En Medio de la Naturaleza (08/2015)

Burgazada, la perla de las Islas Príncipe

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En Medio de la Naturaleza (08/2015)

Si viven en Estambul o llegan a Estambul para visitar, tienen que ver ciertamente Burgazada (Isla Burgaz). Burgazada es la perla de las Islas Príncipe (Adalar). La única cosa que hacen es subir al barco de vapor en Bostancı o Kabataş. Bostancı está más cerca, pero en Kabataş se sienten la magia del viaje al pasar por el Estrecho. Al zarpar el barco de vapor, comienza el servicio de té caliente con su propio estilo: “Síííí los tés”. El placer de té es un clásico de los viajes a las Islas Príncipe. Al beber el segundo té, miran el Palacio de Topkapı, la Mezquita Azul, la Santa Sofía y la Torre de la Doncella.

Cuando llegan a Burgazada dentro de una hora, se preguntan por sí mismo “¿Aquí es Estambul en verdad?”. Al acercarse el barco de vapor al puerto, primero atrae su interés un edificio blanco, que era el hotel Antigone. Y luego la Iglesia de Santa Yanni, que hoy en día mantiene su gloria. Al bajar del barco, le recibe el busto de Sait Faik.

El primer nombre de la isla fue Panormos, es decir puerto seguro. La razón de este es que es un puerto protegido por haber sido un canal bajío entre Burgazada y Heybeliada. El nombre Antigone, nombre real de la isla, fue dado por el hijo de Antígono, uno de los generales de Alejandro Magno. Se cree que la isla se bautiza como “Burgaz” al inspirarse de Prygos, que significa “Torre Principal” después de la conquista de Estambul.

La isla les dará el entusiasmo de descubrimiento en sus primeros pasos. Les aconsejo que comiencen su visita en la calle donde se encuentra la casa de Sait Faik. No quieren dejar atrás las casas de madera, las flores coloridas que adornan los jardines de las casas y las calles muchísimas limpias. Pero nunca olviden de visitar la casa de Sait Faik que se convirtió en un museo tras 10 años de su muerte. Todos los bienes de Sait Faik se presentan en su casa. Su abrigo, sombrero y bufanda se cuelgan en percha. Sobre la mesa se hallan sus libros, notas y plumas. Es como si Sait Faik saliera al jardín y regresara en poco tiempo.


Sigan el camino en frente de la casa. A corto plazo, pasan por la casa de maestro de Burgazada, que es una mansión de madera, y luego dejan atrás la Iglesia de San Jorge, y llegan a una llanura amplia donde se encuentra un parque. El bosque está a la izquierda y el mar a la derecha. Aquí el azul y el verde están juntos. Si es primavera, les acompaña el olor de mimosa. Luego verán la costa denominada “bahía de Marta” por los isleños. Los que prefieren el silencio en los meses de verano llegan a la bahía de Marta para nadar y tomar el sol. Las casas dejan atrás. Comienzan a saber poco a poco el olor del bosque y del mar. Después de marchar cerca de veinte minutos, el camino se divide en dos. Si siguen por delante, llegan a la roca Kalpazan (roca falsificador) tras 20 o 25 minutos. El rocoso tomó su nombre de los que hicieron falsificaciones en esta región en el pasado. El hoyo amplio sobre la roca Kalpazan se conoce como el lugar de trabajo de los falsificadores. Pueden almorzar en el restaurante de Kalpazan acompañado por las olas y gaviotas. Regresan de la roca Kaplazan con el mismo camino, pero en concurrencia esta vez desvían al camino saliente a Bayrak Tepe. El camino acaba en una llanura amplia después de media hora. Aquí es la cima de Bayrak Tepe. Sobre esta cima se encuentra un campo de fútbol. La puesta del sol se ve mejor en Bayrak Tepe. Pueden verla al sentarse a la esquina de un árbol. Ahora marchamos hacia la dirección de Heybeliada dejando atrás la llanura. Después de corto plazo, llegan a Indos.

Indos es la esquina más interesante de la isla. Se halla un acantilado a unos metros de la vereda. Si tienen tiempo, se sienten a la esquina de un árbol a la ribera del acantilado. Si se encuentra a las gaviotas que enseñan volar a sus críos, nunca quieren abandonar Indos. Las gaviotas dejaron solo la isla Burgaz de Sait Faik abandonando la isla después del incendio, pero dentro de poco tiempo regresaron a sus nidos.

Tengan cuidado al bajar más allá de Indos. Este camino es muy resbaladizo. Esta vereda dura diez minutos y queda media hora al puerto. Pueden acabar esta actividad con una cena en uno de los restaurantes de pescado en el muelle.


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