Erdogan critica al Occidente por su actitud tolerante hacia los asesinos
En su alocución en la ceremonia celebrada en el Consejo de Estado de la capital de Ankara, Erdogan criticó a los países occidentales al referirse al atentado terrorista organizado en Ankara el pasado fin de semana

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que, no pueden entender la actitud tolerante mostrada hacia los asesinos con las manos manchadas de sangre, como una nación que ha sacrificado a miles de sus hijos e hijas al terrorismo.
En su alocución en la ceremonia celebrada en el Consejo de Estado de la capital de Ankara, Erdogan criticó a los países occidentales al referirse al atentado terrorista organizado en Ankara el pasado fin de semana.
El mandatario turco afirmó que Türkiye se ha enfrentado a una organización terrorista brutal y agresiva en todos los aspectos y agregó:a
"Si no se hubiera neutralizado a los terroristas, habrían huido al extranjero y se habrían convertido en solicitante de asilo político. Queremos ver que nuestros amigos tomen medidas concretas además de la condena. Es necesario saber que las declaraciones que nos consuelan y condenan el terrorismo no serán un ungüento para nuestras heridas."
Erdogan declaró que no se explican por qué no se han tomado medidas contra los cabecillas terroristas a pesar de expedientes llenos de pruebas.
"Como nación que ha sacrificado a miles de hijos e hijas al terrorismo, realmente no podemos entender la actitud tolerante mostrada hacia los criminales con las manos manchadas de sangre", dijo.
El jefe del Estado turco también se refirió en su discurso a la demanda de una Constitución civil:
"Liberar a nuestro país de la constitución golpista enabeza nuestro ideal de ampliar los espacios de libertad de nuestros ciudadanos. Ha llegado el momento de quitar los grilletes que los guardianes pusieron a los pies de Türkiye con el golpe de Estado del 27 de mayo de 1960 y que el régimen del 12 de septiembre remachó".
Erdogan declaró que nadie que ocupe un cargo de responsabilidad, especialmente la institución política, puede permitirse el lujo de hacer oídos sordos a la demanda de una Constitución civil.