Los agricultores italianos se dirigen a Roma para protestar contra las políticas europeas
Se espera que los agricultores, que llegarán a las fronteras de Roma en los próximos días, realicen la mayor protesta de las últimas semanas
Los agricultores que continúan sus protestas contra las políticas agrícolas de la Unión Europea (UE) está de camino a la capital de Roma con un convoy de tractores.
Las protestas de los agricultores italianos, que reaccionan ante las políticas agrarias de la UE, en concreto los altos costos en el sector agrícola, continúan en todas las regiones del país.
Los agricultores de Toscana y otras regiones de Italia formaron un convoy con sus tractores y empezaron a dirigirse hacia Roma.
Se espera que los agricultores, que llegarán a las fronteras de Roma en los próximos días, realicen la mayor protesta de las últimas semanas.
Los agricultores declararon que no entrarán en el centro de la capital con sus tractores y que organizarán sus protestas en las afueras de Roma.
Los agricultores españoles, que se sumaron a las protestas de muchos países europeos, bloquearon carreteras con sus tractores en todo el país.
Los agricultores tomaron las autopistas de muchas ciudades españolas como Sevilla, Toledo, Granada, Huelva, Zaragoza, Ciudad Real, Valencia, Málaga, Murcia, Tarragona, Lleida y Madrid, ralentizando el tráfico con sus tractores y bloqueando las carreteras de vez en cuando.
Organizados mediante mensajes en grupos de redes sociales, los agricultores españoles protagonizaron hoy su primera gran protesta contra las políticas agrícolas tanto de la Unión Europea (UE) como del Gobierno español.
Aunque las protestas de los agricultores transcurrieron pacíficas, el tráfico quedó bloqueado en las principales autopistas de todo el país.
Los agricultores de muchos países de la UE, especialmente de Alemania, Francia, España, Países Bajos, Bélgica, Polonia, Italia y Hungría, critican severamente las políticas agrícolas aplicadas.
Entre las cuestiones criticadas por los agricultores figuran los objetivos de restauración de la naturaleza, los recortes en las subvenciones, los elevados costes de la energía, el combustible y los fertilizantes como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, que ya ha entrado en su segundo año, los productos cerealeros baratos procedentes de Ucrania y las medidas de ahorro de agua.
