Elecciones 2018: “continúa” al sistema presidencialista y la estabilidad

Según los resultados electorales, el secretario general del Partido de la Justicia y el Desarrollo (Partido AK), y el vigente presidente Recep Tayyip Erdogan, se ha convertido en el primer presidente del sistema presidencialista

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Elecciones 2018: “continúa” al sistema presidencialista y la estabilidad

Perspectiva Global 26

Prof. Dr. Kudret BÜLBÜL*

Turquía dejó atrás la trigésima segunda elección general y las primeras elecciones presidenciales. Según los resultados electorales, que se anunciaron otra vez más rápido, el secretario general del Partido de la Justicia y el Desarrollo (Partido AK), y el vigente presidente Recep Tayyip Erdogan, se ha convertido en el primer presidente del sistema presidencialista sin necesitar una segunda ronda al obtener el 52,5% de los votos. Le siguió el candidato presidencial del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Muharrem Ince, con el 30,6% de los votos. El Partido AK ha perdido por primera vez la mayoría parlamentaria después del año 2002 (excepto de las elecciones renovadas de junio 2015).

Se pueden resumir lo siguiente las primeras observaciones sobre las primeras elecciones presidenciales de Turquía que se realizaron en un ambiente muy transparente y competitivo, y en un ambiente de fiesta de democracia:

Participación récord: Cerca de 87,5% de alrededor de 50 millones de electores participaron en las elecciones. Esta tasa se puede considerar como una participación récord por el aspecto de Turquía donde se celebraron las elecciones transparentes y competitivas, y especialmente por el aspecto de los países mundiales. El alto nivel de participación es una expresión abierta de que la marcha de democracia de Turquía, iniciada en 1876, se arraiga fuertemente. Como lo expresado en la red social, mientras “hay urnas en los países occidentales, pero no hay suficientes electorales, y hay electores en los países orientales, pero no hay urnas”, el hecho de que haya cooperativamente los electores y las urnas en Turquía, es muy prometedor para el futuro de nuestra democracia.

Continúa a la estabilidad política: El Partido AK ha ganado las elecciones por cinco veces consecutivas desde el 2002. No hay otro ejemplo de este éxito en la historia de la política turca. Ganar elecciones por cinco veces consecutivas en los países donde que hay competencia democrática es una situación poco común. Cuando se considera el agotamiento de ser el poder, la reelección del Partido AK es la expresión de la satisfacción general de los electores y también es la expresión del apoyo a la continuidad de la estabilidad política. Los miedos y críticas pronunciados por la oposición y la afirmación populista no pudieron encontrar una respuesta en los electores.

Sí una vez más al sistema presidencialista: Los partidos de la oposición y la Alianza de la Nación en cuya sombra se reúnen comprometieron francamente antes de las elecciones que si hubieran ganado las elecciones, habrían regresado al sistema parlamentario. Por eso, estas elecciones se pueden considerar que se revota el sistema presidencialista ratificado en 2017. En el referéndum anterior el sistema presidencialista fue aprobado con el 51,4% de los votos. La tasa de votos de 52,3% que obtuvo el presidente Recep Tayyip Erdogan al aumentar su tasa anterior, se puede interpretar como la aprobación una vez más del sistema presidencialista por los electores.

La transitividad entre los partidos: Los resultados electorales demuestran que hay una transitividad en cierta medida entre casi todos los partidos. Se destaca a primera vista un realineamiento electoral del Partido AK al Partido de Acción Nacionalista (MHP), del Partido Republicano del Pueblo (CHP) al Partido IYI (Bueno) y al Partido Democrático de los Pueblos (HDP). El presidente Erdogan anunció ya ahora en su discurso tradicional de “Balcón” que han reconocido la caída en el Partido AK y que harán lo necesario. El hecho de que Erdogan y el otro candidato presidencial Ince obtengan votos más que sus partidos, es una muestra de que estos líderes tomaron el voto de otros partidos. En este contexto, es necesario mencionar que Erdogan ha tomado el apoyo de los kurdos en cierta medida. El hecho de que los electores muestren que podrán cambiar sus preferencias de partido, es una situación muy saludable esencialmente por el aspecto de una democracia eficiente.  La transitividad entre los partidos forzará a los partidos políticos a considerar más las preferencias de los electores.

