Dos de los norteamericanos secuestrados en México regresaron a EE.UU.

Los otros dos fueron encontrados sin vida

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Dos de los norteamericanos secuestrados en México regresaron a EE.UU.

Dos de los ciudadanos estadounidenses secuestrados por personas armadas en Matamoros en México fueron encontrados sin vida.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, expresó en su conferencia de prensa su gran consternación por lo sucedido y transmitió condolencias a las familias de las víctimas, sus amigos y al pueblo y gobierno estadounidenses.

“La fiscalía verificó que dos de los estadounidenses murieron, uno se hirió y otro está vivo. Vamos continuar haciendo nuestro trabajo. Igual que cuando fueron penalizados los responsables de la masacre de la familia LeBaron, de la misma manera se hara también ahora lo necesario y lo sucedido no quedará impune”, afirmó López Obrador.

Según la noticia de la BBC basada en la prensa local de EE.UU., dos de los ciudadanos, uno herido gravemente, están ya con sus familias.

Las familias afirmaron que estas personas se desplazaron a México para operaciones estéticas.

José N. de 24 años fue detenido en relación con el incidente.

También fueron llevados a EE.UU. los cadáveres de los otros dos ciudadanos estadounidenses.

El fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, expresó a través de Twitter que fueron entregados ayer a EE.UU. las personas vivas tras colaboración con el consulado de EEUU en la ciudad mexicana de Matamoros.

El coordinador de Comunicación Estratégica del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, comentó lo siguiente en su rueda de prensa virtual:

“Son inaceptables los ataques contra ciudadanos estadounidenses, estén donde estén y sean los que sean las condiciones bajo las cuales fueron realizados. Vamos a colaborar estrechamente con el gobierno mexicano para que haya justicia”.

El FBI de EE.UU. anunció que el 3 de marzo, cuatro ciudadanos estadounidenses fueron secuestrados luego de ser atacados por hombres armados no identificados poco después de cruzar a la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, México.

El FBI ofreció una recompensa de 50.000 dólares por encontrar a los cuatro estadounidenses secuestrados y por el arresto de los implicados.



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