¿Por qué ganó Erdogan?

Es el artículo del portavoz de la presidencia, Señor Ibrahim Kalın publicado el 26 de junio de 2018 en el periódico Daily Sabah

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¿Por qué ganó Erdogan?

Los electores turcos el 24 de junio fueron a las urnas para votar en las elecciones presidenciales y del parlamento que tenían importancia crítica. La proporción de participación estaba sobre el 80%. El presidente Recep Tayyip Erdoğan tomando el 52% de los votos confirmó su relección y obtuvo 10 millones más votos que su rival más cercano. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (Partido AK) con el 42,5% ganó otro triunfo aplastante. Así la Alianza del Pueblo formado del Partido AK y el Partido de la Acción Nacionalista (MHP) obtuvieron la mayoría suficiente en el Parlamento.

Los resultados muestran la confianza continúa del pueblo a Erdogan y su partido. Lo que es importante igualmente es el apoyo  dado al sistema nuevo de presidencia. Así  Erdoğan fue elegido como el primer presidente del nuevo sistema. En las elecciones  estrechamente impugnadas Erdogan mantuvo una campaña  muy eficaz y protegió su popularidad en el seno del pueblo. Los partidos de la oposición obtuvieron un determinado punto pero esto no fue suficiente de poder desafiar a la postura fuerte en la política turca. Erdogan quien está en el poder desde hace 16 años y salió con triunfo de 13 elecciones y un referéndum, obtuvo 20 puntos más comparando con su rival más cercano. Actualmente, en cualquier lugar del mundo, no hay otro nombre político que vive y  que puede ser ejemplo a este título. Esta situación mostró no solamente el genio político de Erdoğan sino las realidades socio-políticas de la sociedad turca que muchos observadores extranjeros queden insuficientes de entender.

Erdoğan y el Partido AK, gracias a su activación fuerte que continúa desde hace 2002 mantuvieron su popularidad en Turquía. La mayoría aplastante de los electores aplaudiendo el liderazgo de Erdoğan, confirmaron que renovó exitosamente la economía turca, formó un sistema político más flexible y amplio y obteniendo más aceptación de los humanos de distintas partes en los campos de economía, política y movilización social aseguro que se incluyeran. El secreto del éxito de Erdoğan es su política que da prioridad al pueblo. Más allá de las luchas interminables de la política de partido e identidad, Erdogan trabajo sin cansar para aumentar los estándares de vida de millones de familias de bajo y medio ingreso y hacer inversión en educación, salud, infraestructura, camino, aeropuerto y viviendas comunes. Fue el arquitecto de las políticas de la justicia social que funcionan a favor de los que viven tanto en las ciudades como en las zonas rurales en general del país.

El éxito de Erdogan no solamente está relacionada con la política de servicio. Erdoğan abrió el camino social y político del país a distintas y varias identidades como individuos religiosos, kurdo, alevitas, judíos, sociedad griega anatoliana ortodoxa, armenios y siriacos. Fue quitada la prohibición sobre el idioma kurdo y al igual que otros grupos étnicos se convirtieron en poder expresar libremente su opinión. Los caminos que van a la movilidad social horizontal y vertical también se abrieron para ellos. En realidad Erdoğan añadió a su lado a muchos nombres kurdos. Incluso los kurdos, estableció un vínculo fuerte con todas las partes de la sociedad turca. Haciendo una separación concreta entre la organización terrorista y los kurdos y les excluyó de la crueldad y el daño de esta red de terrorismo enfocada y da importancia a la continuación de su propia existencia más que los asuntos reales del pueblo kurdo.

En la política exterior, ampliando la consideración internacional de Turquía,  se extendió a las zonas como África, Asia y Latinoamérica. Erdoğan no considera la política exterior como un juego que uno gana mientras el otro pierde. Su membresía a la OTAN y candidata a la UE no impide a Turquía de sus vínculos en otras zonas del mundo. Si se considera la esencia del asunto, Turquía tiene una consideración de política exterior que podemos decir de 360 grados también es necesaria por el aspecto de proteger los intereses de Turquía en el mundo turbulento más allá de las fronteras. Los intentos de Turquía que mostró para ayudar a los pueblos que se encaran con la crueldad en el mundo originaron reflejos globalmente y en el mundo musulmán y otros lugares tomaron el apoyo de millones de humanos.

El llamado de Erdogan a favor de la justicia global, que se resume con su lema "El mundo es más grande que cinco", puede molestar a algunos centros de poder, pero apunta uno de los defectos fundamentales del actual orden global. Por lo tanto, no es sorpresivo que la gente celebre su victoria electoral no solo en Turquía, sino también en Palestina, Somalia, Birmania, Afganistán, Pakistán, Asia Central, los Balcanes y muchos otros lugares. La oposición debe empezar a tomar responsabilidad de sus deficiencias. En los últimos 16 años, Erdogan promovió la supervisión civil sobre el ejército y debilitó la fuerza de los autoproclamados guardianes del estado turco. En este sentido, la única manera de ejercer el poder político es ganar elecciones generales. Erdogan se enfrentó a este desafío y lo ganó. Los partidos de la oposición deben trabajar más arduamente y atender con más atención a los votantes turcos que se encuentran fuera de sus zonas de comodidad rodeadas con sus políticas de identidad y campañas de difamación.

Ha habido una desinformación sobre las elecciones turcas en las últimas semanas. Algunos periodistas en los medios occidentales actuaron como activistas políticos apoyando a los candidatos de la oposición en lugar de informar de las realidades en las calles. Igual que en el pasado, sus predicciones sobre la caída de Erdogan resultaron falsas. Su cobertura selectiva tenía una agenda clara de manipulación de lectores y espectadores, pero ninguna de estas tácticas no sirvió para nada. Esta situación provoca serias dudas sobre su credibilidad. Lo más peor es que estos periodistas siguen fracasando en comprender la dinámica social y política de Turquía. Esta elección debería ser otra lección para ellos.

Algunos observadores externos no pudieron prever el triunfo de Erdogan porque dependen de fuentes poco confiables de la información de individuos y grupos marginales que ofrecen perspectivas sesgadas o que llegan a conclusiones sobre Turquía en reuniones a puertas cerradas en los think tanks de las capitales occidentales. Algunos de los autoproclamados "expertos" de Turquía ni siquiera tienen las credenciales básicas para ofrecer un análisis serio sobre Turquía. Las elecciones presidenciales y parlamentarias del 24 de junio no fueron solo sobre Erdogan, sino también sobre la oposición.

Los resultados son claros. Como Turquía entra en un nuevo período con el sistema presidencial, sigue siendo una isla de estabilidad y prosperidad en una región problemática.

 



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