El año 2022 sigue presentando grandes oportunidades y riesgos para Oriente Medio

El análisis de Can ACUN, investigador de la Fundación de Estudios de Política, Economía y Sociedad (SETA)

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El año 2022 sigue presentando grandes oportunidades y riesgos para Oriente Medio

El 2021 transcurrió con grandes desafíos para Oriente Medio.

Mientras hubo reflejos económicos y políticos de los problemas de salud originados ​​por el Covid-19, los enfrentamientos continuaron en muchos países como Siria y Libia, y la estabilidad política no pudo plantearse totalmente. La retirada paso a paso de tropas de la región, sobre todo Afganistán, por parte de EEEUU, aseguró nuevas oportunidades geopolíticas tanto para China como para Rusia, al igual que para países regionales como Turquía e Irán. El año 2022 sigue presentando grandes oportunidades y riesgos para la región.

2021 fue un año muy difícil para los países de Oriente Medio. Sobre todo, los efectos de la pandemia mundial se sintieron de forma seria y la infraestructura de salud de los países enfrentó grandes desafíos. Mientras algunos países con un sistema de salud fuerte, como Turquía, dieron una buena prueba, se manifestaron serias dificultades en la mayoría de los países de Oriente Medio. Una vez más, a pesar de que los enfrentamientos siguieron en muchos países de la región desde Libia hasta Siria, la estabilidad política no se produjo. Igualmente, la retirada sucesiva de las tropas norteamericanas de la región, sobre todo Afganistán, creó un vacío de poder. Cuando  actores extranjeros como Rusia y China intentan llenar este campo, también surgieron importantes oportunidades para Turquía e Irán. Los países del Golfo, que antes habían seguido una política grosera y agresiva basada en EEUU, comenzaron a intentar normalizar sus relaciones con los países de la región analizando sus políticas actuales.

Parece muy posible que el año 2022 esté marcado por estos motivos. En otras palabras, por una parte, cómo llenar el vacío de poder que se producirá con la retirada de EEUU, por otro lado, el proceso de normalización entre Turquía y los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Egipto. De igual manera, la normalización entre los países del Golfo e Irán también influirá el proceso a gran escala. Todos los países de Oriente Medio están en busca de una normalización, a pesar de que  por razones gradualmente diferentes. La espiral de perder-perder que está ocurriendo durante algún tiempo agotó a todos los países. Pese a lo cual , aunque los procesos de normalización exponen una imagen positiva para Oriente Medio, la insistencia nuclear de Irán, las posibles amenazas de Israel y la inestabilidad en regiones como Siria, Libia, Líbano y Yemen seguirán planteando grandes amenazas. No se puede decir que exista una visión muy optimista de una genuina normalización y el establecimiento de su infraestructura institucional antes de que desaparezcan los problemas estructurales en la región.



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