Las tumbas, que embellecen la muerte, continúan siendo una herencia cultural

La tradición de tumba conocida en el mundo cristiano y denominado como Martirio mostró algunos cambios arquitectónicamente

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Las tumbas,  que embellecen la muerte, continúan siendo una herencia cultural

Las tumbas son los lugares donde se embellece la muerte. Se encuentran con tumbas en cuatro esquinas de la geografía de Turquía. Lo más bella de estas tumbas es quizás la Tumba de Mehmed Çelebi en Bursa. Esta tumba pertenece al sultán Mehmet I Çelebi quien levantó el Imperio otomano que sufrió un período difícil con la llegada de Tamerlán a Anatolia.

Los turcos antes de llegar a Anatolia construyeron sepulcros por debajo de la tierra llamados “chimenea” para los ricos y personas dignatarias en Asia Central. Las chimeneas construidas por árboles en tiempos tempranos, luego comenzaron a construirse por piedra. Las tumbas, cuyos ejemplos se encuentran especialmente en Ahlat en Anatolia, luego se construyeron sobre tierra. Los dirigentes o los comerciantes enterrados en Asia Central a veces se momificaron. La tradición de tumba comenzó en la cultura islámica con la construcción de una tumba para la madre bizantina del califa abasí Mamun. El califa, quien amó mucho a su madre, llevó al mundo islámico las tradiciones de enterrar de los romanos orientales.

La tradición de tumba conocida en el mundo cristiano y denominado como Martirio mostró algunos cambios arquitectónicamente. Un muerto debe enterrarse bajo tierra según la religión islámica. En los sepulcros construidos en las tumbas, el dueño de la tumba, su esposa y sus niños se enterraron juntos. En el piso superior se encuentra un sepulcro simbólico o una sección llamada “mezquita” donde los visitantes pueden hacer el salat y rezar. En esta sección se sitúa ciertamente un altar (mihrap) orientado a Kaaba.

Las tumbas se dividen en unos grupos arquitectónicamente, entre ellos polígono, cuadrado, rectángulo y circulo. Sobre el sarcófago se encontraban cúpula en el interior y una cubierta de forma de cono en el período selyucida. Pero en el período otomano se construyeron tumbas con cúpula en el interior y exterior.

La Tumba Verde (Yeşil Türbe), uno de los símbolos de Bursa, se sitúa en el distrito de Yeşil en el este de la ciudad. La Tumba Verde y la Mezquita Verde (Yeşil Cami) se encuentran juntos. La Tumba Verde, que es uno de los lugares frecuentados en Bursa, fue construida por Mehmed Çelebi. Fue completada 40 días antes de su muerte en 1421. La tumba, que es uno de los ejemplos sin pares de la tradición de tumba turca, se destaca con sus azulejos. La Tumba Verde, considerada como la continuación de la arquitectura de tumba selyucida, tiene una estructura octogonal. Sus fachadas interiores y exteriores se adornaron con azulejos verdes. Además, la tumba es la única tumba cuyas paredes están cubiertas completamente con azulejos. Se dice que hay tejas verdes también en la cúpula de Evliya Çelebi. La tumba de Mehmet Çelebi, conocido como el segundo fundador del Imperio otomano, afectó en profundidad la arquitectura de tumba que se construyeron tras él. Tiene un paisaje maravilloso. Pueden llegar a la mezquita de la tumba con escaleras altas. Se entra por la puerta de madera que presenta los ejemplos más lindos de la mampostería turca. Los muros y sarcófagos en el centro de la mezquita están cubiertos con azulejos. Se puede llegar a la cúpula por triángulos turcos que se dirigen al mihrap orientado a Kaaba y una cúpula cuadrada. Se destaca el ambiente donde se bendice con la arquitectura y adornación maravillosa y que deja una belleza sin par a las tradiciones futuras. Los versículos en árabe sobre la muerte en los muros embellecen más la tumba.

Sin duda que la arquitectura de tumba dejó ejemplos únicos en la geografía amplia dominada por el Imperio otomano. El gran arquitecto Sinan, uno de los mayores genios del período otomano, construyó una tumba para el sultán y su familia justo al lado de la mezquita que la construyó también por el sultán Solimán. Además construyó una tumba pequeña para sí mismo en la entrada del jardín de la Mezquita de Süleymaniye para no abandonar el sultán tras la muerte, y pidió que se enterrara en esta tumba. Para él, es un gran honor enterrar como un sirviente en los pies del sultán.

Las tumbas, que embellecen la muerte y que hacen vivir a los fallecidos, continúa siendo una herencia cultural de Anatolia.



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