La alta tasa de participación en el Parlamento: La voluntad de una parte de los electores en Turquía no reflejó al Parlamento por el sistema del umbral electoral de 10%. Con el sistema de alianza, legalizada en las últimas elecciones, los ocho partidos han logrado entrar al Parlamento o con sus propios candidatos o con los candidatos presentados dentro de sus alianzas de manera de que se encuentra poco comúnmente en Turquía. Estos partidos son el Partido AK, Partido Republicano del Pueblo, Partido de Acción Nacionalista, Partido Democrático de los Pueblos, Partido IYI, Partido de la Gran Unidad, Partido de la Felicidad y Partido Democrático. Solamente en las elecciones del 1969 ocho partidos pudieron entrar al Parlamento en nuestra historia política multipartidista después del 1950.

El efecto conciliador del sistema nuevo: En el artículo de la semana pasada nos referimos al efecto conciliador del sistema nuevo de Turquía y que deja atrás a un sistema que saluda solamente a sus propios electores. Se puede observar con facilidad el efecto de la tasa de 50%+1 para ser elegido durante el proceso electoral y en los sucesos ocurridos después. El hecho de que el presidente sea elegido con 50%+1, obliga a Turquía a normalizar más y obliga a los partidos políticos a tener en cuenta más a las diferentes partes de la sociedad. Así, el país se convertirá más democrático y más libre. Y esta situación también contribuirá más a la paz interior.

La indiferencia a la actitud arrogante y despótico de los actores globales: Como lo ocurrido en las elecciones anteriores, ciertos países occidentales, las empresas globales y los órganos de medios de comunicación intervinieron excesivamente e innecesariamente en las elecciones turcas. Utilizaron un lenguaje amenazador y acusador contra el Partido AK. Como lo ocurrido en las elecciones anteriores, los electores no volvieron a emitir su voto como esperado por los actores globales. La misma situación se puede observar en los votos depositados en el extranjero. A pesar de los acercamientos amenazadores de ciertos países occidentales a los turcos en sus países que prohíben los derechos históricos y que descartan la libertad de expresión y reunión, los electores en el extranjero acudieron a las urnas una vez más con una tasa récord. Los electores extranjeros mostraron su preferencia al apoyar en gran parte al Partido AK al contrario de las expectativas de dichos países. El hecho de que los electores emitan sus votos según sus propias preferencias en lugar de las presiones globales, sin duda es muy importante tanto para los países como para los actores globales, que respetan a las preferencias de las naciones. Además, es muy valioso para la paz mundial.

Después de los años 2000, Turquía ha elevado de 2000 dólares a 10.000 dólares el ingreso nacional per cápita y ha elevado el techo de libertad y democracia. Pese a los desarrollos negativos en los países vecinos como Siria, Irak, Irán, Grecia, Libia, Israel, Ucrania y Georgia, ha podido permanecido como una isla de paz, prosperidad y esperanza. Ha logrado eliminar la intentona golpista de la FETÖ y otros grupos. Y ha pasado al sistema presidencialista al hacer un cambio radical en su historia de democracia de 150 años con el referéndum del 2017 y con las elecciones del 24 de junio de 2018. Turquía ha logrado todos estos esencialmente gracias al sistema político democrático. Si no hubiera tenido un poder político, que reúne la legitimidad política y social gracias a su nación en las elecciones libres, transparentes y competitivas, habría sido casi imposible realizar estos cambios y transiciones democráticos. Turquía, con estos éxitos, ha desempe

ñado importantemente la carga de su región y los países occidentales, junto a su país. Mientras los países occidentales se preocupan por solamente tres refugiados, Turquía acoge a 3,5 millones de refugiados.

Todo el mundo debe saber el valor de la democracia y estabilidad en Turquía.

Prof. Dr. Kudret BÜLBÜL, decano de la Facultad de las Ciencias Políticas de la Universidad de Yıldırım Beyazıt en Ankara

 

 



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