Ahorrar agua en la irrigación

Hoy en día están reduciéndose los recursos de agua y al contrario de eso va creciendo la necesidad a agua. Debido a esta situación es importante tener cuidado con el uso del agua en cada área.

La irrigación de jardines es uno de las áreas en las que se observa el desperdicio de agua. La cantidad de agua usada en los jardines establecidos por motivos de afición o arquitectura paisajista sobrepasa el límite aceptable por aplicaciones incorrectas. Es posible prevenir el desperdicio de este tipo con simples métodos de ahorro.

Primero, asegura un serio ahorro la apertura de canales donde se pueden acumular las aguas de la lluvia. 

Es importante escoger bien la hora en la que se va a realizar la irrigación. Si regamos el jardín a una hora caliente cuando es intensiva la vaporización, entonces una parte del agua se vaporizará sin que alcance las plantas. Además daña las plantas regar a la hora en la que el sol brilla de un ángulo muy vertical. Hay que realizar la irrigación cuando hace un tiempo fresquito o a las horas tardías.

Se puede utilizar un filtro que se conecta a la manguera para regar un cierto lugar o usar un aspersor. Estos aparatos evitan que el agua fluya en vano y riegue lugares innecesarios.

Es importante usar una escoba para limpiar las piedras, la tierra etc. Alrededor del jardín en lugar de usar agua de alta presión. Eso también supone un significativo ahorro.

Como se sabe el césped es lo que consume más agua entre las plantas de un jardín. Podemos prevenir el desperdicio de agua al preferir césped y plantas de raíces más largos que no requieren tanta agua.

Como las plantas captan el agua con sus raíces no sirve para nada regarlas en sus hojas. Por ello es importante saber regar las raíces y no las hojas.

Es diferente la necesidad de agua de cada planta. Entonces, es posible evitar el desperdicio de agua agrupando en el jardín las plantas según sus necesidades de agua.

No hay que olvidarse de que proteger el agua significa proteger la vida.