La posición de Turquía en el ‘nuevo orden mundial’

En este período mestizo en que colapsa el orden liberal mundial sin alternativo, Turquía busca seguir una política de equilibrios de modo que posicione sus propios intereses en el centro

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La posición de Turquía en el ‘nuevo orden mundial’

Estamos en una época mestiza en que no se puede integrar otro sistema mientras se está resquebrajando el “orden liberal mundial” tras el retrocedimiento relativo de EEUU y el mundo occidental.

Una serie de fallas geopolíticas ha sido desencadenada. Vivimos un período intermedio en el que predominan el caos y conflictos. Existen áreas de confrontación cálida en muchas regiones alrededor de Turquía, como Irak, Siria, Libia y Mediterráneo Oriental: todos afectan directamente los intereses de Turquía. Y éste trata de maximizar sus intereses nacionales construyendo nuevas asociaciones con grandes potencias crecientes como Rusia y China, no sólo con los actores occidentales revisando sus compromisos de la política exterior.

Opinión de Can ACUN, investigador de Política Exterior / SETA...

Recientemente, han surgido algunos puntos de fractura esenciales que remodelaron la política exterior turca. A la cabeza de ellos está la intentona golpista del 15J, la cuestión siria y el Mediterráneo Oriental. Sacudida por el fallido golpe de estado de 2016, Turquía se llevó una gran desilusión tras la protección ofrecida por los países occidentales a la banda terrorista FETÖ. Ha manifestado que la situación no compaginaba con la relación de alianza. Hubo una grave erosión de confianza en los países como EEUU y Alemania. En consecuencia, fue dejada sola por los países occidentales en Siria; observó los esfuerzos de EEUU de hacer que la ramificación en Siria de la banda terrorista PKK pudiera fundar un estado terrorista. En fin, realizó una intervención directa en la situación efectuando la Operación Escudo del Éufrates. Mientras se producía todo ese proceso, empezó a llevar compromisos político y militar con Rusia con vistas a formar una política de equilibrio. Las señales importantes de ella han sido formar parte del proceso de Astaná dejando sin efecto a EEUU y desarrollar sus relaciones ecopolíticas con China.

Evidentemente, Turquía no está de acuerdo con Rusia en cada asunto. Hay muchas cuestiones geopolíticas por las cuales se enfrentan. Observamos la diferencia de opinión entre ambos lados en cuanto al apoyo ruso al régimen de Asad, la asociación miltar con Haftar en Libia y la cuestión de Crimea. La actitud brusca de los países occidentales – sobre todo EEUU – que consideran pasiva a Turquía; su posicionamiento justo en contra de Turquía en el tema de la banda terrorista FETÖ, Siria y Mediterráneo Oriental; su tensión que poco a poco aumenta con Rusia, han hecho que Turquía y Rusia formaran una asociación en algunos terrenos, al menos en términos coyunturales.

En este período mestizo en que colapsa el orden liberal mundial sin alternativo, Turquía busca seguir una política de equilibrios de modo que posicione sus propios intereses en el centro. Parece que continuará aumentando sus relaciones – aunque no todavía a nivel estratégico – con Rusia y China.

Can ACUN



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