¿Recuerdan aquellos días en que no nos habíamos encontrado con la ansiedad y la prisa?

¿Recuerdan y extrañan su infancia? Como saben ese período en el que el tiempo no pasaba al igual un abrir y cerrar de ojos y los días eran largos y llenos... No se preocupen, hoy no hablaremos de nostalgia. Solo queremos que recuerden aquellos tiempos en los que el tiempo fluía de manera distinta. Los tiempos que corríamos no para alcanzar algo, sino para alcanzar a nuestros amigos… ¿Recuerdan aquellos días en que no nos habíamos encontrado con la ansiedad y las prisas de llegar a algún lado?

El incremento de la población urbana tras la industrialización y los desarrollos tecnológicos que continuaron, trajeron el fenómeno de la globalización que todos conocemos hoy. Con la fundación de la primera red informática, el mundo se convirtió en un pequeño pueblo. Sin duda, este desarrollo también tuvo consecuencias positivas. Pero desde una perspectiva amplia, los aspectos negativos superaron los consecuencias positivas. Porque teníamos que acelerar para trabajar más duro y producir más. Para comer rápido, pensar rápido y no perdernos las novedades, teníamos que acelerar y  consumimos todo  rápido. En el pueblo cada vez más pequeño, todo empezó a parecerse, y las pequeñas aldeas y los productores locales se vieron afectados negativamente por estos desarrollos. Los valores locales y tradicionales estaban amenazados de extinción. En este punto, surgió un concepto en Italia: Cittaslow, es decir, "Lenta" o " Ciudad Lenta (Cittaslow)". Hoy hablaremos de Seferihisar, la primera ciudad lenta de Turquía en las Primicias de Anatolia.

Como consecuencia de la globalización, la creciente similitud de las ciudades y el temor a que prevaleciera la mediocridad, dio lugar al movimiento " Ciudad Lenta". La idea de ciudades que pudieran crear sus propios valores, amparar y proteger sus bienes locales y culturales fue adoptada en poco tiempo. Este movimiento, que comenzó en Italia, se extendió por todo el mundo. El distrito de Seferihisar de Izmir también fue el primer asentamiento en Turquía que se eligió para la Asociación de Ciudades Lentas (Cittaslow).

El movimiento Ciudad Lenta (Cittaslow) eligió una figura de caracol como su logotipo. Este logotipo de color naranja, en el que se colocan edificios históricos y edificios actuales en su caparazón, en realidad cuenta muchas cosas. Porque el caracol es un ser identificado con la lentitud. El caracol, que viaja despacio con su casa a cuestas, habla de su filosofía de vida tranquila. Las casas en su caparazón subrayan que el patrimonio cultural y la vida moderna pueden seguir en armonía.

Seferihisar, la primera ciudad lenta de Turquía, sale adelante con sus campos de mandarinos, fuentes de energía renovable como la energía solar, geotérmica y eólica, y muchas ciudades antiguas. Este es un lugar donde la atmósfera de la “ciudad tranquila” se siente de manera impactante. Porque para que un asentamiento sea una ciudad lenta, debe cumplir ciertos criterios. En ciudades lentas se requiere tener principios como la sensibilidad con el medio ambiente, incrementar la calidad de vida urbana, amparar los valores locales en la agricultura, el turismo y la producción. Seferihisar también está haciendo esto más que suficiente y tiene derecho a ser la primera ciudad lenta de Turquía y la 121 del mundo.

En Seferihisar se encuentra Teos, una de las ciudades portuarias más importantes y antiguas del Período Antiguo. La antigua ciudad de Teos contiene el primer sindicato de artistas fundado en Anatolia y el Templo de Dionisio (Dionizos) más grande del mundo.

Otro lugar destacado en Seferihisar es Sığacık con su castillo de la época selyúcida. Este lugar tiene calles tranquilas donde el tiempo verdaderamente se ralentiza, con su arquitectura muy bien protegida, escondido dentro de los muros del castillo. Los domingos, Sığacık es famoso por su mercado local, donde el propio productor vende solo los productos frescos producidos aquí.

Con sus playas de bandera azul, jardines de mandarinos y olivos, Seferihisar es un lugar como paraiso donde la vida es sin preocupaciones. El alumbrado público funciona con energía solar, se fomenta el uso de bicicletas en el transporte y las carreteras se diseñan pensando en las personas mayores y discapacitadas. Cada año, se organiza un "Festival de Intercambio de Semillas" en Seferihisar, donde las semillas locales se multiplican y distribuyen a los agricultores. Seferihisar cumple con creces el requisito de ser una ciudad lenta con sus restaurantes donde se sirven platos locales y mercados de productores donde los productores pueden vender sin intermediarios.

A pesar de que la mayoría de las ciudades están condenadas a volverse ordinarias como resultado de la vida moderna y la globalización, el movimiento Ciudad Lenta está cambiando este destino. La identidad única de las ciudades con su historia, naturaleza, cultura y tradiciones se conserva y esto contribuye en gran medida a las ciudades. A partir de 2022, hay 21 ciudades tranquilas en Turquía y su cifar aumenta cada día más. Ahlat, Gökçeada, Halfeti, Köyceğiz, Şavşat, Vize y Güdül son algunas de las ciudades lentas de Turquía. Algunos se asemejan a un paraíso en la tierra, algunos son el hogar de asentamientos que esperan ser descubiertos.

¿No le parece muy atractivo pensar que la vida fluye por sí sola, nos centramos en el momento, y vivimos lejos del caos y las prisas? ¿No le gustaría disminuir la velocidad un poco y disfrutar de la vida en lugar de pasar el tiempo a la vez? Si crees que sí o lo deseas, puedes ser testigo de ello visitando una ciudad lenta y sumergirte en el encanto de estas ciudades donde el tiempo se percibe de otra manera.

En las Primicias de Anatolia, hablamos sobre el Movimiento ciudad Lenta, que se centra en la naturaleza, los recursos naturales, los valores históricos y culturales, la gente y la calidad de vida, y la primera ciudad lenta de Turquía, Seferihisar.