¿Türkiye está cambiando su política sobre Siria?

Las discusiones y declaraciones que han durado varias semanas dan la impresión de que Türkiye se está preparando para cambiar su política sobre Siria. Las discusiones adquirieron una nueva dimensión con la declaración del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, después de regresar de Ucrania. El mandatario turco declaró que "Türkiye aspira asegurar más pasos con Siria".

Esta declaración se hizo más significativa después de la reunión de Erdogan y Putin en Sochi que la cuestión siria formó el principal tema del encuentro, y se afirmó que Putin sugirió negociar con la administración siria para encontrar una solución en la lucha antiterrorista.

Aunque esto no indica un cambio en la posición de Rusia, las recientes declaraciones indican que Türkiye se está preparando para un cambio en su política hacia Siria en cuanto a las "negociaciones con la administración de Asad".

En este contexto sobresalen cuatro cuestiones importantes:

El primer tema es, por supuesto, la continuación del proceso de resolución pacífica en el marco de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU. La actual posición de Türkiye ya es totalmente fiel a la hoja de ruta prevista en dicha resolución. En otras palabras, la redacción de la constitución, la celebración de elecciones y el establecemiento de un gobierno provisional son los pilares de la resolución 2254. Por lo tanto, el objetivo de restaurar relaciones con la administración siria no puede excluir este proceso de solución.

El segundo tema es la lucha contra el terrorismo. Teniendo en cuenta que el Acuerdo de Adana ha sido citado con frecuencia en los últimos años, se puede hablar de la existencia de un texto básico sobre la lucha antiterrorista entre Damasco y Ankara. La lógica detrás de que Rusia dirija a Türkiye al régimen se basa en este texto básico. Sin embargo, aún no está claro cómo construir una nueva asociación con el régimen sirio en la lucha contra el PKK. Por lo tanto, Türkiye o uno de los regímenes tendrá que realizar un cambio integral en sus políticas con respecto al PKK para que se produzca un cambio de política. En este contexto, podemos mencionar algunas alternativas. Todas estas posibilidades son cuestiones que pueden producir soluciones a corto plazo.

La primera opción es la liquidación de la presencia del PKK en la frontera de Türkiye por parte del régimen. Sin embargo, el régimen tendrá que sacar al PKK de regiones como Manbij y Tel Rifat. Parece poco probable que esto sea aceptado voluntariamente por el PKK. En ese caso, el régimen debe exigir que el PKK evacúe o desarme con elementos coercitivos. Desde la actual perspectiva, el régimen no tiene una tal habilidad o capacidad ni el PKK tiene tal intención.

Otra posibilidad es la limpieza militar de Türkiye con el Ejército Nacional Sirio (ENS) contra la amenaza común PKK, con el apoyo del régimen. Por lo tanto, se resolverán las preocupaciones de seguridad de Türkiye y al mismo tiempo se fortalecerá la mano del régimen contra el PKK. En este punto, entran en juego los planes insidiosos del régimen de usar el PKK como herramienta contra Türkiye. En otras palabras, el acercamiento de Türkiye a la administración siria para eliminar el problema del PKK no puede producir una solución a corto plazo.

El tercer tema es la repatriación de los refugiados bajo el estatus de protección temporal de Türkiye a Siria. Este es uno de los temas más difíciles, es que esperar que los refugiados regresen a las tierras controladas por el régimen sin una solución política significa no aprender ninguna lección del tema de los refugiados en la última década.

El trato al que se enfrentan quienes han repatriado a la región del régimen en los últimos años no es nada favorable. Aunque no hay obstáculos para el diálogo entre Líbano y Jordania con el régimen, la repatriación de ciudadanos de ambos países ha sido extremadamente limitado. Parece bastante difícil hacer posible que los refugiados en Türkiye regresen a la región del régimen solo negociando con la administración de Asad. Lo más importante es que avanzar en este acuerdo sin vincularlo a una hoja de ruta podría causar mayores problemas para los solicitantes de asilo. Es una misión demasiado dificil repatriar a los refugiados en un entorno en el que el régimen considera "traidores" a los que van al extranjero, la infraestructura está completamente destruida y el poder económico del régimen es limitado.

El cuarto y quizás el más importante tema es la situación de los disidentes. En este punto, la aceptación de las condiciones establecidas por la administración de Asad para reconciliar con la oposición no significa más que rendición para la oposición.

No parece posible sentarse a la mesa de negociaciones con la administración de Asad liquidando toda la estructura militar y política, especialmente deponiendo las armas. Ya no es posible que Türkiye acepte tal situación. Por lo tanto, será difícil establecer un nuevo punto de conexión entre la oposición y el régimen, mientras que hay un ejemplo en Ginebra donde no se ha podido llegar a un acuerdo durante tres años y que el régimen sigue constantemente una estrategia basada en prolongar el proceso. Además, el hecho de que el YPG y las fuerzas del régimen atacaran al distrito de al-Bab con misiles es un indicador de cómo el régimen considera las áreas de oposición. Por otro lado, está claro que el régimen es extremadamente maximalista en este tema. El régimen, que no quiere iniciar un proceso de este tipo antes de que Türkiye se retire de las regiones del norte, pediría sentarse a la mesa para sacar beneficios cuanto más se pueda de Türkiye.

Cuando se observa la oposición desde la perspectiva de Idlib, se puede entender de inmediato que las cosas son aún más complicadas.

Es por eso que las recientes declaraciones apuntan que Türkiye desea tomar una nueva iniciativa para resolver los problemas en la cuestión siria en lugar de hacer un cambio de estrategia en su política de Siria.