La fuerza dura y Turquía

Desde hace varios años, Turquía no se ha abstenido de emplear su potencia militar eficiente en las áreas de combate cuerpo a cuerpo en la geografía regional adoptando la nueva doctrina de seguridad

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La fuerza dura y Turquía

Los conflictos entre Azerbaiyán y Armenia, que han empezado a repetirse frecuentemente, se han transformado esta vez en una guerra entre dos estados cambiando de escala.

El hecho de que Turquía haya expuesto una posición clara en el lado de Azerbaiyán, y configurado la marcha de la guerra a favor del ejército azerbaiyano gracias al equipo militar que ha suministrado volvió a asegurar que es una potencia que se perfila con sus fuertes elementos.

Opinión de Can ACUN, investigador de Política Exterior / SETA...

Turquía ha obtenido un avance espectacular en la industria de defensa en la última década. A partir del fallido golpe de estado de 2016, su burocracia de seguridad y su ejército han sido rediseñados. Ankara ya es una potencia militar que nadie podría pasar por alto.

Mientras Turquía era considerada como una potencia modesta en el eje occidental en su propia región, hemos sido testigos de una transformación paulatina tras la llegada del Partido AK al poder a primeros de 2000. Lucía su intento de convertirse en una potencia más asertiva con sus elementos fuerza blanda en términos político, económico y cultural dentro del mundo occidental. La nueva coyuntura desatada por la Primavera Árabe cambió completamente la actuación de Turquía.

La indigestión en el mundo occidental para aceptar a la nueva Turquía desembocó en la transformación del gobernante Partido AK en un blanco. En fin, Turquía presenció una asonada fechada al 15 de julio de 2016. A partir de entonces, Turquía trató de construir una política que nivelaba al Occidente con los países como Rusia y China saliendo totalmente de la influencia occidental en sus compromisos políticos globales. A medida que se tomaban esos pasos en el macrosentido, se ha convertido en una potencia militar crucial realizando una considerable inversión en los elementos de fuerza dura que la blanda.

Se ha hecho uno de los países pioneros del mundo en aspecto militar con sus inversiones en la industria de defensa y sus eficientes investigaciones I+D. Es el país más influyente después de EEUU en la producción de VANT y drones armados. Mientras se suministraba mediante la importación el 80% de su necesidad de equipamiento militar a primeros de 2000, este índice ha bajado a 20%. Turquía se ha clasificado a la liga de los mayores países exportadores en el campo de la industria militar.

Turquía no sólo invirtió en la industria de defensa, sino que también rediseñó por completo su burocracia de seguridad tras el fallido golpe de estado con una voluntad política. A medida que reunía un ejército influyente y profesional, la Organización Nacional de la Inteligencia (MIT) se ha convertido en la estructura de inteligencia más eficiente de la región. Desde hace varios años, Turquía no se ha abstenido de emplear su potencia militar eficiente en las áreas de combate cuerpo a cuerpo en la geografía regional adoptando la nueva doctrina de seguridad. A la vez que ejercía operaciones militares y de inteligencia transfronterizas amplias contra las bandas terroristas PKK y DAESH en Irak y Siria, logró cambiar la marcha de la guerra apoyando a las fuerzas del GAN legítimo en Libia. Recogió el guante para la construir estado en Somalia; logró desarticular los intentos de ocupación de Qatar. Surgió como un actor transcendental usando eficientemente su armada en la geopolítica energética del Mediterráneo Oriental. Últimamente, logró plasmar la guerra a favor de las fuerzas de Azerbaiyán con los drones armados que ha suministrado llevando adelante su apoyo de formación al ejército azerbaiyano en la guerra azerbaiyano-armenia.

Todos estos ímpetus militares y la etapa que ha alcanzado Turquía en sentido tecnológico se observan atentamente por otros estados. Turquía se está perfilando como una enorme potencia que llega al límite absoluto gracias a los intentos valientes y resueltos de la voluntad política turca al liderazgo del presidente Recep Tayyip Erdogan.

 



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