¿Cómo se inventó el horno microondas?

En 1945 durante un experimento sobre las ondas del radar en su laboratorio, Spencer se dio cuenta de que el chocolate en su bolsillo se había derretido

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¿Cómo se inventó el horno microondas?

¿Qué pasa si se derrite durante un experimento un pedazo de chocolate que un científico ha olvidado en su bolsillo? Podría entreabrir la puerta de un invento coincidente. Así lo fue. Efectivamente, en la parte final de la larga historia se encuentra el descubrimiento del microondas, un aparato imprescindible para nuestras cocinas utilizado en el sector de comestible.

El ingeniero estadounidense Percy Spencer, que nació en 1894, dedicó su vida a los estudios científicos. Había concentrado sus estudios sobre el radar y las ondas electromagnéticas, que habían tenido mucha importancia en la superioridad de los Aliados frente a los nazis durante la 2ª Guerra Mundial.

En 1945 durante un experimento sobre las ondas del radar en su laboratorio, Spencer se dio cuenta de que el chocolate en su bolsillo se había derretido. Spencer, que repitió varias veces este experimento, descubrió por pura coincidencia que la energía de microondas podía calentar los alimentos.

El primer microondas que recibió su patente en 1947 no era un electrodoméstico preferible para las amas de casa. Con una altura de 180 cm y peso de 340 kilogramos, el microondas “Radarange” se presentó a la opinión pública, pero no recibió mucho interés comercial debido a su alto precio y su tamaño enorme. Tuvieron que pasar ocho años de evolución para que el microondas pudiera formar parte de la cocina. Otra compañía presentó el primer microondas de tamaño parecido al actual en 1955. Desde entonces se han producido y vendido millones de microondas de diversos tamaños y marcas en todo el mundo.

¿Y cómo funciona un horno microondas que ocupa las primeras posiciones de la lista de las invenciones del siglo?

Las microondas se encuentran en el espectro electromagnético entre las ondas de radio y los rayos infrarrojos. Sus frecuencias oscilan entre 1 GHz y 1000 GHz y sus longitudes de onda oscilan entre 0,1 y 100 centímetros.​ Los agujeros en la tapa de los hornos convencionales permiten el paso de las ondas lumínicas y por lo mismo se puede ver el interior del horno. Como la frecuencia de las ondas electromagnéticas utilizadas por los microondas para calentar los alimentos es baja y sus longitudes de onda son más largas, las ondas no pueden pasar a través de los agujeros de la tapa y se reflejan hacia el interior. Además, se utiliza una frecuencia de 2,45 Ghz en estos hornos. Este valor de frecuencia sólo derrite las moléculas de agua y cuando el alimento con el agua interior se caliente y se cuece, el plato sobre la que se coloca queda frío. Por eso calentar en hornos microondas es bastante diferente a calentar en hornos y ollas tradicionales. En un microondas la cocción no se produce desde el exterior hacia el interior como en hondas tradicionales, sino de forma entera, es decir por toda la superficie al mismo tiempo. La temperatura interna de los microondas es igual a la temperatura ambiente, por lo que los alimentos calentados no forman costra. Como resultado, los hornos microondas no conducen el calor ni calientan los alimentos, y por eso son un gran invento, aunque sea accidental.

La mayor preocupación por el microondas, que ha sido un instrumento imprescindible en EE. UU. fue su impacto sobre la salud humana. Esta discusión es vigente desde 1947. Pero, los microondas son seguros a medida que se utilicen correctamente y se mantengan limpios, según colectivos profesionales y la OMS.

El factor más importante es que los hornos microondas están diseñados para mantener una baja radiación en el interior y la cantidad de radiación que puede filtrarse a través de la puerta de vidrio del horno está muy por debajo de los estándares internacionales.

 


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