Por primera vez en 133 años la Academia Chilena de la Lengua es liderada por una mujer

La ensayista Adriana Valdés nació en Santiago de Chile y ha escrito libros como “Enrique Lihn, vistas parciales” y “Redefinir lo humano”

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Por primera vez en 133 años la Academia Chilena de la Lengua es liderada por una mujer

Por primera vez en sus 133 años de historia, la Academia Chilena de la Lengua es liderada por una mujer. Se trata de la ensayista Adriana Valdés, nacida en Santiago de Chile y escritora de libros como “Enrique Lihn, vistas parciales” y el best seller “Redefinir lo humano”.

La literata asumió el pasado martes como directora de la institución creada en 1885 y también como presidenta del Instituto de Chile, que desde 1964 reúne a todas las academias de Ciencias y Humanidades del país.

Graduada de la Universidad Católica y funcionaria de la ONU por 20 años, la académica afirmó en su primer discurso, que no llegó al puesto por ser mujer “sino por ser académica y por estar llamada a hacerse cargo”.

La chilena de 73 años ingresó a la Academia de la Lengua de Chile en 1993 y en 2010 fue nombrada su vicerrectora. A partir de este año reemplazará al lingüista Alfredo Matus, que la dirigió por 24 años.

En la ceremonia hizo contantes referencias a los logros femeninos. Recordó, por ejemplo, que el mismo día de su posesión se celebra una importante victoria para las mujeres en Chile. “Por una generosa contribución del azar, precisamente hoy 8 de enero se cumplen 70 años desde que la mujer consiguió derecho a voto en Chile”, afirmó.

Añadió que, aunque la Academia hoy tienen una representación femenina más amplia, de 8 académicas entre 36 miembros, Valdés piensa que “siguen siendo pocas y hay omisiones notables”.

“El sentido común cambia con el tiempo y con la historia. Y se van corriendo las barreras de lo posible”, dijo la nueva directora de la Academia de la Lengua chilena. “Si no, ¿cómo podría estar aquí, frente a ustedes, aceptando estas responsabilidades que no habrían estado nunca, ni en mi academia ni en el instituto, en manos de una mujer?”, reflexionó.

Recordó a científicas y académicas notables cuyo trabajo fue tenido en menos por ser mujeres. “Eso, antes, no era concebible. Como no fue para el Instituto de Francia incorporar a Marie Curie, porque hacerlo, dijeron, contravenía tradiciones 'intocables'. Tampoco la Real Academia Española incorporó jamás a María Moliner, que estuvo a sus puertas cuando todavía no había mujeres en la institución”.

La intelectual añadió: “No le llego a los talones ni a la una ni a la otra. Lo que ha cambiado no es una sola persona, es el sentido común de la época”, afirmó.



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