ACNUR: si los enfrentamientos se extienden, se vivirá una catástrofe humanitaria en Libia

El director de la misión en Libia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados insiste en que Europa y la comunidad internacional deben aportar más a países como Libia, los cuales son utilizados por los inmigrantes como tránsito

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ACNUR: si los enfrentamientos se extienden, se vivirá una catástrofe humanitaria en Libia

TRÍPOLI

El director de la misión en Libia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Jean-Paul Cavalieri, asegura que la expansión de los enfrentamientos armados a las zonas densamente pobladas provocaría una catástrofe humanitaria.

En declaraciones al corresponsal de la Agencia Anadolu, Cavalieri recordó que habían cerrado uno de sus centros de atención en la capital, Trípoli, por temor a que se convirtiera en objetivo de los ataques, tal y como ocurrió en julio del año pasado a su centro en Tajura, que fue atacado y en el que 53 personas perdieron la vida.

Según un informe redactado por Naciones Unidas, el ataque fue perpetrado por un avión militar tipo Mirage perteneciente a un país extranjero que apoya al general retirado Jalifa Haftar, quien intenta derrocar al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), reconocido por Naciones Unidas.

No obstante, el informe no menciona el nombre del país al que pertenecía la aeronave, a pesar de que todos los indicios apuntan a Emiratos Árabes Unidos.

Cavalieri afirma que los aproximadamente 500 refugiados que en estos momentos se encuentran en el centro serán trasladados a un lugar seguro y que continuarán ofreciendo asistencia humanitaria a los desplazados y refugiados por el conflicto en el país norafricano.

Hasta el momento la misión ha cerrado dos de sus tres centros para refugiados y desplazados en Trípoli. En estos centros los libios afectados por el conflicto bélico recibían ayuda humanitaria y cuidados médicos.

“De momento hay 340.000 desplazados libios. Si los enfrentamientos armados llegan a las zonas pobladas, a las zonas con población más densa, provocarán una crisis humanitaria seria. Nosotros intentamos prepararnos para esto; aún así sería una tragedia para Libia. Sería terrible para la gente que desde hace mucho tiempo sufre las consecuencias de esta guerra”, comenta Cavalieri.

El director informa que unos 2.000 refugiados de los 43.000 que se encuentran en Libia están detenidos en diversos centros de detención en el país, e indicó que están realizando unas negociaciones con las autoridades para que estos sean puestos en libertad.

Cavalieri insiste en que Europa y en general la comunidad internacional deben aportar más contribuciones a los países como Libia que los inmigrantes utilizan como tránsito en su camino hacia Occidente.

El director apunta al hecho de que los propios países europeos carecen de un consenso entre sí sobre el problema migratorio de Libia, y aseguró que estos deben hacer más para repartirse la responsabilidad en la crisis. “Los libios tienen que encontrar una solución a este problema y la comunicad internacional debe ayudarles. Nosotros intervenimos humanitariamente, pero al final la auténtica intervención es la política”, añade el director.

El 12 de enero, las partes en conflicto de Libia anunciaron una tregua en respuesta a un llamado conjunto de los líderes turco y ruso. Sin embargo, las conversaciones para un alto al fuego terminaron sin un acuerdo después de que Jalifa Haftar saliera de Moscú sin firmar el acuerdo.

El acuerdo de Berlín del 21 de enero compromete a los signatarios a no interferir en la guerra civil de Libia, a apoyar un alto el fuego, a honrar un embargo de armas de la ONU que fue violado y a apoyar un proceso político facilitado por la misma organización, dijo Salame en el momento del acuerdo.

Todas las partes en la conferencia de Berlín pidieron al primer ministro de Libia, Fayez al Sarraj, y a Haftar "extender la tregua para que podamos darle una oportunidad a la diplomacia".

Libia vive una guerra desde 2011, cuando un sangriento levantamiento respaldado por la OTAN condujo a la destitución y la muerte del presidente Muammar Gaddafi, después de más de cuatro décadas en el poder.

Desde entonces, las estrictas divisiones políticas de Libia han generado varios escaños de poder rivales, incluido un gobierno respaldado por la ONU en la capital, Trípoli, y una multitud de grupos de milicianos fuertemente armados en otras regiones.



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