Guerra de vacunas en Brasil enfrenta a Bolsonaro con sus rivales políticos de cara a las elecciones

La suspensión y reanudación de los estudios clínicos de la vacuna Coronavac encendió la disputa entre Bolsonaro y su principal rival político, Joao Doria, gobernador de Sao Paulo

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Guerra de vacunas en Brasil enfrenta a Bolsonaro con sus rivales políticos de cara a las elecciones

El lunes pasado, la noticia de la suspensión de las pruebas clínicas en fase 3 de la vacuna Coronavac, del laboratorio chino Sinovac, tras un “posible resultado adverso” que terminó con el suicidio de un voluntario, cayó como una bomba entre los brasileños, sobre todo dentro del Gobierno del estado de Sao Paulo, liderado por Joao Doria, uno de los principales “enemigos” políticos del presidente Jair Bolsonaro.

La Administración paulista aseguró que no recibió ningún aviso por parte de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y puso “bajo sospecha” la relación entre este organismo y el Gobierno federal, en un nuevo capítulo de la “guerra de las vacunas” contra el COVID-19.

Durante las primeras horas del miércoles, la propia Anvisa autorizó la reanudación de los testeos. “Después de evaluar los nuevos datos presentados por el patrocinador tras la suspensión del estudio, entendemos que hay sustento para permitir la retoma de la vacunación y seguiremos monitoreando la investigación del caso para que se defina la posible relación de causalidad entre el efecto adverso y la vacuna”, expresó la agencia en una nota oficial. Sin embargo, las horas posteriores a la suspensión de las pruebas fueron suficientes para crear una gigantesca politización alrededor de los ensayos clínicos, que apenas parece estar comenzando.

Valiéndose del anuncio de la suspensión por parte de Anvisa, Bolsonaro no perdió el tiempo y atacó, por medio de sus redes sociales, la gestión de Doria, asociada a la empresa china Sinovac. "Muerte, invalidez, anomalías. Esta es la vacuna que Doria quería darles a los paulistas de forma obligatoria. Una vez más, Bolsonaro gana”, escribió el presidente, sin considerar el fallecimiento del voluntario, los 164.332 brasileños muertos por el virus y las esperanzas de todo un país de tener un remedio que le haga frente a la pandemia a corto plazo.

El anuncio inesperado de la suspensión por parte de Anvisa llegó horas después del comienzo de las obras en la fábrica de vacunas destinada a producir el inmunizante, a partir de septiembre de 2021, en una alianza entre el Instituto Butantan y la empresa Sinovac, respaldada por el Gobierno de Sao Paulo. Casi al mismo tiempo, Doria había anunciado que el próximo 20 de noviembre estará llegando al país una carga con 120.000 de las 6.000.000 de dosis listas que serán importadas desde China.

Mientras duró la paralización del proceso de certificación de la vacuna, el Gobierno de Sao Paulo consideró que sería “inevitable” una batalla judicial contra los órganos federales para defender la aplicación de la Coronavac en el país y recalcó que fue el propio Bolsonaro quien seleccionó a los actuales directores de la entidad, cuestionando la motivación de las decisiones que toman.

Más allá de que consideraron “irresponsables” las críticas de Jair Bolsonaro con respecto a la vacuna, los secretarios de salud agremiados también atacaron la manera como Anvisa trató el asunto en un primer momento e hicieron el anuncio directamente a la prensa, dando margen para una guerra de interpretaciones sobre la efectividad de la vacunación. Sin embargo, también entienden que fue correcta la decisión de mantener la suspensión, bajo el argumento de que “aunque sea poco probable, un suicidio puede ser un efecto adverso del medicamento”.

“La decisión es correcta porque el suicidio puede ser un efecto adverso. Lo importante es que se hayan retomado las pruebas mientras, en paralelo, se investigan los motivos del fallecimiento, porque el hecho no podía convertirse en motivo para trabar las investigaciones y los estudios en curso”, dijo Carlos Lula, presidente del Consejo Nacional de Secretarios de Salud (Conass).

