Intervención ilícita en el carguero turco en el Mediterráneo Oriental

La Operación Irini, creada con la excusa de las resoluciones del CSNU relativas al embargo de armas a Libia, se ha convertido en un instrumento de la política del Mediterráneo Oriental diseñado por países como Francia

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Intervención ilícita en el carguero turco en el Mediterráneo Oriental

La semana pasada hubo un escándalo que afectó de una manera gravemente negativa las relaciones de Turquía con la Unión Europea, exclusivamente con Alemania. El carguero de pabellón turco Roselina-A, que transportaba pinturas y material de ayuda humanitaria hacia Libia, fue interceptado por la fragata alemana Hamburg que opera en la misión Operación Irini. Los soldados aterrizaron de un helicóptero y registraron por fuerza sin la autorización de Turquía.

Opinión del Profesor Asociado Murat Yeşiltaş, autor y director de Estudios de Seguridad de la SETA.

El Centro de Mando de la Operación Irini formada para la inspección del embargo de armas impuesto por la UE a Libia a primeros del año, anunció que el abordaje y el registro fueron ejercidos de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, abordaron el carguero sin la respuesta del estado pabellón relativa a una autorización a 160 millas norte del puerto de Bengazi en aguas internacionales, que la tripulación y el capitán se comportaron cooperativamente, y una vez que se conoció la objeción del estado pabellón la redada se interrumpió, y a continuación fue permitida la navegación del carguero por el derrotero fijado. Además, el carguero no transportaba ninguna carga ilícita, según lo entendido durante el registro.

Las imágenes en el video demuestran con claridad que se está comportando contra el capitán y la tripulación cooperantes como si fueran delincuentes. Lo más importante es que se declaró que el buque fue puesto en libertad una vez que se entendió que Turquía no autorizaba el registro. Esta frase es el claro índice de que el carguero no se puede registrar sin el permiso del estado pabellón.

Se entiende que la tripulación de la fragata Hamburg ejecutó una intervención ilegítima contra el carguero de pabellón turco haciendo caso omiso las reglas que se figuran en la página web del Ministerio de Defensa alemán. No había permiso del estado pabellón, sin la autorización del capitán abordaron el barco como corsarios y ejercieron un registro injusto. Y en fin declararon absurdamente: “Como no había permiso de Turquía, paramos el registro y abandonamos el buque”.

Si dejamos a un lado la transgresión del buque alemán de sus propias reglas en esta intervención, Turquía se opone categóricamente a la imposición de una sanción en el marco de la Operación Irini que califica como un intento “cuyos beneficio y finalidad están abiertas al debate” y “parcial”. Ya que es sabido por todos que Francia, que está a la cabeza de los estados detrás de este intento, es uno de los actores que más violan el embargo de armas a Libia, y que tratan de derrocar el gobierno legítimo de ese país.

La Operación Irini, creada con la excusa de las resoluciones del CSNU relativas al embargo de armas a Libia, se ha convertido en un instrumento de la política del Mediterráneo Oriental diseñado por países como Francia por sus propios intereses. El apoyo de Alemania para ello es un adelanto que podría tener consecuencia negativas para Berlín y para Bruselas. La UE, que se convirtió en una parte de los problemas en Mediterráneo Oriental al integrar de forma incorrecta a la Autoridad Greco-chipriota en mayo de 2004, es obviamente en un comportamiento encaminado a seguir el mismo error esta vez en el caso de Libia.

Murat Yeşiltaş



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