Colombia: "Las mujeres de Tumaco necesitan especialmente ayuda psicosocial"

Mientras que las cifras de feminicidios entregadas por diferentes organizaciones no concuerdan, lideresas como Dora Landázuri siguen luchando por sus derechos en medio del conflicto

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Colombia: "Las mujeres de Tumaco necesitan especialmente ayuda psicosocial"

AA - Dora Lilia Landázuri perdió parte de su brazo derecho cuando tenía 15 años. Su madre había ido a vender pescado al pueblo de Túquerres, cerca de su natal Tumaco, y Dora tuvo que reemplazarla en su trabajo como empleada doméstica.

“Yo fui a reemplazarla y me senté en un muro por donde pasaban las líneas eléctricas de alto voltaje, me agarraron y me desmayé. Hasta hoy no recuerdo qué pasó, pero sé que de alguna forma, agarre la línea de voltaje para no caerme desde el segundo piso de la casa y cuando me desperté, estaba en el hospital”.

Después de una larga recuperación, pasaron tres años hasta que la llamaron para servir como líder de los discapacitados en el Cirec. Así empezó una carrera como líder social.

Los azares de la vida llevaron a que Dora pasara por una experiencia que como ella dice, “no le desea a nadie”.

“Cuando me junté con el papá de mis hijos, conocí la violencia sexual y física porque esto no se vive solo en el marco del conflicto armado, sino dentro del hogar. Él me hizo cortadas en mi cuerpo y me violentó psicológicamente”.

Después de años de maltratos, Dora tuvo la oportunidad de asistir a un diplomado con la Gobernación de Nariño sobre los derechos de la mujer y equidad de género y entendió que sus propios derechos estaban siendo vulnerados. “Yo tuve un renacimiento y en ese momento pensé: ‘Dios me tiene para cosas inesperadas”.

Después de la creación de la Ley 1257 del 2008 [que sanciona la violencia contra la mujer], Dora cofundó la Mesa Municipal de Mujeres de Tumaco en 2010 y así empezó a trabajar con otras mujeres para enseñarles que tenían derechos.

La Mesa Municipal empezó a trabajar con 836 mujeres y ella vio la oportunidad de convertirse en una emprendedora social con su Corporación Vive Mujer para la Paz. Esta fue creada para fortalecer, capacitar y formular proyectos que tienen como principal objetivo la dignificación de los derechos de las mujeres, con el fin de mejorar su calidad de vida, la de sus familias y las de sus comunidades.

“Ahora no solo somos lideresas sino que nos convertimos en defensoras de derechos humanos”, dice esta mujer, totalmente orgullosa de sus orígenes afrocolombianos.

La corporación también tiene asistencia en salud sexual y reproductiva, maneja la ruta de atención institucional para mujeres y consolidó el proyecto ‘Herramientas básicas de Mindfulness para lideresas y defensoras de derechos humanos’.

“Allí le enseñaremos a 65 mujeres la importancia de la asistencia psicosocial para que ellas repliquen estas herramientas con cerca de 400 mujeres”, dice la lideresa.

Dora reconoce que a pesar del trabajo, hace falta mucha asistencia en la región. “Acá falta de todo un poco, pero sobre todo hace falta ayuda en la parte psicosocial y mental de las mujeres. Nosotros nos hemos puesto una resistencia ante todo lo que hemos vivido; ante todas las violencias que se viven en el municipio que están basadas en el conflicto armado, pero también ante las violencias basadas en el género”.

A sus 47 años y con dos hijos que han crecido viendo su ejemplo, Dora creó bajo el techo de su corporación la Escuela de Mujeres Afro para Afro, donde capacitan a las mujeres en empoderamiento intelectual, económico y político. La escuela tuvo su primera victoria política el pasado mes de octubre cuando lograron una curul en el Consejo de Tumaco con Dora Emilcen Araujo Vallecilla.

Además, en la mesa municipal están desarrollando un documento para la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) donde han consignado la situación de las mujeres y las lideresas en Tumaco. Por eso, han recibido muchas amenazas. “Estamos en los ajustes finales, pero necesitamos apoyo para poderlo presentar personalmente ante la JEP en Bogotá”.

Las cifras no concuerdan

El pasado viernes se conmemoró el Día de las defensoras de derechos humanos. Sin embargo, articular la acción del Estado con la de las autoridades para defender la vida de las lideresas es complicado, empezando por las disímiles cifras consolidadas por diferentes organizaciones estatales y de derechos humanos.

Según el Boletín No.18 de la Corporación Sisma Mujer, llamado ‘Persistencia y agudización de las violencias contra las mujeres: desafío ineludible de las nuevas administraciones locales’, “los datos cuantitativos siguen presentando problemas en términos de la falta de información completa, integral, comparable y oportuna. Además de esto, predomina la falta de coordinación entre las diferentes fuentes oficiales y no oficiales, y en la mayoría de los casos, la información no está desagregada según factores que permitan apreciar la incidencia real de la violencia contra las mujeres”.

Por ejemplo, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, 44 defensoras de derechos humanos fueron asesinadas desde la firma del Acuerdo de Paz y 15 desde la posesión del actual gobierno.

Por su parte, la Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) registró el asesinato de 40 defensoras desde la firma del Acuerdo de Paz y 17 desde la posesión del actual gobierno.

Muy distante es la cifra entregada por Marcha Patriótica e Indepaz: 103 defensoras asesinadas desde la firma del Acuerdo de Paz y 51 mujeres desde la posesión del presidente Iván Duque.

El problema del subregistro está tratando de ser vencido con políticas públicas como el Programa Integral de Garantías para Mujeres Lideresas y Defensoras de Derechos Humanos, pero el silencio a la hora de denunciar ataques y amenazas de cualquier tipo, unido al silencio institucional, es una mezcla peligrosa.

“Seguimos siendo señaladas, amenazadas y tenemos que vivir con un bajo perfil. La situación de las mujeres acá en Tumaco no es fácil”, concluye Dora.

*Por Maria Paula Triviño


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