El entusiasmo encandila a los panameños en los carnavales

Panamá, 16 feb (EFE).- El entusiasmo y derroche de esplendor se tomó hoy las celebraciones del carnaval panameño, en una jornada en la que las diferentes reinas se han lucido con sus trajes y carrozas y miles de seguidores festejan bajo los chorros de agua.

En la capital, las autoridades de turismo calculan que la asistencia "duplica" la del año pasado, desde que hoy temprano empezaron los "culecos" (juegos con agua y espuma), mientras en ciudades como Las Tablas y Pedasí, considerada la cuna del festejo, se cuentan por miles los participantes en el desfile de carrozas.

Las Tablas, en el centro del país, se distingue en Panamá como la ciudad que presenta los desfiles de carnavales más vistosos y con derroche de lujo en los trajes de las reinas de "Calle Arriba" y "Calle Abajo" y las enormes carrozas que las pasean acompañadas por sus princesas y lacayos.

Cada reina es seguida por su respectiva "tuna", conformada por cientos de personas de todas las edades que cantan tonadas con las que ridiculizan o se burlan de la rival, mientras se refrescan con los chorros de agua o bebiendo.

Según los cálculos de las autoridades de tránsito, casi 500.000 panameños, en unos 150.000 vehículos, se han desplazado desde la capital a las diferentes localidades en el interior del país donde se celebra hasta la madrugada del miércoles próximo la farsa.

En tanto que, en el paseo costero de la capital, la celebración del dios Momo ha convocado a miles de personas que disfrutan de los chorros de agua, bajo un calor sofocante, disparados desde los carros cisterna, animados por la música tropical, ritmos modernos y vernaculares.

A diferencia del interior del país, en la capital no se organizan tunas, sino que desfilan comparsas entre las carrozas de las diferentes reinas con sus propias melodías y coreografías.

De acuerdo con la Autoridad de Turismo de Panamá, al menos 40.000 turistas extranjeros han llegado al país para los carnavales.

Medio centenar de ciudades y pueblos son escenario de las celebraciones, "las únicas que el panameño se toma en serio" en el país, que queda paralizado hasta el "entierro de la sardina" en la madrugada del miércoles, luego de lo cual la mayoría católica asiste a la ceremonia de imposición de la ceniza para iniciar la cuaresma.