En Argentina, fuertes golpes a la economía marcan la época electoral

El peso argentino se devaluó casi un 10% en la última semana y el dólar llegó a un récord histórico de 47,50 pesos, aunque cerró en 46,60 según el Banco Central

1192916
En Argentina, fuertes golpes a la economía marcan la época electoral
Buenos Aires

Por: Emiliano Limia

La semana pasada el gobierno de Mauricio Macri puso en marcha una serie de medidas económicas para tratar de contener la inflación, los mercados le respondieron con una devaluación de casi el 10% de la moneda, las empresas argentinas cayeron más de 10 puntos en Wall Street y el riesgo-país superó la barrera de los 1000 puntos básicos.

Los principales medios de comunicación hicieron eco de las dudas que se generaron en torno al gobierno de Macri y las dificultades que está teniendo para brindar confianza, tanto al mundo como a una sociedad argentina que cada vez se encuentra más decepcionada con su gestión.

Por lo pronto, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, viajó el viernes a Brasil para reunirse con su homólogo Paulo Guedes, quien sostuvo un “respaldo total al ministro y al presidente Mauricio Macri” en una clara muestra de apoyo a la continuidad del presidente argentino.

El Banco Central anunció este lunes que intervendrá vendiendo dólares si es que hay demanda, para que no se dispare la moneda. Para que no les vuelva a suceder lo de la semana pasada.

El escenario económico

Según Pablo Kornblum, profesor de economía internacional de la Universidad de Buenos Aires (UBA), “la enorme gravedad de la situación argentina debe entenderse desde la coyuntura actual, pero también a partir del complejo escenario económico estructural que vive nuestro país desde hace décadas”.

Con respecto a las últimas medidas tomadas por el gobierno, el académico sostiene que es un “desesperado intento de control de precios, pero con un previsto resultado ineficaz dado el proceso inflacionario (alrededor del 15% en lo que va del año). El sector productivo está paralizado con los ajustes tarifarios, la inflación y la caída del consumo, y los mercados han dado un claro mensaje de que no hay credibilidad en la gestión de Macri”.

Kornblum hace hincapié en que “el problema de la escasez de la divisa estadounidense es histórica. El ‘dilema del dólar’ ha estado siempre, con diversos tipos de fluctuaciones, lo que además se ha complementado con un juego perverso que conjuga altas tasas de interés, la venta masiva de bonos y otros tipos de artilugios financieros que no tienen nada que ver con la economía de la producción, el trabajo y el desarrollo”.

Desde otra perspectiva, el economista y socio de la firma Research for Traders, Gustavo Neffa, indicó a la Agencia Anadolu que “se mezclan temas económicos y políticos. En un año electoral, la fuga de capitales y la volatilidad van en aumento en Argentina y este año no es la excepción”.

Neffa destaca la importancia de que Argentina tuvo que acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) “porque tiene cerrado el mercado de deuda voluntaria. Eso hace vulnerable el repago de la deuda porque ese dinero no le va a alcanzar al próximo que le toque gobernar para pagar todo”.

Además, Neffa agrega que Argentina debería financiarse en pesos argentinos, pero que “la demanda de pesos cayó en picada a pesar de una fuerte subida de tasas de interés de referencia”.

En cambio, Nicolás Leupold, corredor de bolsa independiente vinculado a los mercados latinoamericanos desde 1997, cree que “hay una situación fiscal que va en buena dirección, pero que tiene sus pormenores, y cada tanto aparecen situaciones que hacen que el dólar pegue un salto”.

Leupold es más optimista que los anteriores, porque considera que la cosecha agrícola de este año es excelente respecto del año pasado y que eso ayudará a que aumenten las exportaciones, “con lo cual hace que haya dólares circulando en la economía. Estos se van a ir paulatinamente liquidando. Los privados están comprando pocos dólares, esa es la realidad”.

Lo cierto es que tanto la devaluación como el aumento de las tarifas y de las tasas de interés generaron un coctel de inflación y recesión que se suma a que el país se continúa endeudando exponencialmente a medida que pasan los días.

El escenario político

En la última semana se conocieron distintos sondeos que simularon una eventual confrontación entre Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri, hoy las dos figuras con mayor intención de voto. Los resultados de las encuestas dan ganadora a la expresidenta.

“La reversión en la preferencia del electorado debe entenderse desde un motivo lógico, sobre todo cuando las últimas cifras oficiales indican actividad recesiva y muy malos datos de inflación, a pesar de haber implementado un plan de restricción de la base monetaria en términos reales desde octubre muy agresivo”, indica Neffa.

En este sentido, para Kornblum “lo más peligroso es la inestabilidad de no saber qué pueda pasar y cómo se llevará a cabo cualquier tipo de plan económico de corto o largo plazo. Los grandes movimientos de capitales solo desean rentabilidad y previsibilidad, y es justamente lo que la política argentina menos les provee”.

Para Leupold, la desbandada que se vivió esta semana tiene una raíz enteramente política y considera que hay un vacío comunicacional del gobierno que fue aprovechado por la oposición, haciendo circular encuestas para ver cuál es la reacción del gobierno.

“El gobierno hace un error no forzado en no hacer una comunicación integral y contundente. Esto es 100% político. A último minuto del jueves, el mercado se dio cuenta que no hay tanto riesgo ni tanto caos como se dice, sino que más bien es una situación de histeria aprovechada por la oposición muy astutamente y que genera un protagonismo de gente que no lidera las encuestas”, sugiere el corredor de bolsa.

“Lo más grave es que no solo no hay un ‘plan B’ en términos de candidaturas oficialistas, sino que la oposición tampoco define nombres: ello genera aún más incertidumbre bajo un halo de nefasta espera hasta las elecciones del 27 de octubre próximo”, concluye Kornblum.

Una espera que se torna inviable para los millones de pobres que, sin empleo o con salarios paupérrimos, no poseen un ingreso mínimo que les permita darle de comer a sus familias.

(Servicio Español de la Agencia Anadolu)



Noticias relacionadas