"Resolución de alto al fuego de la ONU es vinculante pero carece de medidas de implementación"
La resolución es redactada sobre la base del sexto capítulo de la Carta de las Naciones Unidas, que no tiene formato de implementación, dijo el profesor de Derecho Público en la Universidad Árabe Americana Ahmad Al Ashqar
RAMALA, Palestina
La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU aprobada este lunes 25 de marzo exigiendo un alto al fuego inmediato en la Franja de Gaza "es vinculante para Israel pero carece de medidas de implementación", dijo a la Anadolu el profesor de Derecho Público en la Universidad Árabe Americana Ahmad Al Ashqar.
Un total de catorce miembros del Consejo votaron a favor de la resolución, mientras que Estados Unidos se abstuvo.
La resolución pide un alto al fuego inmediato durante el mes sagrado de Ramadán, lo que conduciría a un cese al fuego duradero y sostenible.
Al Ashqar indicó sin embargo que la importancia de la resolución radica en el hecho de que "pone a Israel en una posición embarazosa y puede exponerlo a sanciones de los países".
Dijo que la resolución no incluía un formato obligatorio, pero pide un alto al fuego dentro de un período limitado durante el mes de sagrado del Islam, lo que llevaría a una tregua permanente.
Al Ashqar señaló que la resolución tendría un formato de implementación si se basara en el séptimo capítulo de la Carta de la ONU, que estipula el uso de la fuerza contra un Estado que no cumple con una resolución.
Sugirió que la resolución se redactó basándose en el sexto capítulo, que no tiene formato de implementación, a petición de EEUU. De lo contrario, podrá derribarla mediante veto.
"La resolución es importante y establece un alto al fuego", dijo, al añadir que los países pueden imponer sanciones a Israel si no la cumple, pero no sanciones ni medidas militares por parte del Consejo de Seguridad.
Si bien Israel rechazó la resolución, la parte palestina, incluida la Autoridad Palestina y el grupo Hamás, la acogió con satisfaccion.
Israel lanzó su ofensiva contra Gaza el pasado 7 de octubre, después de una incursión transfronteriza de Hamás que, según Tel Aviv, causó la muerte de 1.163 personas.
Desde entonces, cerca de 32.333 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, han muerto en Gaza y más de 74.694 han resultado heridos en medio de una destrucción masiva y escasez de artículos de primera necesidad.
Israel también impuso un bloqueo paralizante al enclave palestino, dejando a sus casi 2,3 millones de habitantes, en particular a los residentes del norte de Gaza, al borde de la hambruna.
La guerra israelí ha desplazado el 85% de la población de Gaza, mientras que el 60% de la infraestructura del enclave ha sido dañada o destruida, según la ONU.
Israel es acusado de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia, que en un fallo provisional de enero ordenó a Tel Aviv detener los actos genocidas y tomar medidas para garantizar que se proporcione asistencia humanitaria a los civiles en Gaza.
Sin embargo, las hostilidades han continuado sin cesar y las entregas de ayuda siguen siendo extremadamente insuficientes para hacer frente a la catástrofe humanitaria.
AA
