Agenda de Turquía y del Mundo (46/2015)

Futuro de Siria y Oriente Medio en la perspectiva histórica

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Agenda de Turquía y del Mundo (46/2015)

La guerra civil en Siria que continúa desde hace cuatro años, naturalmente, no es solamente una cuestión siria. Las potencias, que piden el cambio del régimen de Asad y Baas en Siria, y las fuerzas, que desean la protección del statu quo, siempre tenían planes sobre el futuro de todo Oriente Medio, lo cual constituye razón fundamental de que la guerra en Siria aún no ha llegado a su fin. Porque la cuestión siria realmente es una cuestión del Oriente Medio en un sentido, pero en sentido general supone una cuestión global. En otras palabras, la guerra civil en Siria es la lucha de poderes y área de influencia de las potencias del mundo.

La prueba más concreta de esta alegación se muestra en la lista de los países que acudieron en la conferencia de paz congregados en Viena el 6 de noviembre. Si la guerra en Siria hubiese ser un caso sirio, no habría falta la participación de estos países: EEUU, Rusia, China, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Turquía, Arabia Saudí, Egipto, Qatar, Jordania, Líbano, Irán, Irak, Omán y Emiratos Árabes Unidos.

El fracaso de la primera ronda de la conferencia de Viena de dos días realizada a nivel de autorizados de los estados relacionados y su repetición después de 15 días demuestran que esta cuestión es tan complicada y voluminosa. Este panorama pone de relieve que el fin de la guerra y un convenio de paz marcarán el futuro no solo de Siria, sino también del Oriente Medio.

El referirse a la Conferencia de Viena lleva a las memorias dos grandes conferencias realizadas en el pasado siglo que determinaron el destino del Oriente Medio. La primera es la Conferencia de París 1919-1920 congregada tras la Primera Guerra Mundial y el tratado de París, y otra es la Conferencia de Madrid reunida el 30 de octubre de 1991 tras la guerra entre Irak y Kuwait en los años 1990 y 1991.

La Conferencia de París dibujó un nuevo mapa de Oriente Medio disolviendo del Imperio Otomano y estableciendo nuevos estados en su lugar, mientras que la Conferencia de Madrid decidió que se pusieran en marcha nuevas disposiciones con el fin de la solución de la cuestión palestina y la restauración del proceso de paz árabe-israelí.

Cuando se mira atrás, ni la Conferencia de París produjo un resultado exitoso y positivo en la historia de Oriente Medio de unos cien años, ni las iniciativas propuestas en la Conferencia de Madrid llevó una solución permanente y eficiente a la cuestión palestina. El que las decisiones tomadas en estas dos conferencias no produjeron resultados planificados se puede considerar como uno de los motivos de la guerra civil en Siria de hoy entre otros resultados. Es que la creación de fronteras y regímenes artificiales de la Conferencia de París en la región y la exclusión de Siria del proceso de paz en la Conferencia de Madrid se encuentran entre los motivos de la guerra civil en Siria. La Conferencia de París sirvió de base de que las administraciones de Nusayri y Baas siguieran en el poder y la Conferencia de Madrid impidió la solución de la cuestión palestina debido a las ocupaciones y asaltos de Israel.

Hace falta tomar en consideración estos dos factores, es decir, el régimen totalitario de Siria y el caso palestino, mientras se forma una nueva Siria. La prioridad de las fuerzas globales y los actores regionales congregados en Viena seguramente es el fin de la guerra civil en Siria y la restauración de la paz. En este sentido, es necesario que se callen todas las armas, que el Gobierno de Asad ponga fin a su lucha armada, que se expulsen las organizaciones terroristas como DAESH y que se funde un nuevo estado y gobierno sirio.

Aunque parece como problema de desacuerdo la posible inclusión de Asad en la nueva Siria, el problema esencial son las discordias de las potencias globales y regionales en cómo desean una Siria y Oriente Medio.

A un lado de esta disconformidad están el Occidente y el bloque de democracia compuesto por los países como EEUU, Inglaterra, Francia, Alemania, Turquía, Arabia Saudí y Qatar; y a otro lado están el Oriente y el bloque autoritario integrado por los países como Rusia, China, Irak e Irán. Los conflictos o desacuerdos racistas en especial entre Arabia Saudí e Irán surgieron en este bloque. Claro que la competencia entre dos bloques dispone de otros elementos como geopolítica, geo-estrategia, energía (petróleo y gas natural), economía, campo de influencia, mercado de armas, prestigio e imagen. Incluso, aunque no se encuentran entre los participantes, la paz de Siria y Oriente Medio no es posible ignorando la cuestión israelí y palestina. Una etapa de la cuestión de Israel y Palestina desde los años 1948 y 1956 ha sido siempre en Egipto y otro en Israel. Tal y como dijo el decano de la política exterior y la diplomacia de EEUU, Henry Kissinger, “no será guerra sin Egipto y paz sin Siria en el Oriente Medio”.

Por consiguiente, cuando se mira por el aspecto de dinámicas históricas y actuales, la Conferencia de Viena tenía el potencial para fijar el futuro no solo de Siria, sino también de todo Oriente Medio. Cuando se mira por el aspecto histórico, los encuentros de Viena, que fueron importantes igual que las Conferencias de París y Madrid deben tomar en consideración esta histórica experiencia. Es indispensable que se establezca bastante delicadamente el balance étnico o sectario para una paz exitosa y positiva en Siria y Oriente Medio. No se deben establecer nuevas estructuras y fronteras artificiales que amenazan las fronteras regionales, sino una Siria y región realista, democrática y justa conforme a las realidades regionales. Las disposiciones equivocadas introducidas a principios del siglo XX no se deben repetir a principios del siglo XXI.

Por Ramazan Gözen de la Universidad de Mármara en Estambul.


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