Ebrahim Raisi, nuevo presidente de Irán

El presidente conservador Ebrahim Raisi parece que trasladará el foco de política exterior de Irán de las negociaciones con EEUU y UE al desarrollo de las relaciones con sus vecinos

1690220
Ebrahim Raisi, nuevo presidente de Irán

Un análisis del Prof. Murat Yeşiltaş, director de Estudios de Seguridad en SETA

La investidura del nuevo presidente de Irán, Ebrahim Raisi, quedó aprobada la semana pasada por Ali Hamanei. Raisi recibió su investidura en una ceremonia oficial. Tras una ceremonia en la Asamblea de la Consulta Islámica, Raisi juró su cargo como nuevo presidente de Irán.

Los mensajes en el sentido de que Irán desarrollaría sus relaciones con sus vecinos en diversas áreas habían sido articulados por parte de Raisi desde la campaña electoral. Ya que, en su primera rueda de prensa como jefe de Estado, Raisi expresó su deseo por la normalización de las relaciones entre Irán y Arabia Saudí. El proceso de la normalización continúa desde hace un rato con la mediación de Irak. Paralelamente, llama la atención una movilidad entre los grupos de milicias chiíes próximos a Irán en Irak y Siria.

Los incidentes tales como los ataques y el cerco perpetrados por grupos apoyados por Irán en Darae, la excavación de túneles por el Ejército de los Guardianes de la Revolución en Palmira manifiestan que la eficacia de Irán en Siria se multiplicará tras la llegada de Raisi.

Los adelantos en el sentido de que Rusia modernizará el sistema de defensa antiaérea de Siria servirán sin duda a las fuerzas iraníes en Siria que recibieron enorme daño por los ataques israelíes en los años recientes.

La misma movilidad militar se puede observar en Irak. Si bien, EEUU ha retirado no todas sus tropas en Irak, los actos y declaraciones de los grupos de Hashdid Shaabi se podrían comentar como la puesta en marcha para rellenar el vacío creado por la retirada de una parte de las tropas estadounidenses. Por otra parte, está previsto que surja un aumento en las actividades de los grupos apoyados por Irán antes de las elecciones parlamentarias en Irak.

La toma de relevo de Raisi coincidió con un tiempo en que se produjo una serie de actos que han aumentado la tensión en el Mar de Omán y el Golfo Pérsico. El petrolero Mercer Street de Israel fue atacado por un drone en el Mar de Omán, el 29 de julio. Israel, EEUU y Reino Unido responsabilizaron a Irán. Las declaraciones de Israel y EEUU actualizaron el uso de la fuerza dura contra Irán. La tensión de las relaciones anglo-iraníes cobra importancia para el futuro de las negociaciones nucleares. Porque los diplomáticos iraníes, que no quieren negociar directamente con EEUU, asistían a las negociaciones en Viena gracias a la mediación de Inglaterra y otros países del acuerdo nuclear.

Más tarde, se adelantó que otro buque llamado Asphalt Princess de pabellón panameño hubiera sido atacado cerca de las costas de Fujaira de los EAU y que fue intentado arrastrar hacia las aguas territoriales iraníes por medio de la confiscación.

El presidente conservador Ebrahim Raisi parece que trasladará el foco de política exterior de Irán de las negociaciones con EEUU y UE al desarrollo de las relaciones con sus vecinos. No sería exagerado comentar que la tensión que aumenta en el campo entre Israel y EEUU es una función del cambio de eje.

El hecho de que la gestión de Biden no haya manifestado una diferente política hacia Irán que la época de Trump está a la cabeza de los factores que nutren ese proceso. Aunque Raisi expresaba que no estaba en contra del acuerdo nuclear está claro que se sitúa en un punto más diferente que Rouhani y su equipo en materia del proceso de consenso y métodos. Esta situación que debilita demasiado la probabilidad de llegar a un acuerdo hace casi imposible una plataforma de reconciliación si sigue la tensión en la región. Si el ministro de Exteriores asignado por Raisi va a ser un diplomático carrera próximo a los Guardianes de la Revolución como Emir Hossein Abdulahian, podríamos decir que está por llegar un período en que Irán se acerque mucho más a Rusia y China.

Murat Yeşiltaş



Noticias relacionadas