Agenda de Turquía y del Mundo (48/2014)

La política exterior turca es el escenario de una intensa diplomacia en las últimas semanas y los próximos días. No es algo exagerado decir que el corazón de la política mundial desarrolla en un proceso centrado en Turquía que intenta desempeñar papel en la resolución de los problemas críticos en Siria, Irak, Ucrania, Irán y Egipto ya que se producen en su alrededor.

Claro que no es nuevo el papel de Turquía en las relaciones internacionales. Se puede resumir como lo siguiente el rol que sobresalió en la última década:

El proceso de negociación sobre la adhesión de pleno derecho a la UE entre 2003 y 2007, las iniciativas de paz en el Oriente Medio, el Cáucaso y los Balcanes entre 2007 y 2010, la membresía temporal del Consejo de Seguridad de la ONU entre 2009 y 2011, y los esfuerzos para ser país modelo en la Primavera Árabe entre 2011 y 2013.

Sin embargo, a partir de 2013 se registraron adelantos negativos en el proceso de negociaciones sobre la plena integración de Turquía en la UE y su papel en la Primavera Árabe. La política de Turquía sobre la UE y Siria no avanzó como lo esperaba, lo que tuvo impactos en esta deterioración.

Pese a todos estos casos negativos, sigue activismo en la diplomacia turca. A pesar de algunos desacuerdos, las relaciones de Turquía con EEUU, Rusia, Europa, Irán e Irak mantiene su dinamismo. Por la naturaleza de las relaciones internacionales, Turquía trata de superar las diferencias con estos países a través de negociaciones y diplomacia. Eso constituye el principal motivo de que Turquía ha registrado una intensa diplomacia en los recientes meses de 2014.

He aquí los principales elementos destacados de la intensa diplomacia en las recientes semanas:

La participación del presidente Recep Tayyip Erdoğan en la reunión del plenario de la ONU, la asistencia del primer ministro, Ahmet Davutoğlu, en la reunión del G-20 y la toma de la presidencia de turno de Turquía del G-20, la visita crucial de Davutoğlu a Bagdad y Erbil después de años, la visita a Estambul del vicesecretario estadounidense, John Biden, y su presencia en la Conferencia del Consejo Atlántico sobre Energía y Economía y su cita en este marco con Erdoğan que se prolongó durante 4 horas.

Turquía presenciará en los siguientes días dos importantes visitas: el líder religioso católico el Papa Francisco visitará Ankara el 28 de noviembre y el presidente ruso, Vladimir Putin, el 1 de diciembre.

Se trata de visitas de suma importancia para la diplomacia turca. En primer lugar, las relaciones turco-iraquíes desarrollan en el sentido de la lucha contra el ISIS. Turquía empezó a ofrecer entrenamiento militar al Ejército de Peshmerga e Irak así que incrementó el apoyo militar a la lucha contra el ISIS. Esta gestión aumentaría el éxito de la coalición encabezada por EEUU. No obstante, es temprano comentar si esto iniciará un proceso para el derrocamiento de Asad. Biden, después de encontrarse con Erdoğan en Estambul, afirmó que Asad debe alejarse con el método político y que se mantendrá la existente colaboración estratégica entre dos países. Hay expertos que sostienen que esta declaración puede servir de una pista del cambio de la política de Asad.

La seguridad energética supone una dimensión importante de la colaboración estratégica de Turquía y EEUU a nivel de la OTAN y a nivel bilateral. La reunión del Consejo Atlántico en Estambul confirmó la posición central de la generación y distribución energética de Turquía.

Biden y Davutoğlu expresaron en sus discursos en la conferencia que se desarrollarán esta posición central. Actualmente ocupa la agenda la distribución de los recursos de petróleo y gas natural en el Oriente Medio, el Cáucaso e incluso el Mediterráneo al mercado mundial a través de Turquía. Por otro lado, se mejora la posición de Turquía en términos de seguridad en las líneas energéticas este-oeste y norte-sur.

Rusia es uno de los países que se interesan en estos progresos. Es de saber la gran posición de Rusia en la producción mundial de petróleo y gas natural y su contribución a la política económica rusa. Rusia al mismo tiempo se trata de uno de los socios energéticos más importantes de Turquía. Aparte el Proyecto del Gasoducto Flujo Azul entre dos países, hay varios proyectos conjuntos de inversión en materia de energía nuclear y una fuerte colaboración de comercio, economía, fuerza laboral y tecnología.

La dependencia recíproca entre Turquía y Rusia es tan alta y precisa que el abismo en la política sobre Siria de dos países no puede perjudicar esta dependencia.

Sin embargo, no hay que menospreciar las diferencias de política sobre Siria de dos países. La política de Turquía, EEUU y los países europeos sobre el derrocamiento de Asad atrae las iras de Rusia e Irán. Esta reacción no sólo cierra la crisis de Siria o profundiza la guerra civil, sino también tiene impactos negativos en la política interna y externa turca.

No se sabe, efectivamente, cómo la comunidad internacional superará la crisis de Siria. Fracasa todo tipo de actuales esfuerzos e iniciativas de Turquía y otros varios países. Hace falta utilizar las vías más eficientes para la resolución de esta cuestión. Es objeto de interés si los actores extra políticos jugarán un papel o harán una contribución para superar esta crisis. Por ejemplo, el Papa Francisco puede ser un tal actor? ¿La visita del Papa en Ankara puede constituir una oportunidad para comprender y relatar las opiniones de Turquía sobre el caso sirio? Aunque el Papa no interviene nada en los asuntos políticos internacionales, no se puede pasar por alto la posible influencia de su autoridad religiosa sobre los políticos en el mundo cristiano, los actores de las sociedades civiles y los pueblos. Por lo tanto, hay que contemplar por este aspecto la visita del Papa a Ankara entre el 28 y el 30 de noviembre.

Por Prof. Dr. Ramazan Gözen

El catedrático del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Mármara en Estambul.