Socialistas ganan en España pero sin poder formar Gobierno, mientras extrema derecha crece

Las elecciones generales de este domingo dejaron un PSOE victorioso pero sin avances, una derecha fortalecida, un Podemos decaído y Ciudadanos agónico. España no se pone de acuerdo para investir un presidente

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Socialistas ganan en España pero sin poder formar Gobierno, mientras extrema derecha crece
España

AA - Para este 10 de noviembre, algunos lo advertían ya, los resultados, en esencia, no distarían mucho de las pasadas votaciones del 28 abril. Y así fue. Incluso considerando el fortalecimiento de los partidos de derecha y extrema, Partido Popular (PP) y de Vox, y el hundimiento de Ciudadanos. Lo cierto es que el gran atasco político que vive España no ha quedado resuelto. Al menos por ahora.

Con una participación cuatro puntos menor que en los comicios de abril, los escaños quedan fragmentados: 120 para el PSOE; 87 para los Populares; 52 para VOX, 35 para Unidas Podemos y 10 para Ciudadanos. Las grandes sorpresas de la jornada electoral fueron, de una parte el desplome de Ciudadanos (Cs), que perdió 47 de sus escaños alcanzados en la pasada votación y que hoy han puesto a Albert Rivera, líder de la formación, a convocar un congreso extraordinario para decidir el destino de ese proyecto político.

Luego está el surgimiento de Vox como “la tercera fuerza electoral del país”, según lo declaró el propio Santiago Abascal, fundador de ese partido. Un hecho que no deja indiferentes a los Populares ni a la izquierda. De hecho, en su intervención, Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, señaló de forma reiterativa que “para lo que han servido estas elecciones es para que se fortalezca la derecha”.

Por su parte, Pablo Casado del PP, ha resaltado el buen resultado obtenido por su colectividad, sin embargo, ha advertido que este es un “mal resultado para la gobernabilidad y el futuro” de España.

Finalmente, cerca de la media noche, al coro de ¡España Socialista!, el actual presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, reconoció que “la idea no es seguir ganando elecciones”, y planteó una postura abierta al diálogo y a la negociación, a lo que de manera elocuente varios militantes de su partido respondieron al unísono: “¡Con Casado no!”.

Desde que en las votaciones del 20 diciembre de 2015 el parlamento se fragmentara como nunca antes y entraran en el escenario las fuerzas de Ciudadanos y Podemos, el relato bipartidista de la democracia española protagonizada por el PP y el PSOE es cosa del pasado.

Los que una vez fueron partidos mayoritarios, han visto menguadas sus posibilidades de gobernar sin acudir a alianzas, hasta el punto en que hoy es prácticamente impensable un gobierno que no se constituya por bloques de izquierdas o derechas.

Así las cosas, los últimos cuatro años de la política española reflejan un profundo desacuerdo entre los principales partidos del país que ha impedido conformar la coalición necesaria para investir un presidente de gobierno.

En estas elecciones lo que se ha puesto sobre la mesa una vez más, es precisamente la configuración de un panorama político más estable que permita abordar los desafíos que enfrenta la sociedad española. Lo cierto es que ante el eufórico “Ahora sí” de Sánchez y el PSOE en su campaña, y después de todo el alboroto electoral, la respuesta -al menos por ahora- es un no.



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