. Nunca son aceptables las declaraciones amenazantes de algunos circuitos contra la demolición de sepulturas de las personalidades espirituales de los mayores de Ahl al-Bayt como Hazrat Ali, Hazrat Hüseyin y Abu al-Fadl que yacen en Kerbala y Nayaf. Es que los sitios excepcionales como Nayaf y Kerbala, son valores grandes y comunes no solo de los mayores de Ahl al-Bayt, los chíies o suníes, sino también de toda la nación islámica.

8. Asimismo, no se puede admitir la declaración de yihad de algunos circuitos contra otros. Es que el Corán y la Sunnah (las actitudes, acciones y palabras del Profeta Mahoma) nunca ordenaron un yihad que permite el derramamiento de la sangre de otro musulmán. El gran yihad que los musulmanes puede declarar conjuntamente es el yihad contra la ignorancia, la pobreza, la opresión, la sedición y las discordias. Ninguna persona puede justificar otras vulnerabilidades en nombre de yihad contra la opresión.

9. Las fatwas individuales de eruditos e instituciones religiosas son sumamente inquietantes en este proceso. Hoy la responsabilidad que recae sobre los ilustrados es reconstruir el moral y el derecho de la convivencia en paz al contemplar como una misericordia y riqueza las discrepancias ideológicas en el mundo islámico, en vez de dar fatwas que sirven solamente para crear divisiones en la sociedad. Las fatwas que provocan el derramamiento de sangre no tendrán ningún valor como las declaraciones que fracasan extinguir el fuego de las sediciones. Al contrario, todo el mundo islámico se convierte en el ambiente de crímenes, y los eruditos islámicos en cómplices. No es suficiente seguir solamente con preocupación todo lo ocurrido. Hace falta que todos los líderes religiosos y eruditos actúen con unión y solidaridad para impedir un conflicto que puede desencadenar resultados deplorables. Eso es la misión religiosa, moral y concienciada.

10. Es necesario que se reúnan los representantes de las instituciones y organizaciones religiosas en las regiones donde se producen intensos conflictos para emprender iniciativas de solución con base religiosa y moral en materia de las áreas de conflictos, principalmente Irak y Siria. Una delegación compuesta por los líderes de opinión en el área de religión y moral en el mundo islámico, ha de tomar una iniciativa para la supresión de polarización basada en sectarismo. En este sentido, las instituciones y organizaciones musulmanas de carácter internacional deben asumir responsabilidad. La Dirección General de Asuntos Religiosos gustaría asumir cargos en este tema.


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