Las contraseñas de la nueva política del Oriente Medio de EEUU

La operación lanzada el pasado viernes, día 7 de abril, ha puesto de manifiesto las señales de bengala de la nueva estrategia de EEUU en el Oriente Medio

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Las contraseñas de la nueva política del Oriente Medio de EEUU

El hecho de que EEUU lanzara contra la base aérea de Shayrat, una de las más importantes bases aéreas de Siria, el pasado viernes, día 7 de abril, en las horas matutinas causó el alza de la tensión de la política internacional. La base área es muy importante para Siria debido a que es el centro más importante de ataque y que se utiliza con frecuencia por Irán y Rusia. El hecho de que EEUU lanzara poco después del ataque químico realizado brutal y cruelmente por el régimen de Asad, bajó las reacciones posibles y recibió un amplio apoyo internacional.

Pero, es muy obvio que la operación militar estadounidense con 59 misiles Tomahawk se realizó con las razones interiores, consideraciones estratégicas y nuevos cálculos regionales y políticos más de razones originadas de una tragedia humanitaria en Siria.

Puesto que si los factores humanitarios hubieron sido una razón básica, no se habrían quedado con brazos cruzados ante la violencia infrahumana y las masacres civiles que continúan desde hace seis años en Siria. Por eso, el uso de armas químicas por parte del régimen de Asad se considera como una oportunidad importante por EEUU por el aspecto de que se forma la nueva política de Oriente Medio del presidente Trump y que se suaviza la presión en la política interior. Como hemos mencionado en un programa anterior sobre la posible política de Oriente Medio del presidente Trump antes de ostentar el poder, EEUU seguía un nuevo juego de ajedrez en Siria y una burocracia estatal estadounidense, y se preparaba para aplicar sus planes estratégicas que imaginaban. A consecuencia, la oportunidad esperada se obtuvo con el ataque químico.

Hemos mencionado que Washington no se quedará callado ante que Rusia e Irán llenen el vacío de poderes en el Oriente Medio formado por Barack Obama que seguía una política de “esperar-ver”, y que EEUU desarrollará una nueva ficción estratégica. Poco después de que el presidente Donald Trump se convirtiera en presidente, él ha registrado un salto rápido en el tráfico de Oriente Medio. La operación lanzada el pasado viernes, día 7 de abril, ha puesto de manifiesto las señales de bengala de la nueva estrategia de EEUU en el Oriente Medio.

Cuando se toman en consideración las políticas generales de Oriente Medio de EEUU, se observa que estos se basan en tres básicos trébedes: 1) Proteger su dominio estratégico en Oriente Medio; 2) continuar el monopolio de control en los recursos petróleos y de gas natural; 3) asegurar la seguridad de Israel. Con el presidente Donald Trump se han añadido tres pies a esos. Ampliar el dominio y la presencia de EEUU en Siria, equilibrar a Irán y luchar contra el DAESH.

Cuando se observan las proyecciones políticas y estratégicas del ataque estadounidense, se puede decir que eso se dirige al área remota geográfica. El primer mensaje es que de ahora en adelante se endurecerá la política estadounidense y se seguirá una política de halcón que consiste los métodos hipotecarios en lugar de la política de “zanahoria” seguida por Obama. Este mensaje se dio a los rivales y enemigos de EEUU como régimen de Asad, Rusia, Irán, China y Corea del Norte. Las duras declaraciones y acusaciones de Rusia e Irán tras el ataque estadounidense han aumentado los riesgos geopolíticos y la tensión política en el Oriente Medio.

Sin embargo, desde los años 2000 el sistema internacional ha debilitado el área de efecto y el control político debido a la pérdida de poderes del actor hegemón y la estructura de un nuevo sistema de poderes que no se basa en un balance. Esta nueva situación coyuntural ha causado que el sistema internacional se arrastra a un abismo de incertidumbre. Por eso que una posible crisis geopolítica en el Oriente Medio y otras regiones o las guerras de poderes se podrían convertir en una guerra caliente.

Por su parte, Turquía se ha acercado positivamente con razones humanas a la operación estadounidense como una reacción al ataque químico del régimen de Asad. Pero, no se espera que esta situación afecte de repente a las relaciones turco-estadounidenses. Es muy obvio que ambos países viven un dilema estratégico sobre la política siria. Ankara y Washington por un lado están de acuerdo en derrocar al régimen de Asad, por otro lado, están de desacuerdo en la lucha contra el DAESH. No se puede registrar un progreso considerable para formar una nueva orden en Siria y para asegurar una estabilidad política por la errónea estrategia estadounidense sobre el DAESH. EEUU insiste en aplicar la estrategia de utilizar a los kurdos contra Rusia, una política seguida por los británicos hace un siglo, pero no puede observar que esta estrategia se antiguó. Además, se entiende que también los rusos juegan y orientan la tarjeta PKK-YPD, la carta de triunfo principal de EEUU.

En conclusión, Turquía tiene una importancia geopolítica entre el continente de Europa, la alianza Anglosajona y el Bloque Asiático, encabezado por Rusia. El método en el que se utiliza más eficientemente la geopolítica, es la política de equilibrio. La política de equilibrio es el arte de convertir en éxito los riesgos y oportunidades originados de la política y rivalidad internacionales sin sumarse a ninguna fuerza grande lo que es que Turquía debe seguir en el próximo período.

Programa preparado por el Prof. Dr. Mustafa Sıtkı Bilgin



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