En su descargo, Anvisa alegó que recibió “informaciones incompletas” por parte de Butantan y que no tuvo más alternativas que suspender el testeo; no obstante, el Instituto afirmó que siguió el protocolo de forma adecuada. Lo que en otro momento podría verse como un simple malentendido dominó la agenda del país, debido a que dinamitó la disputa que mantienen Doria y Bolsonaro en su carrera rumbo a las elecciones presidenciales de 2022.

“La pregunta que todo el mundo se hace es: ¿tenemos ministro de Salud? Si la respuesta es afirmativa, ¿dónde está mientras todo esto sucede?”, escribió Luiz Henrique Mandetta, exsecretario de Salud del Gobierno federal, que dejó su cargo tras los desacuerdos con Bolsonaro a la hora de tratar la crisis contra la pandemia. “Nunca vi algo así, festejar que no vamos a tener remedio como si fuese un gol, eso es una locura”, agregó Mandetta, quien además afirmó que la falta de transparencia y desorganización de Anvisa le dio espacio a la “politización” del asunto.

El Gobierno chino manifestó que está siguiendo atentamente el caso y que la suspensión de los testeos de la vacuna Coronavac solo tuvo lugar en Brasil. Según Qu Yuhui, representante de la Embajada china, la información que ellos recibieron fue la misma que llegó al Instituto Butantan; es decir, que la muerte del voluntario no tuvo ninguna relación con la vacuna, por lo cual consideraron imperioso reanudar los ensayos.

Cabe recordar que, a pesar de haber causado más polémica que otras bajo la misma situación, la Coronavac no es la primera vacuna que debió interrumpir sus pruebas. La solución desarrollada por Oxford debió suspender sus testeos después de que una voluntaria presentara síntomas de una enfermedad neurológica. El inmunizante de la empresa Johnson & Johnson también debió detenerse cuando uno de sus participantes contrajo una “enfermedad inexplicable”.

En medio de las acusaciones de que la suspensión podría haberse llevado a cabo por motivos políticos, Anvisa negó cualquier tipo de injerencia externa a la agencia. “La suspensión se debió a un análisis puramente técnico. Además, una suspensión no significa necesariamente que el producto investigado no sea de calidad, seguro y eficaz”, explicó el organismo nacional en la nota divulgada tras el permiso de reanudación. “La suspensión y retoma de los estudios clínicos es una eventualidad común en investigaciones científicas. Todos los estudios destinados a registro de medicamentos que están autorizados en el país son evaluados previamente, con el objetivo de preservar la seguridad de los voluntarios”, agrega el comunicado.

En su carrera hacia el poder, las acusaciones cruzadas entre el Gobierno del estado de Sao Paulo y el Gobierno federal alimentan la desinformación y las consecuencias pueden ser graves. Según un estudio realizado por el Instituto Datafolha en cuatro metrópolis brasileñas (Río de Janeiro, Belo Horizonte, Recife y Sao Paulo), fueron detectadas señales preocupantes de disminución en cuanto a la disposición de la población a vacunarse contra el coronavirus; sobre todo, cuando se trata de la “vacuna china”, como Bolsonaro prefiere llamarla.

Por su parte, en una de sus últimas apariciones públicas en el Palacio de Planalto, en Brasilia, Bolsonaro volvió a manifestarse en relación al coronavirus. “Todo es pandemia ahora, tenemos que acabar de una vez con eso. Lo siento por los muertos, lo siento. Pero todos nos vamos a morir un día, todos. No podemos huir de eso. Tenemos que dejar de ser un país de maricas”, dijo el presidente. 

Horas después, al cierre de la edición de este artículo, con la reanudación consolidada de los testeos de la Coronavac, el mandatario brasileño deslizó la posibilidad de comprar las vacunas, pero no “al precio que un tipejo cualquiera quiere que sea”, refiriéndose de forma despectiva a Doria. “Quien decidirá el rumbo de las vacunas en Brasil es el Ministerio de Salud, con la certificación de Anvisa. De mi parte, si existe esa vacuna comprobada por Anvisa y el Ministerio de Salud, haremos la compra”, dijo Bolsonaro. “Pero no la vamos a comprar al precio que un tipejo cualquiera quiere que sea. Ese ahí (por Doria) está muy preocupado porque se pague lo que él quiere, sin medir en gastos. No es así, nosotros vamos a exigirles una planilla de costos”, agregó.



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