El Ministerio de Justicia de Rusia, en un comunicado en su página web, anunció que "la Asamblea Nacional de los Tártaros de Crimea se ha incluido en la lista de organizaciones religiosas y no gubernamentales cuyas actividades fueron suspendidas a partir del 18 de abril de 2016 por sus acciones extremistas".

La fiscal designada por Rusia a Crimea, Natalia Poklónskaya, recurrió el pasado 15 de febrero al Tribunal Supremo de Crimea para el cierre de la Asamblea Nacional de los Tártaros de Crimea.

La primera audiencia fue realizada el 3 de marzo y su procesamiento se ha suspendido varias veces por distintas razones.

Se acordó en la última audiencia que el proceso se realice el próximo 25 de abril.

El presidente del Consejo del Pueblo Tártaro de Crimea, Refat Chubárov, en su cuenta de Facebook, se mostró muy crítico con la decisión al respecto asegurando que el presidente ruso, Vladimir Putin, dio otro paso que acortó la distancia mental con el régimen de Hitler.

Chubárov reaccionó la postura indiferente de los países occidentales ante estos intentos de Rusia en Crimea. Destacó que hay que tomar en consideración la pregunta de sobre qué país tomará una decisión el Gobierno de Moscú y dijo: "Eso será su país o pueblo".

De su lado, el presidente del Parlamento ucraniano, Andréi Parubi, calificó la actitud rusa como "una reflexión del fascismo ruso".

Parubi hizo hincapié que todo lo necesario se debe hacer cuanto antes para expulsar a los ocupantes rusos de los territorios de Ucrania y Tártaros de Crimea y apuntó que esta situación constituye una primicia tras el período de los dictadores de Hitler y Stalin.

En nombre del Parlamento ucraniano llamó a las organizaciones internacionales a reaccionar contra este crimen.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, Mariana Betsa, en su cuenta de Twitter,declaróque"las presiones de Stalin continúan sobre la población local de Crimea. Se trata de una violación increíble de derechos humanos. Lo condenamos tajantemente".