La diplomacia tras seísmos

Las ayudas enviadas y los mensajes emitidos subrayan una realidad muy clara e importante: la reacción humana durante una crisis humanitaria

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La diplomacia tras seísmos

La diplomacia tras seísmos

Ha pasado un año tras el desastre sísmico en Türkiye. Por supuesto, hay que analizar este desastre desde diversas perspectivas; política, económica, social, psicológica y académica. Si bien es todavía temprano para llegar a una conclusión amplia, es importante su consecuencia en la diplomacia.

Un análisis del Prof. Dr. Murat Yeşiltaş, director de Estudios de Seguridad en SETA.

En respuesta a la llamada de ayuda del gobierno turco, comenzaron a llegar reacciones positivas a Türkiye desde casi todos los continentes y regiones del mundo. Hasta la fecha, casi 100 países han respondido al desastre en Türkiye con asistencia y anunciaron que seguirán ayudando en diferentes niveles.

Países como Azerbaiyán, Hungría, Israel y Grecia despacharon sus equipos de búsqueda y rescate efectivos. Azerbaiyán, Qatar y Rusia suministraron asistencia de pueblo para ayudar a los sobrevivientes. EEUU y muchos países europeos enviaron equipos de búsqueda y rescate, y prometieron asistencia financiera.

Muchos países africanos, que no pudieron cubrir la ayuda en efectivo, hicieron declaraciones para paliar los dolores de Türkiye. La gente de estos países rezó por Türkiye, que es conocida por su generosidad por su ayuda humanitaria sostenible a escala mundial. Además, las ONG de muchos países, sobre todo, los musulmanes, empezaron a organizar campañas de ayuda.

Tal y como se esperaba, las primeras reacciones y más eficientes llegaron a Azerbaiyán. El Estado y el pueblo de Azerbaiyán se movilizaron para trasladar asistencia en diversas formas. Más tarde, otros estados turcos como Uzbekistán, y los estados musulmanes como Pakistán y Qatar con los cuales Türkiye tiene una cooperación fuerte, decidieron enviar asistencia. La Autoridad Regional del Kurdistán Iraquí fue una de las primeras regiones en enviar equipos de búsqueda y rescate públicos. Los gobiernos y pueblos de otros países musulmanes realizaron asistencia efectiva para Türkiye.

También hubo un apoyo relevante de parte de los países occidentales. Casi todos los países occidentales enviaron equipos de rescate en especie y en efectivo. Entre los estados europeos, el país con mayor influencia fue Hungría. Los equipos de búsqueda y rescate de Hungría, uno de los pocos países europeos que tienen relaciones cercanas con Türkiye, tuvieron un gran éxito en sus esfuerzos de rescate.

Casi todos los países de la región enviaron mensajes para compartir la tristeza del pueblo turco, prometiendo asistencia. Países como Qatar, EAU, Arabia Saudí y Kuwait hicieron considerable cantidad de ayuda tras esta catástrofe. El emir Hamad Al Zani de Qatar, que se reunió con el presidente Erdogan, fue el primer líder en visitar Türkiye luego de los terremotos mortales.

El Estado de Israel, que está recientemente en un proceso de normalización con Türkiye, fue uno de los primeros países en responder el llamado de asistencia. Envió un equipo de rescate con el mayor número de integrantes después de Azerbaiyán, y anunció que suministraría ayuda adicional.

De igual manera, es llamativa la reacción de Egipto. Los líderes de ambos países hablaron por segunda vez después del primer encuentro directo en el Mundial en Doha. El presidente Al Sisi llamó por teléfono a Erdogan. Esta conversación telefónica es sustancial en términos políticos. También es importante que Armenia, que tradicionalmente ha tenido una relación de conflicto con Türkiye, enviara un equipo de rescate y compartiera mensajes que compartían el dolor de los turcos. Esta fue la primera vez que se abrió el paso fronterizo turco-armenio en 35 años.

El ejemplo más llamativo de las relaciones que cambian entre todos los estados fueron las reacciones de Grecia. La presidenta Katerina Sakellaropoulou llamó por teléfono a Erdogan para expresar condolencias. Segundo, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, hizo lo mismo. El ministro de Exteriores, Nikos Dendias, en compañía de su colega turco Mevlüt Çavuşoglu, visitó la zona afectada por el sismo y expresó sus condolencias. Aun la conversación con Mitsotakis fue el adelanto más importante por sí solo. Al considerar que Erdogan había declarado que no iba a hablar con él tras sus palabras anti-Türkiye durante visita a EEUU, eso debe ser tratada como un adelanto realmente importante. Esta conversación es un avance muy relevante que podría normalizar las relaciones.

Además, el éxito del equipo griego de búsqueda y rescate en el proceso de remoción y rescate entre escombros ha revelado lazos diplomáticos inexplicables. El abrazo compartido entre un rescatista griego con una bandera griega en el casco y una sobreviviente de terremoto con una bandera turca en el brazo será recordado como una cálida foto que refleja sentimientos puramente humanitarios. Además, el ministro de Exteriores griego se hizo el primer alto funcionario extranjero en visitar la zona del terremoto.

Las ayudas enviadas y los mensajes emitidos subrayan una realidad muy clara e importante: la reacción humana durante una crisis humanitaria. Si bien, los estados y las personas experimentan problemas, conflictos y guerras a causa de diversos asuntos políticos, económicos, sociales y culturales, dejan a un lado la enemistad y se interesan mutuamente resaltando la dimensión humanitaria.

En segundo lugar, la asistencia y reacciones globales han demostrado cómo las actividades de ayuda internacional de Türkiye han aumentado la simpatía hacia nuestro país y la influencia de la diplomacia humanitaria del país. Por supuesto, Türkiye y el pueblo turco ayudan a estados y pueblos en necesitad en tiempos difíciles sin esperar nada en especie. Y hemos visto cómo se convierte esta ayuda humanitaria en un poder de facto en el lugar y el momento oportunos.

Murat YEŞİLTAŞ



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