Mezquita Azul, la culminación del estilo artístico otomano

La Mezquita Azul, magnífica, soberbia, imponente es como si desafiara al mundo

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Mezquita Azul, la culminación del estilo artístico otomano

La península de Sarayburnu es una parte importante de la capital del Imperio bizantino y es la predilecta de Estambul. Algunos edificios se destacan en la silueta de Estambul. El Palacio de Topkapı, Santa Sofía y la Mezquita Azul son los más importantes de estos edificios. Los extranjeros lo denominan como Blue Mosque-Mezquita Azul por su color azul que domina en sus azulejos de color azul. El lugar elegido para la construcción de la mezquita fue el centro de la ciudad, antiguo emplazamiento de un hipódromo romano. Uno de los motivos de elegir esta zona fue porque estaba cerca del Palacio de Topkapı. Hoy en día esta área se conoce como Plaza de Sultanahmet.

En 1609 en el que el Imperio otomano dominaba en el sistema mundial, el sultán Ahmed I le encargó al arquitecto Mehmet Aga cuyo apodo fue “Sedefkar" (el marquetero), mano derecha del conocido Sinan, para que se construyera una grande mezquita que llevaría su nombre en lugar del histórico palacio bizantino que dominaría la silueta de Estambul. La mezquita se abrió al culto en 1617 durante el mandato de Mustafa I. Desde ese día hasta hoy sigue siendo una de las mezquitas más majestuosas de Estambul. La Mezquita Azul cuenta con seis minaretes lo que en el momento de su construcción provocó mucha polémica, ya que la Meca también tenía seis. Posteriormente y para apaciguar a los fieles en la Meca se construyó un séptimo minarete para marcar la diferencia.

Se puede entrar en la Mezquita Azul por la puerta principal en la parte del hipódromo y por las puertas grandes justo a su lado. Hay que frotarse los ojos cuando se traspasa la puerta de entrada el patio principal, que está enmarcado por una galería continua. En el centro del patio hay una fuente hexagonal para las abluciones. La altitud de la mezquita capta la atención con su majestad. La puerta principal y las semi-cupulas detrás de la puerta principal se reúnen con la cúpula principal. Al pasar este patio, llegamos a la puerta principal de la Mezquita Azul.

Una vez dentro, es espectáculo se multiplica. La mezquita posee 260 ventanales alineados en cinco niveles, que permiten una filtración de luz espectacular. Son muy impresionantes las lámparas muy bajitas y los azulejos. Cuatro grandes columnas se elevan para aguantar el sistema de cúpulas y medias cúpulas. La central de 23.5 metros de diámetro se levanta hacia los 43 metros de altura. Dentro de la sala de oraciones encontramos todos los elementos tradicionales de las mezquitas, como el mihrab y el minbar (el púlpito donde se sitúa el imán para hacer el sermón de los viernes). Los azulejos lúcidos de la mezquita y los versos en árabe en las cúpulas nos dirigen a los sentimientos místicos. Los 20.000 azulejos de cerámica de Izmit se colocaron en las diversas paredes y pilares de la mezquita por los talleres del palacio; las alfombras de cientos de metros cuadrados fueron tejidas en los telares imperiales y los cristales de las lámparas de aceite fueron traídas del extranjero. El famoso calígrafo Seyyid Kasim Gubari adornó las paredes de la mezquita. Las vidrieras fueron los regalos provenientes de Venecia. Hoy en día se han sustituido con las vidrieras modernas. Los mejores ejemplos del estilo artístico otomano nos saludan desde cuatro esquinas de la mezquita. El mihrab es la maestra de la hechura de mármol.

La Mezquita Azul, que también lleva ejemplos de la arquitectura bizantina y de Santa Sofía, se presenta como una de las mejores síntesis entre la arquitectura otomana y las formas arquitectónicas del arte islámico tradicional. La obra, además, está considerada como la última gran obra del arte otomano.

La Mezquita Azul cada año acoge a centenares de visitantes nacionales e internacionales. Deseamos que visiten esta mezquita que es una de las predilectas del turismo de Turquía.



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