La importancia de la ibada (adoración) en el Islam y sus beneficios

La ibada son las actitudes conscientes que expresan la cercanía a Allah y quien la hace consigue una sawab (recompensa)

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La importancia de la ibada (adoración) en el Islam y sus beneficios

La adoración (ibada), según el Islam, es cada tipo de palabras y actos para honrar a Allah, el Todopoderoso. La ibada son las actitudes conscientes que expresan la cercanía a Allah y quien la hace consigue una sawab (recompensa). Es un hecho, una conciencia que hace valiosa a la persona ante la presencia de Allah. Es la obediencia directa de un siervo a Allah. Cada musulmán adolescente es responsable de hacer la ibada. Un amal (acción) debe ser compatible con el Islam, debe ser hecho con la intención de ibada y debe ser hecho por un muslim sincero. La fe se refleja a la vida y se fortalece con la ibada.

En el Corán, se expresa que el propósito de la creación de los hombres es la ibada. El Profeta Mahoma (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo que la ibada es el derecho de Allah sobre Sus siervos. Por lo tanto, la ibada es que el siervo obedezca la voluntad de Allah abandonando los deseos de su ego (nafs) y viva como quiera Allah. La ibada es la vía de agradecer a Allah, que concede todo lo que tiene.

La palabra ibada en el Corán expresa un amplio marco, que contiene aplicar todas las normas del Islam, obedecer las órdenes y prohibiciones. Pero en el sentido estricto, se entienden las ibadas regulares con las que deben cumplir los responsables. Según el entendimiento islámico, cada siervo debe tener la conciencia de ibada, por lo menos sobre los actos obligatorios (fard). El Profeta Mahoma (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) anunció los mínimos actos obligatorios: “El Islam está basado en cinco pillares fundamentales: La shahada (testificar) que no hay más Dios que Allah y Mahoma es Su mensajero, la oración (realizada cinco veces al día), el azaque (la limosna obligatoria), el ayuno en el mes de Ramadán y la peregrinación (el Hajj)”. Relató siempre las ibadas obligatorias a los quienes quisieron recibir información de él e identificó el Islam y la fe con las principales ibadas obligatorias. Además, explicó de misma manera el asunto en el hadiz famoso conocido como el hadiz de Jibril. Todos ellos muestran que las ibadas obligatorias son esenciales e indispensables para los musulmanes.

La ibada, que abarca cada momento de la vida de un musulmán responsable de cumplir con los preceptos de religión, tiene variedades que se realizan cada día, cada semana, cada año y una vez en la vida. La ibada diaria es la oración que se efectúa cinco veces al día. La oración de viernes se realiza una vez a la semana. El ayuno, la limosna, las oraciones de fiestas religiosas y el sacrificio de algún tipo de animales en la Fiesta de Sacrificio son las ibadas que se deben repetir cada año. Y el Hajj se celebra una vez en la vida. Además de ellas, se encuentran las ibadas que no se realizan en un período preciso como la oración fúnebre islámica, la promesa, la oración voluntaria, la sadaqa (limosna voluntaria), los rezos y los dhikrs (acto devocionario islámico). Cada ibada tiene algunas condiciones.

Para los musulmanes, el ejemplo en la ibada y en ser el siervo es el Profeta Mahoma como en todos los asuntos. Cuando consideramos su vida y sus hadices, se ve que la sunna y las ibadas voluntarias son bastante importantes en la vida musulmana. En ese sentido, este hadiz del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) es notable: No se acerca mi siervo a Mí con algo más querido para Mí que lo que le he ordenado (hecho obligatorio), y Mi siervo continúa acercándose hacia Mí con obras voluntarias. Y Yo lo amo. Una vez que lo amo, seré su oído con el que escucha, su vista con la que ve, su mano con la que toma, su pierna con la que anda; si me pide algo se lo concederé, y si me pide refugio, se lo daré”. Este hadiz muestra claramente el valor de las obras voluntarias en la presencia de Allah.

Nuestro Querido Profeta precisó que la ibada debe ser continua aunque sea poca y advirtió de mantener viva la conciencia de ser el siervo. Además, subrayó que las bellezas hechas en cada parte de la vida también son una ibada. En este marco, las conductas como ayudar a los que piden ayuda, saludar, decir una buena palabra, actuar de forma amistosa, guiar a alguien, resolver con justicia, eliminar cualquier obstáculo del camino, trabajar para mantener la vida, tratar bien a los padres y acariciar la cabeza de un niño.

La conciencia de benevolencia (Ihsán) es el punto máximo de las ibadas, una forma de exponer la servidumbre. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) definió el Ihsán como: “adorar a Allah como si Lo vieras, porque aunque tú no Lo ves, sabes que Allah te ve”. Un musulmán, que tiene esta conciencia, da todos sus pasos, hace todos sus trabajos y realiza todas sus adoraciones con la conciencia de que Allah lo ve. Gracias a esta conciencia, las tradiciones suben al nivel de adoraciones.

Las adoraciones (ibadas) se realizan solamente por ser la orden de Allah y con el fin de obtener Su consentimiento (rida). Además, las adoraciones cuentan con algunas sabidurías, así como beneficios materiales y morales. Las adoraciones acercan al siervo a Allah, le protege de sus problemas y pecados. Le lleva a madurez moralmente. Le protege de las ambiciones materiales y eleva su espíritu. Disciplina a la persona y fortalece su voluntad. Ayuda a que tenga una vida coherente, constante, equilibrada y próspera. Las adoraciones tienen funciones innegables por aspecto de la vida social.



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