Agenda de Turquía y del Mundo (24/2015)

Los problemas de democracia en los países musulmanes

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Agenda de Turquía y del Mundo (24/2015)

Se celebraron elecciones parlamentarias multipartidista el pasado 7 de junio de 2015 en Turquía, único ejemplo de democracia para los países musulmanes. El pueblo turco, el 99 % de cuya población es musulmán, tiene una experiencia de democracia que se basa en el período otomano del siglo XIX. Los gobiernos en Turquía se forman y cambian por medio de elecciones en las que se refleja la preferencia popular. Tal y como en las democracias occidentales, en las elecciones compiten más de diez partidos de distintas opiniones, se ejecutan campañas, se hacen propagandas por medios de comunicación y al final los representantes que logran convencer a los electorales ostentan el poder.

Es posible que los países occidentales democráticos lo consideren como cosas ordinarias o triviales, pero son progresos considerables para los países musulmanes que cuentan con una población de más de 1,5 mil millones de habitantes. Es que la democracia no existe en la gran parte del mundo. Es posible comentar que la experiencia democrática de Turquía, que figura entre algunos ejemplos de minoría, es la más antigua y más desarrollada.

Sin lugar a dudas que la democracia no es perfecta en Turquía. Los golpes militares derrumbaron por cuatro veces los parlamentarios o gobiernos elegidos por el pueblo y en su lugar se establecieron gobiernos, leyes y regímenes militaristas. La libertad de expresión, el principal elemento de la democracia, los derechos humanos y las actividades de la sociedad civil se han impedido o limitado hasta los últimos años. Sin embargo, los avances revolucionarios registrados en la última década disminuyeron en gran medida estos problemas democráticos. Por ejemplo, en las grandes tres elecciones celebradas en los años 2014 y 2015 no hubo una intervención militar, pudieron competir los partidos completamente adversos, los medios de comunicación de cada opinión realizaron emisiones libremente y las organizaciones de comunidad civil dieron su apoyo a los partidos u opiniones que quisieran. Es discutible la igualdad, legitimidad y perfección de este todo el proceso electoral, pero es indiscutible que el resultado se trata de una preferencia democrática. Es cuestionable la situación de desarrollo de la democracia de Turquía en comparación con los países occidentales, pero no se puede comparar con sus ejemplos en el mundo islámico.

Se celebran elecciones en varios países islámicos, se forman parlamentos y gobiernos a través de comicios e incluso existen multipartidistas. Por ejemplo, Pakistán, Indonesia, Irán, Malasia, Bangladesh y varios países islámicos cuentan con instituciones, reglas, procesos y actores, principales elementos de la democracia. Casi todos estos países atribuyen un valor al concepto de democracia aunque sea simbólico. No obstante, por otro lado en varios países islámicos no hay un interés por el concepto de democracia ni siquiera hay elementos mínimos de democracia. Por poner un ejemplo, los reinados o dominios de jeques todavía mantienen su presencia en los países del Golfo de Basora y no se celebran elecciones.

Aunque sean a distintos niveles todos estos ejemplos, se observa que los países islámicos se enfrentan a problemas muy serios. Pese a que la democracia de Turquía quizás es relativamente mejor, se sabe que incluso Turquía tiene problemas serios. Claro que se aceptan estos problemas en la literatura diseñada en el sentido de Turquía y los países islámicos. Si se elabora una lista de estos problemas, se puede hablar de estos asuntos, principales características de la democracia: administración o gobierno civil, las instituciones de comunidad civil y sus actividades, libertad de expresión, constitución global o moderna, el dominio del derecho y los medios justos o iguales de competición. Los países musulmanes no poseen estos criterios democráticos parcialmente por razones históricas y políticas, pero lo más importante por entendimientos y prácticas equivocados respecto a la cultura islámica.

La primera razón del problema de democracia en los países musulmanes es la herencia colonial e imperialista que domina la mayor parte de estos países. Los regímenes fundados por los países occidentales a principio del siglo XX tienen por lo general particularidades autoritarias, totalitarias y militaristas. Los gobiernos de solo partido o de un solo dirigente construidos en este proceso no permiten la administración democrática de los poderes. Podemos observar el ejemplo más típico en Egipto en estos días. El gobierno de Mohamed Morsi, que fue elegido con los votos del pueblo y que creó la oportunidad de democratización en Egipto, fue derribado con un golpe militar y se fundó un gobierno anti-democrático. Lo más interesante es que el gobierno de Sisi no fue criticado por los países democráticos, e incluso fue acogido como algo ordinario. Las prácticas anti-democráticas de esta naturaleza es uno de los obstáculos más serios en la transición de los países musulmanes a la democracia.

Existen comentarios o entendimientos demasiado equivocados sobre democracia y libertades en los países musulmanes. Algunas comprensiones que se pueden denominar brevemente como cultura deformada del Islam impiden o limitan los elementos democráticos como comunidad civil, libertad de expresión, constitusionalismo y derechos humanos. Este problema se ha observado obviamente recientemente en las declaraciones de las organizaciones como DAESH. La cultura de democracia no se desarrolló o no se pudo desarrollar en los países musulmanes a raíz de este tipo de comentarios.

Quizás Turquía tiene una diferencia fundamental entre otros países islámicos en este sentido. Turquía adoptó desde principios del siglo XIX varias instituciones y tradiciones de democracia, principalmente constitusionalismo. Cabe citar aquí que Turquía es un país abierto a la Occidentalización a partir de este siglo. No se puede ignorar que Turquía constituye un factor esencial para la democracia del Consejo de Europa, la Unión Europea y parcialmente de las membresías de la OTAN.

Prof. Dr. Ramazan Gözen

El catedrático del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Mármara en Estambul.

 


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