Costumbres y Tradiciones de los Turcos (42/2014)

Los rituales sobre las “piedras” en la cultura turca

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Costumbres y Tradiciones de los Turcos (42/2014)

Como pasó en todas las culturas del mundo, los turcos tuvieron una serie de costumbres acerca de la “piedra”.

En las leyendas mitológicas y la época antes de las religiones divinas, las piedras fueron aceptadas como los lugares de los espíritus protectores y los dioses. Debido a sus diversas estructuras y características, las piedras fueron consideradas como el centro de la fertilidad y la fuerza sagrada. Se creía que las piedras también tenían un espíritu y una fuerza, tal y como todos los seres de la naturaleza los tienen. Estas piedras fueron usadas para protegerse de las calamidades, encontrar remedios, para hacer llover, protegerse de los relámpagos, hacer magia, matar la sed, etc. Detrás de los rituales sobre la piedra, está la expectativa del ser humano de encontrar la felicidad, prosperidad, abundancia y protección contra las maldades.

Se encuentran varias aplicaciones de los rituales en la cultura folklórica. Las primeras huellas de las creencias en las piedras se remontan hacia las arcaicas creencias turcas en Asia Central. La piedra más importante de característica sagrada era “yada”. Según las comunidades turcas de Asia Central, esta piedra era un obsequio de Dios. Los turcos podían hacer llover la lluvia y hace nevar cuando querían. Los que hacían llover usando esta piedra eran llamados “yadistas”. Debido a su fuerza mágica, los comandantes turcos las usaban. Se creía que el que tenía esta piedra consigo no sería tocado por los relámpagos. Las personas que tenían sed podían desprenderse de este sentimiento cuando guardaban esta piedra en su boca.

Las piedras sagradas aparecen en cada rincón de Anatolia. El culto de la piedra que apareció con una leyenda, una expresión mitológica y un vaticinio acompañado por rituales se traslada de una generación a la otra. Las piedras ahuecadas simbolizan el renacimiento y la fertilidad según las leyendas mitológicas. Debido a ello el hombre recurre a las piedras y rocas ahuecadas a fin de que sus mujeres den a luz a hijos, los animales de su rebaño tengan más críos y los pacientes se curen de sus enfermedades. Hay un hueco muy pequeño por el que puede pasar un hombre a duras penas en una cueva sagrada para los alevíes en Nevşehir. El pueblo local lo denomina “la piedra ahuecada” o “el lugar de las penas”. Según los bektashíes, la persona que tiene muchos pecados no puede pasar por este nicho aunque tenga un cuerpo muy flaco y muy delgado. Esta creencia es muy común en Asia Central y los Balcanes. La piedra con hueco protege a las personas en las de Anatolia. La familia se protegerá del mal del ojo cuando cuelgue una piedra con hueco en su casa.

Las piedras de “petición” que se pegan en los lugares donde se pide algo en las tumbas de Anatolia son de esas piedras sagradas. Si la piedra se queda pegada en la pared, la petición será realidad. Las piedras de remedio que se encuentran en los sepulcros son el índice de la característica sagrada de las piedras. Estas piedras se rozan a las partes dolientes del cuerpo de la persona y se pide remedio. Comúnmente se cree que algunas piedras son buenas para las enfermedades. Ej., hay una piedra grandísima al subir el monte Nemrut en Menzil, Adıyaman. Al lado de esta piedra se encuentran piedrecillas de tamaño de garbanzo. El pueblo cree que estas piedras fueron producidas por la gran roca. Las piedras recogidas por los visitantes se colocan en el agua potable y esta agua se consume por toda la familia.

En muchas regiones de Anatolia se usan las piedras calentadas para aliviar el dolor de la persona. Cuando se le duele la panza a una persona, se coloca la piedra caliente para unos minutos. Hay una piedra que se cree que es buena para los paralíticos en el distrito de Lice en Diyarbakır. Los pacientes dicen que se mejoran usando esta piedra de modo que la rocen en la parte paralítica. Lo mismo pasa en el sepulcro de Jeque Sevinc en Hasanfkeyf. En Anatolia hay muchas piedras de remedio. La costumbre de rezar en una piedra y arrojarla al agua es un derivado de las creencias de Asia Central. Algunas rocas y piedras tienen figuras humanas o animales en Anatolia. Se relacionan con las leyendas que cuentan que las personas o los animales son castigados por su mala conducta contra los seres sagrados. Convertirse en piedra es una leyenda muy conocida en el mundo turco.


Por Fatma Ahsen Turan
Académica del Departamento de Lengua y Literatura Turcas – Universidad de Gazi, Ankara



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