¿Sabían que Turquía es el cuarto país productor de tomates del mundo?

Al igual en el mundo, es el tomate, uno de los productos agrícolas más consumidos en la cocina turca. Aún, en la cocina turca, se dice “Fríe la cebolla y la pasta de tomate, luego lo que le pongas se convierte en su comida”. Es un material irreemplazable. El tomate, cuya patria es América Central y del Sur, en el siglo XVI se extendió desde México a Europa, y los comerciantes turcos jugaron un papel importante en su expansión a los países del Mediterráneo y Medio Oriente.

El tomate es un comestible que tiene propiedades protectoras contra muchas enfermedades por su alto contenido en vitaminas A, E y C, muchas sustancias minerales y riqueza en fibra vegetal, sobre todo potasio, además de licopeno, betacaroteno y flavonoides que contiene. No se sabe precisamente cuántas variedades de tomates se producen en el mundo. En Turquía, se desarrolla e incrementa constantemente la producción de distintos tipos. Hay una gran variedad de tomates, que se pueden cultivar al aire libre e invernadero, en el suelo y en forma de poste, y comercializarse frescos y procesados.

Turquía, que es el cuarto país con mayor producción de tomate en el mundo, es el quinto país que exporta más tomates frescos de mesa y el tercero que más pasta de tomate exporta. Los turistas que vienen a Turquía que se premian con decenas de tomates locales, hablan del delicioso sabor del tomate que comen aquí cuando vuelven a sus países.