El bótox, el tratamiento estético más demandado del mundo

La inmortalidad o el deseo de parecer siempre joven siempre ha llamado la atención del ser humano. Incluso cuando es necesario involucrar a seres divinos, pedir ayuda a las estrellas, recurrir a hechiceros o pociones, no se ha dado un paso atrás. Sin embargo, nada puede salvar a las personas de verse expuestas a un inevitable proceso de envejecimiento con el paso de los años. Se trata de un proceso inevitable, sobre todo si tenemos en cuenta los factores medioambientales actuales, especialmente la contaminación atmosférica, y la desnaturalización progresiva de los productos que se comen y beben. A medida que el ciclo de vida de las células juveniles se ralentiza paulatinamente, el aspecto externo se deteriora, se producen diversos cambios en la piel, como flacidez, arrugas e imperfecciones, que también alteran la moral de la persona, y no es posible detener el envejecimiento. Pues bien, ¿no se puede frenar un poco este proceso que hace que nos convirtamos en enemigos de los espejos y prevenir, al menos parcialmente, la deformación que el envejecimiento provoca en nuestro aspecto? La respuesta a esta pregunta ha estado dentro del dominio de la industria cosmética durante años, pero el resultado deseado provino de la ciencia médica.

Las investigaciones científicas han demostrado que las aplicaciones estéticas en el cuerpo afectan seriamente al deseo y a la alegría de vivir, pero aquí, más que un tratamiento general, priman los estudios personalizados y específicos. La aplicación de bótox, que es la preferida en los últimos años, es un subproducto accidental de un método de mejora en el campo de la medicina. El tratamiento con bótox fue un método eficaz utilizado por los médicos en la década de 1980, especialmente para la eliminación de trastornos como el ojo vago y el estrabismo. Sin embargo, durante las aplicaciones para tratar estas enfermedades, los médicos descubrieron, aunque accidentalmente, que el bótox reduce en gran medida las arrugas al estimular los músculos de la cara. El hecho de que el bótox eliminara en gran medida las arrugas alrededor de los ojos y la frente, de las que se quejan frecuentemente las mujeres y los hombres de mediana edad, creó en los años 90 una nueva moda en el campo de la estética facial. Lo que determinó el destino del bótox fue la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), que aprobó parcialmente esta aplicación en 2002. La aprobación de la FDA permitió a muchos hospitales abrir sus puertas a esta nueva tendencia estética.

El bótox, que toma su nombre de la bacteria de la que se obtiene, se produce depurando neurotoxinas que provocan la estimulación y tensión de los músculos. Por lo tanto, como muchas otras drogas, contiene veneno diluido en su esencia, por lo que es necesario tener mucho cuidado al utilizarla. No hay que olvidar que el bótox sólo puede corregir las arrugas debidas al movimiento de los músculos mímicos, y su efecto contra las arrugas profundas formadas a lo largo de muchos años es muy limitado. El bótox es administrado mediante el método de inyección en dosis muy pequeñas por médicos especializados en dermatología o cirugía plástica, y los resultados son totalmente visibles en 10 y 15 días. La aplicación de bótox, cuyo efecto dura un máximo de 6 meses y debe repetirse, está estrictamente prohibida para algunas personas. Las personas con enfermedades del sistema nervioso-muscular, las mujeres embarazadas, las que toman medicamentos de tipo antibiótico y las alérgicas al huevo deben evitar el bótox.

Las aplicaciones de bótox, que son realizadas por personas no especializadas o no toman en cuenta las características personales de los pacientes y contienen dosis altas, provocan expresiones exageradas, especialmente en el área facial, y como resultado, estas personas se ofenden en la vida social y convertirse en el blanco de las bromas. Por lo tanto, aquellos que piensan que alcanzarán la belleza eterna mediante la aplicación de bótox realizada por personas incompetentes en clínicas ilegales se enfrentan a una gran decepción. Sin embargo, no es posible renunciar al bótox, uno de los descubrimientos accidentales más valiosos de los últimos 30 años en el campo de la cosmética, al menos hasta que se encuentre un sustituto mejor. Porque desde la antigüedad, el deseo de la humanidad de permanecer joven para siempre, si no de inmortalidad, nunca ha cambiado y no parece que vaya a cambiar.