La postura de Türkiye sobre la adhesión de Suecia a la OTAN

El análisis del escritor Profesor Doctor Murat Yeşiltaş, director de Investigaciones de la Política Exterior, SETA

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La postura de Türkiye sobre la adhesión de Suecia a la OTAN

La postura de Türkiye sobre la adhesión de Suecia a la OTAN

Tras el intento de invasión de Ucrania por parte de Rusia, los países bálticos, que no son miembros de la OTAN e históricamente han mantenido su neutralidad, se han enfrentado a un gran riesgo. Debido a su proximidad geográfica con Rusia, Finlandia y Suecia solicitaron el ingreso en la OTAN y pidieron que se acelerara el proceso de adhesión. Finlandia ha logrado responder a las preocupaciones de Türkiye y se ha convertido en miembro, mientras que Türkiye sigue esperando que Suecia tome medidas concretas para aplicar la ley antiterrorista que entró en vigor el 1 de junio. Independientemente de la adhesión de Suecia, Türkiye sigue insistiendo en hacer de la lucha contra el terrorismo internacional uno de los objetivos comunes dentro de la OTAN, como hace en todas las plataformas internacionales.

Ucrania, que desde la década de 2000 se ha convertido en el escenario del conflicto de influencia política y económica entre Europa y Rusia, ha tenido que pagar un alto precio por su acercamiento con Occidente. Antes de la invasión, Rusia había exigido a la OTAN que detuviera su expansión y garantizara que Ucrania no se uniría a la alianza. El objetivo de las exigencias rusas, que supondrían comprometer la soberanía nacional de Ucrania, era sentar las bases para la invasión de Rusia más que encontrar una solución. Ante esta situación, países como Finlandia y Suecia, que no son miembros de la OTAN, solicitaron su ingreso para evitar una amenaza similar. Los planes de Rusia de invadir y anexionarse Ucrania sin una resistencia significativa fracasaron por varias razones diferentes. El ejército ucraniano, que ha sufrido una seria reestructuración desde la invasión de Crimea en 2014, fue mucho más fuerte en 2022. La inteligencia estadounidense advirtió de la invasión e impidió que Rusia lanzara un ataque repentino. El liderazgo de Volodímir Zelenski, que se negó a salir de Kiev y abandonar el país, también desempeñó un papel fundamental. El hecho de que el ejército ruso estuviera mucho menos preparado y fuera más ineficaz de lo esperado también hizo imposible un éxito rápido para Rusia. Los países bálticos, al ver este panorama, se dieron cuenta de que Rusia no era tan fuerte militarmente como pensaban, pero surgió la preocupación de que Rusia pudiera extender la guerra a Europa del Este y al Báltico, especialmente en los primeros meses de la invasión.

En el contexto de la guerra en Ucrania, el abandono por parte de Finlandia y Suecia de su postura neutral al cambiar su concepto de seguridad tiene una importancia histórica en todos los sentidos. Sin embargo, Türkiye lleva mucho tiempo expresando su profundo descontento con el apoyo directo e indirecto de muchos países de la OTAN al YPG, la ramificación siria del PKK. Türkiye, que ha planteado esta cuestión en numerosas ocasiones en las pasadas cumbres de la OTAN, tanto en el contexto de Siria como en el de la lucha contra el terrorismo internacional, está haciendo todo lo posible para limitar y poner fin al apoyo de Estados Unidos y algunos aliados al YPG. En comparación con Finlandia, que cumple rápidamente los requisitos del Acuerdo Tripartito firmado por Finlandia y Suecia, Türkiye ha adoptado una actitud diferente hacia una Suecia que avanza más lentamente. Las últimas declaraciones del presidente turco Recep Tayyip Erdogan indican que Türkiye no tendrá prisa por tomar medidas rápidas sobre este tema antes de la Cumbre de Vilnius en julio.

Como país que no se ha opuesto a la adhesión de Georgia y Ucrania en el pasado, Türkiye apoya la política de puertas abiertas de la OTAN hacia la ampliación. Reconociendo que la ampliación de la OTAN puede aportar valor estratégico, pero también preocupada por los conflictos regionales, Türkiye se opone al comportamiento de países como Suecia que ignoran las preocupaciones de seguridad nacional de otros países en nombre de la protección de los valores democráticos. Se sabe que esta actitud no es exclusiva de Suecia y que los países como Estados Unidos, Alemania y Francia también subestiman de vez en cuando las preocupaciones de Türkiye por el terrorismo. En un entorno en el que la OTAN intenta renovarse a escala mundial, los esfuerzos de Türkiye por hacer del terrorismo uno de los principales puntos de su agenda constituyen una política perfectamente legítima y razonable. Sin embargo, la insuficiente sensibilidad de Suecia en esta tema ha afectado al esperado proceso de ampliación de la OTAN. En consecuencia, la aceptación de Suecia como miembro de la OTAN sólo será posible con la aprobación de Türkiye.

 

 



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