El Parque de Şişhane, un lugar contemporáneo para reposar en medio de la héctica vida urbana

El parque en Beyoğlu consiste en tres niveles y es de usos múltiples

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El Parque de Şişhane, un lugar contemporáneo para reposar en medio de la héctica vida urbana
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Este parque se sitúa entre el final del barrio de Şişhane, en Beyoğlu, y Refik Saydam Caddesi, la autovía de denso tráfico que conecta la Plaza Taksim con el barrio de Karaköy. Esta es una complicada parcela por diversos motivos. En primer lugar, existe una pendiente pronunciada en el terreno que obliga a salvar la diferencia de cotas – doce metros entre sus extremos - con varios niveles. En segundo lugar, su ubicación convierte al parque en un búfer entre la compleja intersección de barrios de diferentes densidades. Y en tercer lugar, debe hacer frente a un programa de usos múltiples pues sirve a la vez como parque, aparcamiento subterráneo y acceso a la línea de metro.

El parque presenta tres niveles: en su nivel superior encontramos una terraza-mirador al Cuerno de Oro, el nivel central crea un espacio de anfiteatro al aire libre y el nivel inferior permite la iluminación y ventilación natural del aparcamiento bajo la plaza.

El nivel superior conecta con el barrio de Şişhane y recibe al visitante con geometrías triangulares que se elevan como topografía artificial. El uso de diferentes materiales - piedra natural, madera, resina epoxi, vegetación de la zona, vidrio y metal - permite dotar de una interesante heterogeneidad al conjunto arquitectónico. Detalles como las barandillas inclinadas son interesantes ejemplos de un diseño pormenorizado por parte del equipo de arquitectura de Estambul, SANALarc. Tanto el uso de materiales como la barandilla en si recuerdan a la Terminal Internacional de Pasajeros de Yokohama diseñado por FOA. La vegetación utilizada es flora nativa del Cuerno de Oro y sorprendentemente es aún frondosa, colorida y goza de un buen mantenimiento. Además, el paisajismo intenta mitigar la contaminación acústica de la carretera de seis carriles adyacentes.

El acceso al nivel intermedio se puede realizar por ambos costados del parque: por su lado más cercano a la autovía se realiza mediante un paseo de madera y unas escaleras de piedra. Estos espacios sirven a la vez como conexión entre niveles y como espacio de esparcimiento para sentarse y admirar la vista. El detalle de los asientos en forma de trébol no está en armonía con el resto del conjunto - aparte de su poca funcionalidad - pero denota un esfuerzo por crear un parque de diseño contemporáneo. En el concepto del proyecto se ha pretendido crear miniespacios para disfrutar del tiempo de ocio y de actividades al aire libre. Por el lado de Şişhane se accede al nivel intermedio mediante los asientos del anfiteatro para actividades sociales y espectáculos al aire libre. Tanto el mirador superior como el anfiteatro están configurados de acuerdo a la orientación del equinoccio y el solsticio de verano. Desafortunadamente, la conexión entre el parque y la entrada al metro en el nivel central aún está en construcción. Este hecho deriva en que este espacio quede un tanto desangelado y sin actividades, con materiales de construcción dejados a la intemperie.

El aparcamiento tiene una capacidad de 1000 plazas y su nivel superior está abierto al aire y la luz natural. Los cinco niveles inferiores se ventilan con ventilación cruzada y un sistema de ventilación automática. Un sistema de recuperación de agua permite reaprovechar el agua absorbida por la superficie ajardinada. La elección de un granito especial permite reducir significativamente el impacto negativo del efecto isla de calor.

El parque tiene que hacer frente a la dificultad de incorporar diferentes volúmenes que aparecen como servidumbres del aparcamiento subterráneo: las ventilaciones, la volumetría de los ascensores y escaleras de acceso y la caseta de control. En su mayor parte los resuelve de forma satisfactoria incorporándolos en su interesante juego paisajista. El ejemplo más destacado es la volumetría triangular que se eleva desde la plaza para servir de techo de la cabina de control del aparcamiento. Al contrario, el ejemplo más desafortunado se encuentra en las ventilaciones del aparcamiento que quedan poco hábilmente resueltas rodeándolas de vegetación o de un pavimento diferente.

El mayor defecto de este proyecto  radica si acaso en su ejecución, con múltiples detalles aún inacabados o simplemente mal ejecutados. Estos hacen que el parque haya envejecido como si tuviera quince años cuando en realidad apenas se cumplen tres de su inauguración. Los puntos más fuertes del parque son el diseño - la atención a cada espacio para dar variedad al conjunto – y su habilidad de usar el contexto como eje del proyecto y tejer dos urbanidades diferentes. Estos puntos convierten a este parque en una de las actuaciones urbanas contemporáneas que más valor añadido aportan a la ciudad.

 

- Programa preparado por el arquitecto Santiago Brusadin - 



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