La Bronca, la película que recuerda la época violenta del Perú

La Agencia Anadolu habló con Diego Vega, codirector de la película peruana La Bronca (2020) que llega a carteleras de Colombia a partir del 12 de marzo

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La Bronca, la película que recuerda la época violenta del Perú

Por: José Ricardo Báez G.

AA - Daniel Vega recuerda cuando se fue a vivir a Canadá con su padre como un tiempo explosivo y riesgoso; como suele ser la adolescencia: “Para entonces mi papá estaba viviendo en Toronto donde, si bien estaba lejos de haber alcanzado sus objetivos, estaba satisfecho con lo que estaba logrando. Mi viaje no duró ni un año. Perdí el año escolar y regresé revuelto de emociones y con mucha rabia”. Esa rabia fue la idea inicial para realizar el largometraje La Bronca (2020), el tercero de los hermanos Vega.

En esa época, finales de los ochenta y principios de los noventa, Perú atravesaba uno de los peores momentos de su historia. La guerrilla comunista Sendero Luminoso perpetró ataques terroristas en las principales ciudades del país, que vivía convulsionado y con miedo, pues el grupo armado llegó a controlar grandes porciones del territorio. Incluso logró tomar el control de ciudades como Jauja, Yurimaguas, Juliaca o Tingo María, y distritos en Ayacucho, Apurímac y Huancavelica. Para muchos peruanos salir del país era la mejor manera de sobrevivir y mejorar su calidad de vida ante el terrorismo y la crisis económica.

Daniel recuerda que la obsesión de su padre siempre fue el dinero. “De joven gozó de los privilegios de la clase acomodada limeña y, cuando empezó a trabajar, aspiraba a hacerse millonario de un día para otro. Se fue a Canadá con la intención de lograrlo y mirando a los que nos quedamos en Perú con desdén”. La historia de la película se enmarca en ese momento histórico tan cercano a su familia: un adolescente que viaja a visitar a su papá a Canadá, pero lleva consigo una una bronca en la sangre por ser migrante y por la violencia de su país.

La primera escena es la de un joven de 17 años intentando arrancar una señal de tránsito con rabia. Exhausto lo hace y termina cargándola como un crucifijo en el hombro en una fría noche de invierno de Montreal. "Esto nos pasó en esa época, nosotros sentíamos que nos rodeaba una violencia, que nosotros cargábamos cierta agresividad y cierta rabia", asegura Diego Vega, quien codirigió la película junto a Daniel, para el medio peruano RPP.

En seguida, la película nos presenta a Roberto, quien prefiere presentarse bajo el nombre de Bob. Durante su estadía en Canadá el hijo conocerá verdaderamente a su papá, pero no podrá quitarse la rabia de sentirse solo y no saber muy bien qué hacer en un país donde todos hablan otros idiomas y no cesa de caer nieve. La relación entre ambos está atravesada por otros personajes, la nueva esposa, su hija, sus amantes canadienses y el cuñado que vive en el sótano, en un círculo frío y desesperanzador, durante una adolescencia turbulenta y la frustración de su padre por no hacerse rico.

"La película cuestiona cómo nos transforma la violencia, la masculinidad tóxica, la migración obligada y la relación de este padre con este hijo”, asegura Diego. “El personaje, en particular, carga una violencia que explota en Canadá cuando se encuentra con su papá por razones que no tienen nada que ver con lo que pasa en el Perú, pero inevitablemente te hacen pensar en la violencia del país de ese entonces”, agrega.

 

Una trilogía sobre la paternidad

La Bronca es la tercera película de los hermanos Vega sobre la paternidad. La primera, Octubre (2010), cuenta la historia de un prestamista al que le entregan un niño y durante toda la película trata de deshacerse de él porque no quiere ser padre. La segunda de la trilogía es El Mudo (2013), el filme más premiado de la historia del cine peruano, donde el papá es un juez que es corrupto y que no comparte los mismos principios de sus hijos.

Con La Bronca se cierra un ciclo audiovisual de los realizadores y el acercamiento que han tenido al cine desde las experiencias familiares. “Más que una decisión, salió de una manera natural. Siempre estuvo el padre por ahí flotando en las historias”, dice Diego.

La Bronca fue rodada en Canadá en solo 15 días con un equipo pequeño. Recibió la Mención Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián 2019 en la categoría Horizontes Latinos y Rodrigo Palacios, el actor que hace de Bob, el padre que intenta negar su tradición peruana, también ganó el premio a mejor actor en este renombrado festival de cine.

Al final de la película aparecen imágenes de Perú, en ese momento histórico, que pretenden generar la idea de un país en una época violenta y caótica: “Las imágenes finales las pusimos, fue una decisión muy difícil, porque mucha gente nos decía que la película funcionaba sin ellas. Pero nos pareció importante porque el conflicto y la historia peruana no se conoce en el mundo, entonces queríamos contextualizarla”, asegura Diego.

Cuando la estrenaron en Perú mucha gente se sintió identificada, porque la violencia obligó a emigrar a cientos de personas, muchas de las cuales volvieron al país al cabo de los años: “Muchas personas se sintieron movidas, porque la película cuenta también lo que significa migrar, la soledad de estar en un país ajeno. Mucha gente de Lima y de afuera se sintió identificada con el retrato de este limeño, agresivo, violento que se cree dueño del mundo. La gente disfrutó la película y recordó una época del país”, cuenta Diego.

La película es muy pertinente por las protestas sociales en varios países latinoamericanos, que han revelado que el continente está lleno de bronca. Según Diego, “Latinoamérica es un continente explosivo y es verdad que uno ve la rabia y puede entender el tema de la película en todos los países, cada uno con sus matices y particularidades. Sí, es un continente con muchas cosas pendientes y con mucha bronca, pero también con mucha fuerza y muchos deseos de cambiar las cosas”.



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