La Historia Europea y Los Turcos (12/2014)

A lo largo de la Edad Media, la ciudad de Estambul se intentó asediar por varias naciones desde el año de fundación 330, hasta el año 1453, cuando se conquistó por los turcos otomanos

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La Historia Europea y Los Turcos (12/2014)

A lo largo de la Edad Media, la ciudad de Estambul se intentó asediar por varias naciones desde el año de fundación 330, hasta el año 1453, cuando se conquistó por los turcos otomanos. Entre los estados que ocuparon Estambul, figuraron los hunos, ávaros, sasánidas, búlgaros, serbios, rusos, húngaros, cruzados y otomanos. La ciudad de Estambul se salvó de estos asedios gracias a las murallas consideradas como la línea de defensa más eficaz de la Edad Media. La primera de estas murallas se construyó en el período del emperador Constantino I, durante la fundación de la ciudad. Pero las murallas, que protegieron Estambul de las invasiones y que permanecieron hasta el presente, fueron construidas en el período de Teodosio II entre los años 408 y 450. El primer asedio de Estambul por los turcos otomanos continuó a lo largo de una década, entre los años 1391 y 1402, en el período del sultán Bayaceto I.

La Armada otomana y su tecnología de cañones no eran suficientes para destruir las murallas de Estambul. Por eso los turcos otomanos intentaron conquistar Estambul vía asedio, en lugar de vía ataque. Los otomanos adoptaron dos estrategias fundamentales en el primer asedio de Estambul. La primera era impedir la introducción de comida y bebida dentro de las murallas al asediar la ciudad. Y la segunda era formar el poder y grupo partidario de turcos para cooperar con los otomanos en el ambiente de caos y discusión durante el asedio. A este propósito, Bayaceto I apoyó, contra el emperador bizantino Manuel II Paleólogo, a su sobrino Juan VII. Ante esta estrategia del Imperio otomano, Bizancio adoptó una política de fortificar las murallas de Estambul y solicitar comida y soldados de Europa Occidental.

Bayaceto obtuvo el control del terreno y de las aldeas en las inmediaciones de las murallas de Estambul, y envió a otras zonas a la población que vivía allí. Le pidió al emperador fundar un barrio musulmán en Estambul y encargar a un juez musulmán para atender los casos en caso de un desacuerdo entre los comerciantes que llegaron allí. “Si no quieres hacer lo que te he ofrecido, cierra las puertas de la ciudad y domina dentro de ella, pero todo fuera de la ciudad es el mío” dijo. Por su parte, el emperador rechazó dichas ofertas, y por eso Bayaceto incrementó la violencia del asedio. A este propósito, hizo construir la Fortaleza de Anatolia, que permaneció hasta el presente, con el fin de impedir la ayuda que se podría entregar a Estambul a través del mar Negro. Apareció la escasez de alimentos en Estambul. Se desesperaron más los que defendían Estambul tras la victoria del Imperio otomano en la Batalla de Nicópolis en el año 1396. Subió mucho el precio de alimentos que eran pocos por el asedio en Estambul. Por otro lado, se aumentó la usura. El pueblo, que no pudo encontrar la leña, destruyó los edificios sólidos e incendió las maderas para calentarse. Alguna parte de la población estambuleña abandonó la ciudad por la noche en secreto debido a las condiciones difíciles, y se refugió a los turcos. El emperador bizantino relató en una carta suya que algunos de los que se escaparon, eligieron voluntariamente la religión Islam. Y las familias ricas se trasladaron a Italia vendiendo sus viviendas. Un autor, que narró aquel período, calificó de “una viuda abandonada” Estambul, que se describía anteriormente como la ciudad reina. El grupo opositor en la ciudad, apoyado por Bayaceto, elevó su voz y defendió que la ciudad debía ser entregada al Imperio otomano. Bajo estas condiciones, el emperador bizantino pidió la paz, al anunciar que aceptaba la fundación de un barrio musulmán en Estambul, la construcción de una mezquita allí, el nombramiento de un juez musulmán, y que su sobrino Juan VII, respaldado por Bayaceto, se hiciera co-emperador. Los otomanos aceptaron que el emperador Manuel abandonase la ciudad, y aseguraron el incremento de la población del barrio musulmán en Estambul, transportando familias de las costas de Traklı, Göynük y del mar Negro.

El emperador Manuel II abandonó Estambul en el año 1399. La razón aparente de su abandono era transmitir ayuda de Europa Occidental para salvar Estambul. Partió en un buque francés, y les dejó a su esposa e hijos a Mora, no a Estambul. Este avance muestra que el emperador Manuel ya perdió su esperanza de Estambul. Manuel, después, pasó de Mora a Venecia, y luego se reunió con el duque de Milano. Vio que los estambuleños, que llegaron a Italia escapando de Estambul durante el asedio, fundaron los centros de enseñanza del idioma griego en Florencia y Milano. Estos centros aceleraron el proceso de Renacimiento en Europa. El emperador Manuel se trasladó en el año 1400 a París. Y luego a Louvre en un caballo blanco asignado por el rey Carlos VI de Francia. Se organizaron entretenimientos y fiestas de caza en honor de Manuel. Él se presentó a los científicos de la Universidad de Sorbonne. Pero, pese a todo el respeto, no se le concedió nunca a Manuel la ayuda militar que solicitó para salvar Estambul del asedio turco. Por lo tanto, el emperador bizantino se fue a Inglaterra, y pidió ayuda militar primero al rey Ricardo II, y después, a Enrique IV, que le reemplazaría. Pero, ambos reyes rechazaron esta oferta diciendo que debían luchar contra una cuestión escocesa. Por otra parte, el emperador Manuel se albergó en el Palacio Real en Eltham, en Londres. Un autor, que vio a Manuel durante su viaje a Londres, dijo sobre él: “¡Qué lástima que este gran emperador cristiano llegue de la zona más lejana de Oriente a causa de los musulmanes y que pida ayuda contra ellos en las islas ubicadas en la zona más lejana de Occidente! Ay Dios mío, había una vez el Imperio romano”. Manuel, que se quedó siete semanas en Inglaterra, que no pudo recibir ninguna ayuda militar y además, que se enteró que el dinero recaudado en la iglesia para la ayuda se robó por un defraudador, regresó a París. Mantuvo conversaciones con los reyes de Aragón y Portugal y con el papa para pedir ayuda. Pero no pudo obtener nada menos las promesas. En lugar de Occidente, el Oriente se hizo la salvación para Manuel y Estambul. La delegación bizantina, que salió al camino para entregarle al sultán Bayaceto l las llaves de la ciudad de Estambul, se enteró que el sultán se había derrotado por otro emperador turco Tamerlán en la ciudad de Kütahya. Manuel, que se quedó a lo largo de tres años en Europa, regresó a Estambul, y continuó la presencia bizantina durante medio siglo más.


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