Diálogos entre Birmania y los rohinyá terminan en punto muerto

Al no haber llegado a un acuerdo sobre los derechos de ciudadanía, la delegación birmana regresó a su país para analizar con el gobierno las exigencias para la repatriación segura de la perseguida minoría musulmana

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Diálogos entre Birmania y los rohinyá terminan en punto muerto

AA-La segunda fase de las conversaciones entre una delegación de alto nivel de Birmania y representantes de la minoría musulmana rohinyá terminó en Bangladés en un punto muerto en cuanto a los derechos de ciudadanía.

“Ellos [el gobierno de Birmania] aún no han acordado enmendar la polémica Ley de Ciudadanía de 1982 para otorgarle a los rohinyá sus derechos de ciudadanía y quieren que regresemos como nuevos migrantes o recién llegados”, declaró uno de los 35 representantes rohinyá que participaron en el diálogo en calidad de anónimo.

El diálogo de dos días entre la delegación de Birmania, encabezado por su secretario permanente de Asuntos Exteriores, U Myint Thu, y los representantes rohinyá, se llevó a cabo este sábado en el distrito de Cox’s Bazar, en el sur de Bangladés.

La reunión de tres horas en el primer día de diálogo terminó sin ningún avance. El diálogo continuó el domingo durante tres horas y media, pero no se pudo llegar a un acuerdo sobre los derechos de ciudadanía.

“No queremos estar sin esperanzas. La delegación de Birmania está comprometida en sostener el diálogo de nuevo con los rohinyá en Bagladés sobre los temas pendientes después de una serie de consultas con su gobierno”, explicó el comisionado de ayuda y repatriación de refugiados de Bangladés, Abul Kalam Azad, a la Agencia Anadolu después de las conversaciones.

Agregó que la delegación tomó nota de todas las exigencias de los rohinyá en la reunión. “Saldrán de Bangladés a Birmania hoy y discutirán con sus líderes sobre las demandas de los rohinyá. Vendrán nuevamente para continuar el diálogo”.

Sin embargo, el representante rohinyá, sin obtener los derechos de ciudadanía y la garantía de seguridad bajo la presencia de comunidades internacionales, aseguró que ninguno de ellos está listo para regresar a su país.

“La delegación nos ha asegurado que se nos dará seguridad y acceso a nuestra ubicación anterior. El UNFPA [Fondo de Población de las Naciones Unidas] y el PNUD [Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo] están trabajando allí y estaremos protegidos allí”.

“Pero, sin los derechos de ciudadanía, tales garantías no son suficientes para que podamos regresar a Birmania”, sostuvo el representante, y agregó que el equipo de Birmania propuso entregar a los rohinyá tarjetas que los identificaran como recién llegados o nuevos migrantes.

“Esto no es nada nuevo para nosotros. Si cedemos ante esta propuesta, significa que nuevamente seremos víctimas de las autoridades de Birmania”, aseveró.

 

“Un régimen genocida”

Entre tanto, Nay San Lwin, coordinador de campaña del grupo de derechos Coalición Rohinyá, dijo a la Agencia Anadolu: “si Birmania quiere recuperar a los rohinyá, tienen un mapa de aldeas, fotos de casas y detalles de cada familia. Pueden reconstruir todo y enviar listas a Bangladés para traer de vuelta a las personas que huyeron del campo de exterminio”.

El activista cree que Birmania está visitando Bangladés para aliviar la presión internacional. “No creo que ganemos nada en el diálogo con el régimen genocida. El régimen aún no ha abandonado la política genocida contra los rohinyá”, argumentó San Lwin.

Birmania firmó un acuerdo de repatriación con Bangladés el 23 de noviembre de 2017. En noviembre del año pasado, la primera repatriación programada de la minoría musulmana se frenó cuando los refugiados expresaron su falta de voluntad para regresar a su país de origen, Birmania, calificando el proceso como algo “inseguro” para el retorno.

Un estudio reciente realizado por el Australian Strategic Policy Institute (ASPI), un grupo de expertos con sede en Australia, señaló que Birmania está realizando una “preparación mínima” para garantizar un regreso seguro, digno y sostenible de los refugiados rohinyá que se albergan en Bangladés.

La investigación identificó el estado actual de los 392 asentamientos rohinyá identificados por la ONU como dañados o destruidos durante la represión de 2017 y encontró más de 320 asentamientos sin signos de reconstrucción, según los hallazgos del informe.

Basados en imágenes satelitales brindadas por el Programa de aplicaciones de satélites operacionales de la ONU, el grupo de expertos afirmó que también encontraron nuevas pruebas de represión en 2019.

 

Un pueblo perseguido

Los rohinyá, descritos por la ONU como el pueblo más perseguido del mundo, se han enfrentado a los crecientes miedos de ataques desde que decenas de personas fueran asesinadas en una violencia generalizada en 2012.

El 25 de agosto de 2017, el Ejército de Birmania lanzó una gran operación de represión en contra de la minoría étnica musulmana, que causó la muerte de aproximadamente 24.000 civiles y forzó a otros 750.000 a huir hacia Bangladés, según un reporte publicado por la Agencia de Desarrollo Internacional de Ontario (OIDA).

Más de 34.000 personas fueron arrojadas al fuego, mientras que más de 114.000 fueron golpeadas, según la investigación. Además, aproximadamente 17.718 mujeres y niñas rohinyá fueron violadas desde que el Ejército y la Policía de Birmania atacaron sistemáticamente al grupo musulmán.

Los refugiados escapan de operaciones en las cuales las Fuerzas Armadas y hordas de budistas han asesinado hombres, mujeres y niños, saqueado hogares y quemado aldeas enteras.

En un informe, los investigadores de la ONU dijeron que tales violaciones podrían constituir crímenes de lesa humanidad.

La ONU documentó violaciones masivas, asesinatos (incluso de bebés y niños pequeños), brutales palizas y desapariciones cometidas por fuerzas de seguridad.

(Agencia Anadolu)


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