Agenda de Turquía y del Mundo (08/2015)

Ucrania, entre la paz y la guerra

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Agenda de Turquía y del Mundo (08/2015)

Acordaron el alto el fuego al cabo de las negociaciones realizadas en Minsk a fin de encontrar una salida a la guerra en Ucrania. Se coincidieron en el texto de paz compuesto por 13 artículos al fin de las conversaciones llevadas a cabo por los mandatarios ruso y ucraniano, Vladimir Putin y Petro Poroshenko con la mediación de la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande.

El pacto prevé el alto el fuego a partir del pasado 15 de febrero en las localidades de Luhansk y Donetsk, donde se vive la guerra, la retirada del armamento pesado, la celebración de elecciones y el proceso de reintegración a la administración ucraniana. Se acordó que este proceso se observara, reportara y coordinara por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), con que se planea el fin de la guerra de Ucrania, que sigue desde hace casi un año, el desarme de los combatientes y la retirada de Rusia de los campos de batalla.

Sin embargo, existen distintos puntos de opinión acerca de 'hasta qué grado será éxito esta paz, cuánto justo será el acuerdo aunque sea un éxito, y lo más importante; Rusia obtendrá beneficios al fin del proceso. Es que algunos adelantan que este tratado proclamó la victoria de Rusia y que produjo un resultado injusto.

El acurdo de Minsk no transforma Ucrania a su posición pro guerra y además no incluye ninguna disposición respecto a la región de Crimea anexionada por Rusia. Incluso en el caso de que el acuerdo se implemente con éxito, no se realizará absolutamente la soberanía de Ucrania. Ni la administración de Kiev dominará en las regiones de Donetsk y Luhansk tal y como en otras regiones del país, ni reganará su influencia en Crimea y las costas del Mar Negro. Eso significa que Ucrania sufriría una considerable pérdida de soberanía en comparación con el período pro guerra, mientras que sería consolidada la influencia de Rusia sobre Ucrania. Además, Rusia puso de manifiesto con este convenio su influencia sobre los países comunitarios, Francia y Alemania, puesto que Rusia hace aceptar a los europeos y el Occidente su política expansionista militar con el Acuerdo de Minsk. Por lo tanto, no se puede comentar que no se trata de una paz justa.

No obstante, como en cada caso, hay que contemplar la cuestión de Ucrania con objetivamente y por distintos puntos de vista. Es también posible considerar el Acuerdo de Minsk como “el mal menor” y tratar de investigar y suprimir las razones de esta maldad. ”El mal menor” presenta el fin de la guerra, que prosiguió desde hace un año, y la inestabilidad regional. Esta guerra ocasionó hasta el momento un costo de gran consideración en exclusivo en Ucrania, y si no lo detienen, es de alta probabilidad que derive perjuicios más grandes. En el caso de que Ucrania y los resistentes den continuidad a esta guerra, no parece posible que una de las partes salga triunfante y además es posible que las partes sufran más pérdidas.

Tal y como en la guerra entre Irán e Irak entre los años 1980 y 1988, el balance de armas y potencias destituiría más a ambas partes. Por ello, es racional trabajar para la paz en lugar de mantener esta guerra de “balances”. Otro ejemplo, durante la Guerra de Liberación, Turquía firmó la Convención de Montreux y el Tratado de Lausana con Grecia, y Reino Unido y Francia en la tela de fondo,

Es posible comentar que es eficiente la fuerza militar de Rusia en la guerra de Ucrania, pero hay que interrogar el porqué de que Rusia no admite este resultado. En el asalto de Rusia a Ucrania juegan papeles la caída por la UE con golpe civil de Yanukovich apoyado por Rusia y el fracaso de disuasión militar de la UE, EEUU y la OTAN a Rusia. Quizás es concebible que EEUU y la OTAN no toman represalias militares contra Rusia, porque una respuesta militar conlleva los riesgos del agravamiento y la propagación de la guerra.

Los países occidentales impusieron un intenso bloqueo a Rusia en lugar de dar una respuesta militar. Las instituciones comunitarias, estadounidenses y occidentales amenazaron los intereses económicos, comerciales, financieros y energéticos de Rusia. Los precios petróleos que bajaron rápidamente en los recientes meses pusieron una gran dificultad a Rusia. En realidad, el Acuerdo de Minsk demuestra que estos bloqueos le crean grandes problemas a Rusia. Se observa que las tácticas de fuerzas moderadas del Occidente en lugar de militares y estrictas perjudican a Rusia. Por lo tanto, se puede afirmar que Rusia se vio obligado a firmar el Acuerdo de Minsk. Cuando se mira por este punto de vista, es posible ver que el Acuerdo de Minsk no es un triunfo de Rusia, sino un acuerdo aceptado por este país debido a que estaba metido en un lío por los bloqueos.

En este caso, el acuerdo no se puede evaluar como un privilegio concedido por la UE, Ucrania y los países occidentales, sino una persuasión a fuerza.

Como cada acuerdo, el Acuerdo de Minsk no es el fin del camino. Se baraja la posibilidad de que se registren nuevos avances ordinarios y extraordinarios en los próximos días. Estos progresos darían la pista de quién ganó victoria en estos acuerdos. Si este acuerdo es la victoria de Rusia, entonces Ucrania y el Occidente vivirán días difíciles. Pero, si Rusia aceptó a la fuerza el acuerdo por los bloqueos, le esperan a Rusia días difíciles. En este caso, Rusia puede deber firmar y poner en marcha nuevos convenios no sólo en la cuestión de Ucrania, sino también quizás en la cuestión siria.

Por Ramazan Gözen

Catedrático del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Mármara en Estambul.

 


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