Relaciones entre Turquía y EEUU a la sombra del PKK

Es previsible que Turquía pueda tomar decisiones más radicales si Washington no cumple con sus compromisos

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Relaciones entre Turquía y EEUU a la sombra del PKK


 

Análisis de Can ACUN, investigador de la Fundación de Estudios de Política, Economía y Sociedad, SETA

Ya cumplió un mes la Operación Rama de Olivo iniciada por Turquía y opositores sirios con el fin de purgar Afrin de los terroristas del YPG. Las relaciones Turquía-EEUU afrontan un reto grave debido a la posición de Washington en el lado del terrorismo. Turquía considera que la seguridad nacional de sí misma y la integridad territorial de Siria están amenazadas. EEUU se ve exigente en seguir la alianza sucia con la banda terrorista PKK en Siria. Si bien, la tensión entre dos aliados de la OTAN sufre recientemente una grave crisis a causa del ‘apoyo al terrorismo’, hay problemas estructurales arraigadas en el pasado: las variadas posiciones adoptadas durante la Primavera Árabe; el respaldo americano en el golpe de estado en Egipto y lo que es más, su compromiso con la estructuración FETÖ, el artífice de la fallida asonada del 15 de Julio, han deteriorado las relaciones turco-americanas.

Las palabras del ministro de Exteriores, Çavuşoglu (“Nuestras relaciones se encuentran en un punto muy crítico; o bien enderezaremos, o bien se deteriorarán del todo”), eran el reflejo de la situación en que se encuentran inmersas las relaciones. “Queremos ver hechos más que dichos”, decía el ministro en referencia a la declaración del secretario Tillerson (“Entendemos la preocupación de Turquía”), aunque la parte americana insistía en desoír la seriedad de Turquía. Eso es la señal de la desconfianza de Turquía en EEUU y solicita el cumplimiento de las palabras incumplidas. Es previsible que Turquía pueda tomar decisiones más radicales si Washington no cumple con sus compromisos. Aunque éste tome pasos en conformidad con la idea de la alianza para mejorar relaciones con Turquía, costará tiempo revitalizar la confianza mutua.

El viceprimer ministro y portavoz del Gobierno, Bekir Bozdag, haría esa declaración: “Haremos zozobrar el proyecto de pasillo terrorista, planeado a lo largo de la frontera turca, y la conversión del terrorismo en un estado. EEUU debe dejar de capotear a Turquía en materia de las bandas terroristas PKK/KCK/PYD/YPG; debe saber que no podrá disimular a bandas terroristas con cambio de nombre o letreros, no podrá cambiar la realidad, ni engañar a nadie. Debe aceptar – sin vacilaciones – que el PYD y YPG son grupos terroristas; suspender su apoyo de armas, entrenamiento, municiones, equipos y etc., recoger el armamento que suministró a la banda terrorista”.

Justo a aquellas horas, el secretario de Estado, Rex Tillerson, mantuvo una visita de calado a Turquía. Tras una larga conversación con el presidente Erdogan, el secretario se reunió con su contraparte turco. Las partes confirmaron que son socios estratégicos. Turquía transmitió sus demandas de primera mano a EEUU. Se decidió crear un mecanismo para negociar el futuro del norte de Siria. Turquía dejó claro que continuaría combatiendo a la banda terrorista PKK/YPG de forma directa mientras siguieran las negociaciones.

Por supuesto que las complicaciones entre Turquía y EEUU no sólo surgen del problema del PKK. Básicamente predomina un postulado ilusorio, que adelanta que Turquía está en vías de ‘islamizarse y ser autoritaria,’ enfocado personalmente en Erdogan en EEUU que tiende a no ver a Turquía como un actor constituyente de su región. La percepción fomentada durante mucho tiempo por medios públicos y sus cómplices en Turquía está ensombreciendo los intereses nacionales de Turquía y hace resbalar la base de la discusión. Sin embargo, en EEUU, Turquía está siendo debatida a través de ‘derechos humanos’ y ‘valores humanos’. Estos valores no tienen importancia cuando les toca a ser debatidos EAU, Arabia Saudí y Egipto en Oriente Medio. El porqué de la postura ambigua de EEUU es que Turquía tiene una política exterior propia e independiente.

No obstante, la declaración estadounidense (“Estamos intentando averiguar si se trata de un golpe de estado o no”) durante el fallido golpe fetullahista del 15J; su preocupación por el estado de los golpistas en vez de solidarizarse con el pueblo turco y el papel clave de la Base de Incirlik en la asonada constituyen una curva sustancial para ambos países. La presencia del cabecilla terrorista de la FETÖ en EEUU; el apoyo de la CIA y otros órganos para la banda terrorista han tensado bastante las relaciones con Turquía. A pesar de las decenas de carpetas de evidencia enviadas por Turquía, el hecho de que no haya extraditado al cabecilla terrorista y no inicie un proceso judicial contra éste último son las señales más importantes de que EEUU no está molesto por el fallido golpe fetullahista de 2016.

Otro asunto que constituye una separación crucial entre ambos países es el gobierno de Mohamed Morsi derrocado por un golpe de estado en Egipto. Aunque Turquía apoyó al primer presidente democráticamente electo del país, desde el punto de vista de EEUU es un apoyo a un gobierno islamista. La continuidad del apoyo turco al gobierno de Morsi mientras Washington estaba contento con el golpe de Sisi indica una enorme diferencia de opinión entre Turquía y EEUU. Sin embargo, Turquía pide que el pueblo elija a gobiernos de los estados en Oriente Medio. Por su parte, EEUU desea que operen gobiernos que actúen en conformidad con sus propios intereses. Según la idea general en América, los gobiernos que asuman el poder con elecciones libres en Oriente Medio arriesgarán los intereses de Washington porque no son pro americanos.

Can ACUN



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