Akhirah, la vida después de la muerte

Akhirah (la vida después de la muerte), uno de los pilares de la creencia islámica, su sabiduría divina e importancia para el sujeto y la vida social

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Akhirah, la vida después de la muerte

El Akhirah significa la vida eternal que empezará con la resucitación de los humanos tras su muerte. Uno de los pilares de la fe es el akhirah, es decir, tener creencia en la resucitación tras la muerte, el encuentro en el Día de Juicio y la rendición de cuentas por lo que hicimos en el mundo. La creencia en la vida más allá, junto con la fe en Allah y profetas, constituye lo esencial de los pilares de fe islámica. Uno que cree en Allah y el akhirah cree más fácilmente otros pilares de la creencia. Tener fe en la vida más allá, que no se puede concebir con sentimientos y cuya presencia se reveló por profetas, requiera un gran rendimiento. Por lo tanto, la creencia en la vida más allá tiene un importante lugar entre los pilares de la creencia islámica.

El Islam estableció las bases de la creencia en la vida más allá como la siguiente manera: los humanos fueron enviados del mundo de ausencia al mundo de mortalidad, que es campo de pruebas con el poder de Allah.

El Divino Allah[1] sujeta todo al servicio de los humanos en este mundo y no les deja descontrolados. Les responsabiliza de conocer a su Creador y vivir de una manera que consienta. A los hombres se les revelaron que morirán cuando acaban sus vidas que se les designan, que se resucitarán en la vida más allá, que es infinita, y que se les pedirá cuentas allí por el Creador. No se les obligan a creer en Allah o a cumplir con acciones apropiadas, al contrario se dejan solos con su voluntad liberal. La fe en la vida más allá requiere la creencia en el paraíso o infierno según la obediencia o rebelión. Según la creencia islámica, los infieles, politeístas e hipócritas se quedarán en el infierno hasta siempre. Los musulmanes pecadores sufrirán sus castigos si Allah no los perdona y luego entrarán en el paraíso para ver sus recompensas de su fe.

Sin la fe en la vida más allá no significan los pilares como halal (prácticas permitidas por religión islámica) y haram (prácticas prohibidas por religión islámica); los tratamientos humanos como correctos y falsos; los seres en el mundo como bellos y feos, por lo general, la moralidad se queda sin significado. Por ello, las secciones sobre la vida más allá en el Corán se enfatizan más frecuentemente. Además la negación de la vida más allá se considera como negar a Allah.

El Corán, en los versos en los que relata las particularidades de los musulmanes conscientes, resalta que ellos tienen creencia en la vida más allá:

Sura de los bizantinos, versículos 30: ¡Profesa la Religión como hanif, según la naturaleza primigenia que Allah ha puesto en los hombres! No cabe alteración en la creación de Allah. Ésa es la religión verdadera. Pero la mayoría de los hombres no saben.

27: Es Él Quien inicia la creación y, luego, la repite. Es cosa fácil para Él. Representa el ideal supremo en los cielos y en la tierra. Es el Poderoso, el Sabio2.

Sura de los Creyentes, versículo 115: "¿Os figurabais que os habíamos creado para pasar el rato y que no ibais a ser devueltos a Nosotros?"

Versículo 116: ¡Exaltado sea Allah, el Rey verdadero! No hay más dios que Él, el Señor del Trono noble."[2]

Sura de los Profetas, versículo 47 “Para el día de la Resurrección dispondremos balanzas que den el peso justo y nadie será tratado injustamente en nada. Aunque se trate de algo del peso de un grano de mostaza, lo tendremos en cuenta. ¡Bastamos Nosotros para ajustar cuentas!"[3]

Sura de los Bizantinos, versículo 19: “Saca al vivo del muerto, al muerto del vivo. Vivifica la tierra después de muerta. Así es como se os sacará."[4].

Podemos resumir la importancia de la fe en la vida más allá para la vida de sujetos y de sociedad:

Uno que tiene fe en la vida más allá no cae en desesperación. Su creencia le ayuda que tolere todo tipo de maldades, calamidades y enfermedades. Según él, todo proviene de Allah y tendrá su respuesta en la vida más allá que es más suprema y eternal. Por lo que todos esos no suponen un obstáculo para su felicidad.

Uno que tiene fe en la vida más allá tiene la consciencia de que la muerte no es una desaparición. Considera la muerte como un medio para reunirse con sus seres queridos y el paraíso. Gracias a esta creencia, acepta fácilmente la enfermedad y ancianidad que le acercan a la muerte. Puede soportar los dolores de la muerte de sus seres queridos. No es posible que tenga paz uno que piensa que la muerte significa la desaparición.

Tener fe en la vida más allá y rendir cuentas en el Día de Juicio facilita la consciencia humana de misión y responsabilidad. Uno no deja el camino recto gracias a esta creencia. Gana su vida por vías legales y no comete fraude y engaño. Utiliza su vida y ganancia para las acciones beneficiosas.

La fe en la vida más allá garantiza el establecimiento de la moralidad suprema en la sociedad. La familia y sociedad compuestas por musulmanes conscientes de la creencia siempre están en paz. Por consecuencia, la felicidad verdadera de sujetos, familias, sociedad y toda la humanidad depende de la fe en la vida más allá en la que se rendirá la cuenta de las acciones realizadas en la vida de este mundo.

Todas las maldades se basan en no tener en cuenta la vida más allá. Uno, que no tiene un límite en sus deseos, puede abusar los derechos de otra gente y la puede actuar con barbaridad. Puede recurrir a todo tipo de engaños y maldades por sus intereses. Pero, la creencia en rendir cuentas en la vida más allá y la preocupación por ser castigado le evitan de hacer maldades a otros. Conoce sus derechos y límites y considera como una misión proteger los derechos de otros.

La creencia en la vida más allá no solo ayuda a los humanos que ganen el paraíso eternal, sino convierte también este mundo en paraíso.



[1] Luqman, 31/20: ¿no veis que Allah ha sujetado a vuestro servicio lo que está en los cielos y en la tierra, y os ha colmado de Sus gracias, visibles u ocultas? Pero hay algunos hombres que discuten de Allah sin tener conocimiento, ni dirección, ni Escritura luminosa.

[2] Los Creyentes, 23/115-116.

[3] Los Profetas, 21 /47.

[4] Los Bizantinos, 30/19.



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