La normalización irano-saudí y China

En un momento cuando la normalización de las relaciones turco-sirias ha comenzado a realizarse bajo la mediación de Irán y Rusia, hay que esperar el efecto de la normalización irano-saudí sobre el proceso en Siria

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La normalización irano-saudí y China

La normalización irano-saudí y China

AFP PHOTO / HO / NOURNEWS

En virtud de las decisiones tomadas en las negociaciones entre el 6 el 10 de marzo en Pekín, China, volverán ponerse en actividad las embajadas de ambos países dentro de dos meses.

Además, ambos países decidieron reanimar el acuerdo de seguridad (2001) firmado durante la gestión del reformista presidente iraní, Mohammed Jatami (1997-2005) y el acuerdo cooperación de 1998 (en áreas de economía, educación, cultura, tecnología y salud, entre otras).

A las negociaciones organizadas con la iniciativa del presidente de China, Xi Jinping, asistieron el secretario de estado saudí Al-Aiban y el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Shamjani.

Un análisis del Prof. Dr. Murat Yeşiltaş, director de Estudios de Seguridad en SETA.

Se agradeció a los dos países por el papel desempeñado a lo largo del proceso en el comunicado final tras el éxito de las negociaciones. Sin embargo, la cuestión de por qué China, que se incluyó en la ecuación en el último momento, y no Irak u Omán, podría gestionar el acuerdo es una pregunta que merece ser considerada. Hay que tener en cuenta la visión de convertirse en una potencia hegemónica global de China y su estrategia de abrirse al Oriente Medio mientras buscamos la respuesta.

Es una detección que se repite con frecuencia que el compromiso económico ha predominado en la visión de China de convertirse en una potencia global hasta hace poco, y Pekín ha seguido una estrategia de contención en los campos político, militar y diplomático. Pero, recientemente China ha empezado a tomar pasos políticos más notables en las ecuaciones de Asia Central, Oriente Medio, hasta Ucrania. Uno de los motivos importantes de ello es el hecho de que se esté acercando el aspecto militar continuamente pospuesto de la competitividad de potencias con EEUU. El otro motivo es el surgimiento de la necesidad de reforzar la expansión económica en áreas política y militar.

De esta forma, es llamativa la interacción que ha aumentado en los últimos años entre China y los países de Oriente Medio. Por supuesto la alta demanda de energía está a la cabeza de los factores que le empujan a China hacia la región. China, que depende del petróleo extranjero, es uno de los principales clientes del petróleo de Arabia Saudí e Irán. Arabia Saudí es el país donde China compra más petróleo en el mundo. Casi 1,75 millones de barriles/día vendidos por Arabia Saudí. Le sigue Rusia con 1,5 millones de barriles. Si bien no se puede constatar oficialmente la cantidad del petróleo vendido por Irán a China, según diversas estimaciones, la cantidad varía entre 750 mil y 1,25 millones de barriles. Eso hace que Irán sea el tercer mayor proveedor de petróleo para China. China es el país que Irán vende más petróleo. En 2021 se firmó un acuerdo de 400 mil millones de dólares para 25 años entre Irán y China.

La pregunta principal es ¿qué es lo que empuja a China a mediar en la tensión irano-saudí? La primera respuesta que viene a la mente es el objetivo de convertir el compromiso económico de China en un compromiso político y que estas dos dimensiones se fortalezcan mutuamente. Hay que comenzar en que China quiere tener buenas relaciones con ambas naciones. La tensión entre Teherán y Riad afecta indirectamente a Pekín. La situación se observó más claramente durante la visita Xi Jinping a Riad en diciembre. Las declaraciones hechas a raíz de las conversaciones entre Pekín y Riad y después de la cumbre China-Consejo de Cooperación para el Golfo tensaron las relaciones entre Irán y China. Si bien las maniobras diplomáticas de China y la visita a Pekín del presidente iraní Ebrahim Raisi lograron suavizar la atmósfera luego de los mensajes fuertes de Irán, era inevitable que Pekín pudiera sufrir parecidos accidentes mientras no se mejoren las relaciones entre Teherán y Riad. Además, esta tensión mantenía a un nivel limitado el potencial de China de cooperar con ambos países.

La mejoría de las relaciones entre los dos países importantes de Oriente Medio fue percibida como un adelanto positivo para los países de la región. Es de esperar que este avance positivo se refleje a los conflictos y tensiones regionales. Se puede anticipar que Irán y Arabia Saudí – en una guerra proxy en Yemen desde hace años – tomen pasos para terminar la guerra en la región. Pero, no sería muy fácil.

Por otra parte, se ve que se está avanzando paso a paso hacia un parecido proceso de paz y reconstrucción política en Siria también. En un momento cuando la normalización de las relaciones turco-sirias ha comenzado a realizarse bajo la mediación de Irán y Rusia, hay que esperar el efecto de la normalización irano-saudí sobre el proceso en Siria. Que Arabia Saudí vuelva a iniciar sus relaciones diplomáticas con Siria justo después de esta normalización apunta a que la ola de normalizaciones continuará.

Murat YEŞİLTAŞ



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